Un estudio de UBS provee una valiosa mirada de cómo los negocios de los 2 mil 544 billonarios irán tomando cuerpo y se adaptarán a un mundo diferente en el próximo cuarto de siglo.
UBS, la compañía suiza que ofrece servicios financieros en más de 50 países, acaba de publicar lo que llama Reporte de ambiciones de los billonarios, donde su énfasis es mostrar los cambios de dirección en las empresas a partir del cambio de guardia generacional, ante los desafíos y las oportunidades que se presentarán. El estudio de 50 páginas provee, apunta en su introducción, una valiosa mirada en cómo los negocios de los 2 mil 544 billonarios irán tomando cuerpo y se irán adaptando a un mundo diferente en el próximo cuarto de siglo. Pero para los casi 8 mil millones de habitantes en el planeta, el informe es una pincelada de una capa social con fortunas cuya inmensidad difícilmente caben en la cabeza y un recordatorio, un poco cruel, de la brutal brecha que divide cada vez más a las sociedades.
No sin mucha sorpresa, el reporte revela que el número de billonarios creció 7 por ciento en 12 meses, entre 2022 y abril de 2023, cuando pasó de 2 mil 376 a 2 mil 544, que puede mirarse como el selecto club de los ganadores materiales en la batalla global que hubo contra la pandemia del coronavirus. En 1995, cuando comenzaba la apertura global y la interdependencia de los mercados, había 377 billonarios con una riqueza combinada de 954 billones de dólares, a diferencia del total actual, que se sitúa entre 11 y 12 trillones de dólares.
La fortuna de los billonarios hoy en día se elevó 9 por ciento –un menor porcentaje de billonarios respecto del pico en 2021–; es decir, concentraron aún más la riqueza. En un año, menos billonarios ganaron un trillón de dólares más en 2023 contra 2021-2022, encabezados por los europeos. Pero no fueron los financieros o los inversionistas en sectores energéticos o tecnológicos los que encabezaron la recuperación, sino aquellos involucrados en las ventas minoristas y el consumo. En Europa, fueron los billonarios franceses los punteros de ese pelotón selecto, donde 34 personas concentraron la mayor riqueza continental, 501 mil millones de dólares, un incremento de 27 por cuento durante el periodo.
El reporte de UBS no menciona nombres, pero no son un secreto. La persona más rica en Francia es Bernard Arnault, presidente del imperio de productos de lujo LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton –que incluye Tiffany, Christian Dior y Sephora–, seguido de Françoise Bettencourt-Meyers, la heredera del gigante L’Oréal y un poco más abajo, como el séptimo más rico, François-Henri Pinault, esposo de la mexicana Salma Hayek, propietario de las marcas Gucci, Balenciaga e Yves Saint Laurent, de tiendas departamentales, así como la gran librería FNAC, la casa de subastas Christie’s, un equipo de futbol y una de las grandes colecciones de arte moderno.
No obstante, la concentración más grande de billonarios sigue siendo el Continente Americano. Hay 867 que tienen una fortuna de 5 trillones de dólares –casi la mitad del total–. En esta región dominan los estadounidenses con una fortuna combinada de 4 mil 471 billones de dólares, y entre sus 751 super-Macpatos destacan los gigantes, el conocido Elon Musk (Tesla, SpaceX y X son sus propiedades más notorias), Jeff Bezos (Amazon), Larry Ellison (Oracle), Mark Zuckerberg (Facebook), Bill Gates (Microsoft), el financiero Warren Buffet, Steve Ballmer, de Microsoft, y Larry Page y Sergey Brin, de Google.
La segunda casa americana es Canadá, con 42, que juntan 166 billones de dólares, seguido de México, que aunque sólo tiene 14 billonarios, acumulan 140 billones de dólares, encabezados por Carlos Slim, que en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, incrementó su fortuna en 30 por ciento, uno de los saltos de fortuna, si no el que más que se haya registrado en el periodo en todo el mundo. Brasil, la principal economía latinoamericana, es el espejo bizarro mexicano: tiene 53 billonarios, pero su riqueza acumulada es inferior a las de los 14 billonarios mexicanos. En la lista de billonarios México ocupa el lugar 11, detrás, en orden de fortunas, de Estados Unidos, China, India, Francia, Alemania, Suiza, el Reino Unido, Hong Kong, Canadá, Italia y Australia.
No hay continente o región que no tenga billonarios. En África, donde hay 330 millones de pobres –un incremento en términos porcentuales a los que había hace 30 años–, dos de cada cinco adultos son analfabetas y alberga a siete de los 10 países más desiguales del mundo, junto con el Medio Oriente, que tiene 63 billonarios con una fortuna acumulada en 279 billones de dólares, donde destacan el hombre más rico del continente, según la revista Forbes, el sudafricano Johann Rupert, cuya fortuna proviene de inversiones financieras, salud y medios de comunicación, así como de Cartier y Montblanc, seguido del nigeriano Alike Dangote, que tiene un conglomerado de cemento, transporte y procesamiento de alimentos.
El reporte de UBS tiene diferentes lecturas. El foco es sobre los relevos generacionales en las grandes fortunas durante toda una generación, donde resalta cómo más de mil billonarios heredarán cerca de 5 trillones de dólares a sus hijos, que se encargarán de administrar y ampliar la riqueza, pero en nuevos sectores de una economía en transformación.
Pero hay otras lecturas que nos esbozan lo que viene por delante: una disminución en el ritmo de creación de riqueza en la cuenca del Pacífico, rompiendo su crecimiento de los últimos 20 años, un crecimiento moderado en el continente americano (2.7 por ciento), pero con billonarios involucrados en las principales industrias que mueven al mundo, como la tecnológica, a diferencia de Europa, cuyo dinamismo depende de los consumidores. O lo que perfilan los Emiratos Árabes Unidos, que destaca en el Medio Oriente, con una expansión económica de 7.6 por ciento y un brinco de 10 a 17 billonarios en un año, que nos muestra para dónde se mueve el mundo.
Nota: en la columna Alarma en Palacio, publicada el 15 de enero, se citaba un trabajo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad que identificaba a Luis Doporto Alejandre como accionista de Brick Contratistas, quien afirmó en una carta a este espacio que no es socio y nunca fue accionista de la compañía que mencionó MCCI.