“Debemos transformar esta dinámica y creo que contamos con aliados en Estados Unidos”, enfatizó Bárcena. (Galo Cañas Rodríguez)

Durante la inauguración del XXIX Congreso del Comercio Exterior Mexicano, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, expresó sus dudas sobre si México está comprendiendo realmente la relevancia del nearshoring o la reubicación de plantas de manufactura más cerca de Estados Unidos.

“A veces me pregunto si en México estamos entendiendo esta ventana de oportunidad, a veces siento que no y se los digo sinceramente”, afirmó Bárcena.

La canciller advirtió que Vietnam podría convertirse en uno de los países más competitivos en atraer inversiones si México no actúa rápidamente.

Entre los desafíos que México enfrenta está cambiar la retórica negativa del expresidente Trump, quien amenazó con cerrar la frontera y gravar aranceles a productos mexicanos.

México tiene aliados para el nearshoring
“Debemos transformar esta dinámica y creo que contamos con aliados en Estados Unidos”, enfatizó Bárcena.

La titular de Relaciones Exteriores indicó que buscará reunirse con legisladores estadounidenses de ambos partidos para cambiar esa percepción errónea de que la frontera con México es peligrosa.

“Necesitamos que legisladores estadounidenses de ambos partidos vengan a México y constaten la realidad de nuestro país. No somos esa frontera peligrosa que Trump ha descrito. Podemos y debemos convertirnos en socios económicos prioritarios”, dijo.

Bárcena concluyó su discurso con un llamado a aprovechar la oportunidad del nearshoring para construir una de las regiones geoeconómicas más potentes del mundo.

Julio Carranza, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), señaló que con el nearshoring, las exportaciones de México podrían sumar entre 15 mil y 50 mil millones de dólares por los próximos cuatro años.

Aunado a ello, se generará un impulso al crédito de entre 27 mil y 130 mil millones de pesos anuales debido a los proyectos de la relocalización.

Sin embargo, Carranza advirtió que para aprovechar el nearshoring los gobiernos federal y estatales, de la mano del sector privado, deben invertir en infraestructura física, energética y de transporte.