Andrés Manuel López Obrador junto a sus hijos José Ramón, Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel López Beltrán. MOISÉS PABLO (CUARTOSCURO)

La propuesta de Marcelo Ebrard de crear una Secretaría de la Cuarta Transformación a cargo de Andrés Manuel López Beltrán sigue haciendo olas. Andrés Manuel López Obrador no quiso responder directamente sobre la oferta que hizo el excanciller y que su hijo ya rechazó, pero aseguró que sus familiares se mantendrán al margen de la carrera por la sucesión dentro de Morena. “Mi familia cercana, mis hijos, mi esposa Beatriz y yo no nos metemos en nada en este proceso”, señaló el mandatario en su conferencia de prensa de este martes.

“No tenemos favoritos”, insistió el presidente. Mario Delgado, el líder del partido gobernante, llamó la atención al Ebrard y pidió al resto de las corcholatas, como se llama coloquialmente a los aspirantes presidenciales, que cumplan con las reglas del juego que ya fueron pactadas y que se abstengan de hacer propuestas de campaña para no chocar con la normativa electoral. “No habrá afectación a Morena, pero el llamado a todos es que no violemos la ley”, dijo.

López Obrador insistió en que se mantendrá al margen del proceso interno para designar al “coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación”, la figura que su movimiento ha utilizado para evitar referirse a las corcholatas como precandidatos y ahorrarse sanciones con las autoridades electorales. “Todos los que están participando merecen nuestro respeto, no será el presidente el que va a decidir, será la gente”, dijo. El mandatario aseguró también que no hay ninguna prohibición a que los aspirantes lo mencionen a él o a su familia para intentar sacar provecho en la contienda interna: “Somos libres, está prohibido prohibir y cada quien se puede expresar”.

El Tribunal Electoral confirmó las medidas cautelares que fueron dictadas la semana pasada por el Instituto Nacional Electoral, después de que Movimiento Ciudadano y el Partido de la Revolución Democrática se quejaran de que Morena se había adelantado cinco meses en los plazos previstos por la ley para comenzar las precampañas a la presidencia. Las autoridades electorales insistieron en que las corcholatas no pueden hacer alusión a los logros del Gobierno ni promoción personal con el fin de hacerse con la candidatura.

El proceso del partido gobernante se mantiene en una especie de limbo y varios analistas han insistido en que cada vez es más difícil disfrazar la batalla por elegir al relevo de López Obrador como un proceso de organización interna. Este martes es apenas la segunda jornada de 70 días previstos por la formación guinda para que los aspirantes hagan recorridos por todo el país rumbo a la encuesta en la que se seleccionará al “coordinador o coordinadora”.

Ebrard dedicó su primer acto de campaña a dar las líneas generales de su plan de gobierno y la propuesta de nombrar a Andy López Beltrán, el segundo hijo del presidente, como “secretario de la Cuarta Transformación” tomó por sorpresa a propios y extraños. El exsecretario de Relaciones Exteriores buscó de esa forma responder a las voces del núcleo duro de Morena que aseguran que su llegada al poder implicaría un viraje al proyecto político del presidente y, a la vez, hacer un guiño a López Beltrán, a quien calificó como un político “joven y talentoso”. Horas más tarde, Andy declinó la propuesta en una carta: “Aunque agradezco tu generosa oferta, prefiero mantenerme al margen y rechazar la misma para que no pueda ser utilizada en favor o contra de ninguno de nuestros compañeros que, de manera legítima, trabajan también por liderar la defensa de la Cuarta Transformación del país”.

El excanciller no dio importancia al rechazo y dijo que entendía los motivos de López Beltrán. “Muy razonable su posición, no podría tomar partido ahora”, escribió Ebrard en sus redes sociales. Su equipo de trabajo reconoció que el proceso está apenas iniciando y que la propuesta quizás fue prematura. Lo cierto es que los otros aspirantes también han buscado refrendar su lealtad al presidente y ganar apoyos en su núcleo mas cercano. Hace unas semanas, Pío López Obrador, hermano mayor del mandatario, dijo que Ebrard era el “mejor para darle continuidad al proyecto de transformación”. En cambio, Ramiro López Obrador, su hermano menor, respalda a Claudia Sheinbaum, que dejó la semana pasada la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México. López Beltrán optó por ser más cauteloso y mantener el bajo perfil que ha tenido durante la Administración de su padre.

“Se pone en riesgo él si más adelante quisiera aspirar a algo. Lo deja como antecedente y le puede traer muy malas noticias”, advirtió Delgado a Ebrard. A pesar de la instrucción a las corcholatas de no caer en “descalificaciones” ni “ataques personales”, las tensiones se han hecho patentes y ha habido desacuerdos sobre quién se ha adelantado y quién ha violado las reglas del juego de la sucesión. El exsecretario tiene en agenda una asamblea en Ecatepec (Estado de México), apenas un día después de deslizar sobre la mesa una propuesta que lo ha vuelto a poner bajo los reflectores, en una estrategia mediática que ha sido efectiva durante el primer tramo de su campaña aunque tampoco ha estado exenta de polémica dentro y fuera de Morena.