El Fondo Monetario Internacional (FMI), mejoró sus estimados para la economía mexicana a un incremento de 2.7 por ciento en 2024 desde el 2.1 por ciento previsto en octubre pasado, gracias al impulso que recibirá todavía desde la actividad económica de Estados Unidos y por el “arrastre” de la demanda interna.
Luego de una expansión estimada de 3.4 por ciento durante 2023, el organismo vislumbra una desaceleración que será más marcada en 2025 cuando anticipa que el PIB de México crezca 1.5 por ciento, según la actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), presentadas este martes desde Johannesburgo, Sudáfrica.
“Como en otras economías importantes de la región, se registran mejoras de 0.2 puntos porcentuales para Brasil y 0.6 puntos porcentuales para México, principalmente a causa de los efectos de arrastre de una demanda interna más fuerte de lo esperado y un crecimiento mayor de lo previsto en los principales socios comerciales”, explica el informe.
Para 2024 en Estados Unidos mejoraron las perspectivas a 2.1 por ciento, 0.6 puntos porcentuales arriba del pronóstico de octubre y hacia el 2025 se anticipa el crecimiento desacelere a 1.7 por ciento, luego de un alza de 2.5 por ciento estimada para 2023.
“Los efectos rezagados del endurecimiento de la política monetaria, el ajuste presupuestario gradual y la moderación en los mercados laborales frenarían la demanda agregada. Para 2024, la revisión al alza de 0.6 puntos porcentuales con respecto a la edición de octubre de 2023 del informe WEO se debe principalmente a los efectos de arrastre estadísticos generados por los resultados de crecimiento de 2023 más sólidos de lo que se esperaba”, detalla el documento.
PIB mundial arriba del 3%
El FMI mejoró sus perspectivas sobre la economía mundial a un crecimiento de 3.1 por ciento en 2024 y 3.2 por ciento en 2025, 0.2 puntos porcentuales superiores a las de octubre pasado ante una resiliencia mayor de lo esperado en Estados Unidos y en varias economías de mercados emergentes y en desarrollo importantes, así como al estímulo fiscal en China.
“Una de las grandes diferencias en cuanto a los riesgos identificados hace un año, es que precisamente los riesgos están siendo más balanceados, a inicios del 2023 eran preponderantemente riesgos a la baja para la actividad económica con grandes preocupaciones sobre cómo lidiar con la inflación con una potencial recesión. Un año después estamos en una situación en donde el crecimiento se ha mantenido estable y la inflación va encaminada a la baja”, explicó Pierre Olivier Gourinchas, economista jefe y director del departamento de Análisis del FMI durante la conferencia de prensa para presentar la actualización de las Perspectivas de la economía mundial (WEO por sus siglas en inglés).
La actividad económica en Estados Unidos mantendrá el impulso del 2023 cuando habría crecido 2.5 por ciento, 0.4 puntos porcentuales mejor a los previsto en octubre. En 2024 el crecimiento estimado es de 2.1 por ciento, comparado con 1.5 por ciento previsto en el anterior WEO y en 2025 la tasa de crecimiento prevista es de 1.7 por ciento.
También el desempeño de la Zona Euro mejoró con la expectativa de un incremento en 2024 de 0.9 por ciento contra el 0.7 por ciento previsto en octubre y de 1.2 por ciento en 2025.
Las economías emergentes y en desarrollo mantendrán el ritmo de expansión que traen del 2023, de 4.1 por ciento y para el 2025 será de 4.2 por ciento. Para las economías emergentes asiáticas mejoraron los pronósticos a 5.2 por ciento contra el 4.8 por ciento estimado tres meses antes y las economías emergentes europeas crecerán 2.8 y 2.5 por ciento en este y el próximo año.
La región de América Latina será la de menor crecimiento entre las emergentes, se estima baje su ritmo desde el 2.5 por ciento registrado en 2023 a 1.9 por ciento en 2024 y retome la tracción en 2025 a 2.5 por ciento. Estas previsiones se comparan con las de octubre de un incremento de 2.3 estimado para 2023 y 2024.
Tras un crecimiento estimado de 3.1 por ciento en 2023, el PIB mundial mantendrá ese ritmo durante este y el siguiente año; sin embargo, estas previsiones son inferiores al promedio histórico de crecimiento de 3.8 por ciento entre el año 2000 y 2019, frente a las elevadas tasas de interés de política monetaria para combatir la inflación, el repliegue del apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento que frena la actividad económica y el bajo crecimiento de la productividad subyacente.
“La inflación está disminuyendo más rápidamente de lo previsto en la mayoría de las regiones, mientras se disipan los problemas en el lado de la oferta y se aplica una política monetaria restrictiva”, detalla el informe en el que el FMI prevé que la inflación a escala mundial descienda a 5.8 por ciento en 2024 y 4.4 por ciento en el siguiente año.
“Mientras que la inflación desciende y las economías están en mejores condiciones para absorber los efectos del ajuste presupuestario, es preciso prestar una atención renovada a la consolidación fiscal con el fin de restablecer la capacidad presupuestaria y poder abordar choques futuros, recaudar ingresos para nuevas prioridades de gasto y frenar el incremento de la deuda pública”, recomendó el economista en jefe del organismo.