Panel de precios de los carburantes en una gasolinera de Shell en Berlín, este martes. FILIP SINGER (EFE)

Los precios dieron un respiro a la economía alemana en la recta final de 2022. La inflación se moderó por segundo mes consecutivo y se situó en el 8,6%, según la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis). Esa bajada supone por ahora dejar atrás los dos dígitos, puesto que en noviembre la tasa era todavía del 10%. El descenso, que se produce después de la fuerte de caída del IPC en España, da oxígeno al Banco Central Europeo (BCE), que el próximo 2 de febrero debe reunirse de nuevo para decidir sobre otra posible subida de los tipos de interés, ahora en el 2,5%.

La inflación alemana encadena dos meses de descensos, después de que el pasado mes de octubre alcanzara una cota del 10,4%, la más alta en siete décadas. En cualquier caso, la media anual será igualmente elevada, del 7,9%, según Destatis. Y para encontrar un valor similar hay que remontarse exactamente hasta 1951, cuando se registró una tasa de inflación del 7,6% en la República Federal Alemana. En términos armonizados, la inflación reculó del 11,3% al 9,6%.

“Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los precios de la energía y los alimentos en particular han aumentado notablemente y tienen un impacto significativo en la tasa de inflación”, ha reconocido Destatis. Por ello, el Gobierno alemán lanzó un paquete de medidas para aliviar la carga de empresas y consumidores con ayudas multimillonarias y frenando los precios de la electricidad y el gas, que erosionan su poder adquisitivo.

Los economistas estiman que esas medidas frenarán el aumento de la inflación en 2023, a pesar de que no se vislumbra un alivio drástico de los precios: “La inflación es alta y solo descenderá gradualmente”, declaró recientemente el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel.

De todos modos, los economistas apostaban por una relajación mucho menor, del 9,1%. Los datos publicados por algunos Estados federales sugieren que el descenso ha sido provocado por la caída de los precios de la energía. En Renania del Norte-Westfalia, el Estado más poblado, la tasa de inflación seguía siendo del 10,4% en diciembre. Los precios de la energía bajaron, en algunos casos de forma significativa. El precio del gas, por ejemplo, descendió un 24,3%. En cambio, el de los alimentos siguió subiendo.

Según el economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer, la caída de la tasa en diciembre se produjo también por la intervención del Gobierno. “La fuerte caída de la inflación se debe principalmente a que el Ejecutivo federal se hizo cargo en diciembre de los descuentos del gas natural y la calefacción urbana. Los estadísticos interpretaron que esto había tenido un efecto moderador sobre los precios de los hogares que habían firmado directamente un contrato con un proveedor y, por tanto, se habían visto directamente aliviados en diciembre”, dijo Krämer en un análisis dado a conocer por el banco.

Según las estimaciones del Commerzbank, la actuación gubernamental hizo bajar el alza de precios alrededor de 1,2 puntos porcentuales. Sin la ayuda del Gobierno en diciembre, la inflación habría sido del 9,8%, solo ligeramente inferior a la de noviembre. Según Krämer, el ligero aumento de la inflación subyacente, excluidos la energía y los alimentos, del 5,0% al 5,1%, muestra “que no hay una verdadera relajación de la que hablar”.

Subidas de tipos
El Banco Central Europeo (BCE) lleva desde el verano de 2022 intentando frenar la inflación en la zona del euro con subidas de los tipos de interés. Tras cuatro subidas consecutivas en el último año, hasta el 2,5%, el BCE no ve aún el final de sus esfuerzos por combatir una inflación récord, como dejó claro la presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras la última reunión del banco central en 2022, a mediados de diciembre: “Nos queda un largo camino por recorrer”. Los mercados interpretaron que los tipos podían llegar al 4%.

La locomotora económica de Europa, sin embargo, sigue ofreciendo estadísticas positivas que pueden llevar al BCE a seguir con su estrategia de enfriar la actividad para moderar de forma más enérgica la inflación. El lunes, la Agencia Federal de Empleo anunció que el número de desempleados en el país se había reducido significativamente en 2022, a pesar de la inflación y la crisis energética. El número de desempleados en Alemania bajó significativamente en el último año. En comparación con 2021, cayó en 195.000 personas, según la agencia. La tasa de desempleo descendió en 0,4 puntos porcentuales, hasta el 5,3%.