El de Emilio Lozoya es uno de los casos institucionalmente más manoseados (negociaciones con tufo a corrupción) y d54más ofensivos para una sociedad que de manera cotidiana ve y vive injusticias a la par que el tratamiento privilegiado, tendiente a la impunidad, en ciertos procesos judiciales de élite.
Botín de alta cotización en el bazar político y judicial, el expediente Lozoya ha sido manejado de manera intencionalmente pedestre por la tortuguesca Fiscalía General de la República, acomodando piezas procesales flojas para que la cara defensa jurídica del ex director de Pemex pudiera desmontarlas o aprovecharlas. Eso sí, en cada caso perdido, la FGR se muestra indignada por las decisiones de jueces y anuncia recursos de impugnación cargados de retórica destinada al consumo extrajudicial.
Lo sucedido con Lozoya (no haber pisado la cárcel sino hasta después de haber sido pillado comiendo pato laqueado; las negociaciones con el padre del procesado; la vuelta ahora a libertad condicionada) muestra la otra parte del binomio de corrupción que por razones electorales se busca cargar sólo al bando del Poder Judicial (jueces, magistrados y ministros como portada de estructuras carcomidas), cuando la otra porción corresponde a las estructuras de las fiscalías formalmente autónomas, pero casi siempre definidas por los poderes ejecutivos (Presidencia de la República y gobernadores) que también requieren con urgencia reformas (¿elección popular?), ajustes y correcciones a fondo. Mientras tanto, el dinero seguirá produciendo Lozoyas y Lozoyitas.
El declive de Jorge Álvarez Máynez como candidato presidencial de Movimiento Ciudadano ha sido evidenciado por Patricia Mercado, una de las principales figuras de ese partido, que ayer renunció a ser vocera de la campaña y dijo haber concluido su labor como coordinadora del correspondiente programa de gobierno.
En cuanto a la vocería, no evitó marcar las divergencias: deja ese cargo debido a que hay decisiones del partido que me son ajenas y no puedo ser yo quien las defienda. No hay necesidad de interpretación alguna en cuanto a las palabras, aunque sí a los causantes de ellas: ¿Samuel García, Álvarez Máynez y otros alegres compadres cervezas en mano? ¿Sandra Cuevas y Alejandra Barrales como inexplicables aspirantes al Senado?
Y, en cuanto a la coordinación del programa de gobierno, deslizó que es responsabilidad de todas las candidaturas de MC en el país ser congruentes con esos compromisos. El candidato, que va muy rezagado en las encuestas (distante de alcanzar siquiera dos dígitos porcentuales en las mediciones), respondió tratando de suavizar el abandono: Lo nuevo también debe de ser tener otra actitud hacia la diversidad de opiniones y capacidad para dialogarlas (¿? ¿Salucita?).
En Guerrero sube de grado la crueldad entre grupos del crimen organizado, como sucedió ayer en un punto de la Tierra Caliente de esa entidad, con un saldo de 17 personas muertas. Una videograbación muestra el nivel de deshumanización al que se ha llegado, sin que las autoridades logren frenar este desbordamiento del crimen organizado, mientras los obispos de la región tratan de negociar acuerdos con capos en términos de respeto de territorios, treguas y un menor castigo a los civiles en cuanto a violencia y a cobro de piso y otros impuestos.
Margarita Zavala, ante una pregunta de periodista, ha respondido que Felipe Calderón no estaría en condiciones de regresar a México para apoyar la campaña de Xóchitl Gálvez, pues está cumpliendo compromisos académicos en España y sabe muy bien que es un ex presidente. Entonces, ¿no volverá?, le insistieron, y contestó: “Eso pregúntaselo a ellos, a él…”. Además, necesitamos que trabaje…
Y, mientras Morena intenta que el INE castigue la colocación de narcoetiquetas con intencionalidad electoral en las redes sociales, ¡hasta mañana!
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