Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, durante una conferencia de prensa en Palacio Nacional, en una imagen de archivo. ANDREA MURCIA MONSIVAIS (CUARTOSCURO)

Marcelo Ebrard no quiere dejar ir la candidatura presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). El excanciller, que amenazó con irse del partido tras perder la interna y luego reculó, ha escalado el conflicto con la formación guinda y ha llevado la designación de Claudia Sheinbaum como candidata presidencial al Tribunal Electoral. Ebrard ha promovido un juicio para que se le protejan sus “derechos político-electorales” en su propia organización. En el documento, pide al órgano judicial que ordene a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido que admita o de entrada a su impugnación en la que reclama los fallos en el proceso interno de selección del pasado 6 de septiembre y pide que se reponga. El excanciller presentó la queja ante Morena el pasado 10 de septiembre, sin recibir hasta el momento respuesta alguna.

“El pasado 10 de septiembre, Ebrard demandó a la referida Comisión la nulidad y posterior reposición del proceso interno de Morena de elección de la Coordinación de Defensa de la Transformación”, señala el comunicado del excanciller. Para responder, el partido tenía cinco días. “Sin embargo, transcurridos diez días hábiles, la Comisión de Honor y Justicia no respondió sobre o la procedencia o no la demanda de Ebrard”, agrega el documento. “Por tal motivo, la demanda pide al Tribunal que ordene a la Comisión admita la demanda de nulidad y posterior reposición del proceso interno de Morena para la elección de la Coordinación de la Defensa de la Transformación”.

Entre los reclamos que hace Ebrard al partido, señala “la participación de la Comisión de Encuestas de Morena a favor de Claudia Sheinbaum”, “la intervención de la Secretaría de Bienestar y de funcionarios públicos”, “El conocimiento previo de secciones a encuestar por parte del equipo” de la exjefa de Gobierno capitalino, “la existencia de una cadena de custodia comprometida” y “otras irregularidades”. El exfuncionario del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reclamó desde la tarde del 6 de septiembre, antes de conocerse los resultados, múltiples irregularidades en el proceso interno. Ese mismo día acusó al partido de no dejar a su equipo presenciar el recuento y desistió de presentarse en el evento donde se dieron a conocer los resultados.

Tras perder la contienda interna, el excanciller amagó con irse de Morena, dijo que ya había lugar en el partido para él, y luego decidió quedarse. Las especulaciones sobre su llegada a Movimiento Ciudadano, el único partido de la oposición que aún no tiene candidato presidencial, colmaron el escenario político. Luego quedó un poco desdibujada su supuesta salida del partido con la creación al interior de la formación guinda de una asociación civil llamada El Camino de México que buscaba organizar a sus seguidores y dar cauce a lo que llamó un movimiento político.

Cuando Ebrard presentó la impugnación de la interna ante el partido, dijo que dependería del resultado su permanencia en esa organización política. La falta de respuesta de la dirigencia guinda ha sido un mensaje contundente para el excanciller. Acompañado además de las palabras de López Obrador, que le dijo que tenía libertad para irse, pero que esperaba que decidiera “apoyar la transformación”. El mandatario dio esa misma semana el bastón de mando a Sheinbaum, un gesto simbólico, que representaba la dirección del movimiento de la Cuarta Transformación. Sin ya casi margen de maniobra, el exfuncionario ha quedado a la espera de lo que decida el Tribunal Electoral.