Ferrocarrileros engañados y maltratado.

Julio Hernández López | Astillero

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Víctor Flores Morales es un ejemplo de la subsistencia de la impunidad y la corrupción a pesar de los cambios de banderas partidistas en la administración pública federal.
Así como el legado de Carlos Romero Deschamps sigue vivo en la actual dirigencia sindical petrolera y el charrismo continúa vigente en la élite del gremio magisterial (SNTE), sólo por dar otros ejemplos, la camarilla encabezada por Flores Morales se mantiene vigente.

Gansteril dirigente del sindicato de trabajadores ferrocarrileros, cómplice y beneficiario en el proceso de privatización zedillista de los Ferrocarriles Nacionales de México, continúa judicialmente intocado, a pesar del enorme cúmulo de denuncias penales que en su contra se han presentado, listo para buscar una relección más, cuando lleva 29 años como líder nacional (desde 1995).

Las maniobras lesivas del interés de los ferrocarrileros a la hora de la privatización realizada por Ernesto Zedillo Ponce de León han sido planteadas en diversas administraciones, siempre con la obstrucción y la acción represiva de golpeadores por parte del sindicato virtualmente patronal encabezado por Flores Morales.

En la Mañanera del 25 de mayo de 2022, según lo planteado por el Frente Ferrocarrilero de Reconstrucción Sindical (Ferro), el presidente López Obrador instruyó al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández (…) a que procediera a la elaboración de un proyecto de justicia social en beneficio de los ferrocarrileros afectados por la privatización. El 27 de noviembre del año pasado, luego de infinidad de mesas de trabajo con Gobernación, Ferrocarriles en Liquidación y el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, se finalizaron las negociaciones, estableciéndose un programa de compensaciones únicas para los ferrocarrileros afectados, esto ya en el periodo de Luisa María Alcalde en Gobernación.

Pero, según lo denunciado por Ferro, al establecer el inicio del cumplimiento del mismo se nos indicó que su aplicación no tiene fecha de inicio; es decir, que su cumplimiento es indefinido. El ser engañados como si fuéramos infantes, el teatro montado llevó a esa organización de trabajadores a realizar ayer actos de protesta en varios puntos del país, fronterizos, aduanales y al paso de trenes de la actual administración (el Maya y el Interoceánico).

En Matías Romero, Oaxaca, elementos de la Marina fueron utilizados para replegar a los manifestantes y dar vía libre al Tren Interoceánico, además de detener a dos de los dirigentes locales, en momentos que hacen recordar escenas de represión al movimiento vallejista durante el gobierno de Adolfo López Mateos. Ayer mismo se suspendieron las protestas ante la promesa de que la representación de estos trabajadores (no la charra de Víctor Flores, es de suponerse) será recibida en horario vespertino por la actual secretaria de Gobernación.

Vale mencionar que los líderes de las centrales obreras tradicionales, de estilo cetemista, igualmente subsisten sin mayores problemas que la edad de sus secretarios generales (el propio Víctor Flores está por cumplir 85 años) y la oleada democratizadora proveniente de las exigencias de Estados Unidos en el contexto del tratado de libre comercio, en cuanto a rubros industriales específicos: en años recientes se han vivido cambios relevantes (mejoría sustancial de contratos colectivos de trabajo, deposición de líderes charros por opciones renovadoras) ante el empuje llegado del país vecino.

La llamada 4T no ha podido construir opciones satisfactorias: ni el modelo de estilo cetemista de una inflada Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, encabezada por Pedro Haces, aliado de Alejandro Murat y Ricardo Monreal, ni el presunto resplandor proletario empujado por Napoleón Gómez Urrutia, administrador del sindicato minero. ¡Hasta mañana!

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