La cinta es protagonizada por la actriz, artista plástica, cantante y performancera francesa Béa Aaronson. Fotos: Cortesía producción Observar las aves

CIUDAD DE MÉXICO.- A partir del deterioro que vivió su madre al ser diagnosticada con Alzheimer, así como del miedo que experimentó al pensar que eventualmente ella pudiera desarrollar la enfermedad, fue lo que llevó a Andrea Martínez Crowther a dirigir Observar las aves, filme que cuenta cómo una escritora llamada Lena, al ser consciente de dicha enfermedad degenerativa, decide hacer una película en la que cuente sus días con la enfermedad, sin embargo, al ver que eventualmente no podrá hacerlo, le pide a una cineasta, interpretada por la misma directora, que le ayude a terminar su película.

Definitivamente éste sí es un homenaje a mi mamá y de alguna manera para mí fue catártico, pues me ayudó mucho a sanar, así como mi personaje sana con la ayuda a Lena, a mí me ayudó hacer la película. Es una historia con la que va a conectar mucha gente, sobre todo los que se ha enfrentado a la enfermedad de algún familiar. Ésta es una enfermedad en la que va desapareciendo la persona, se va transformando y a la gente se le olvida quién fue o cómo era ese alguien. La película está llena de cosas que yo viví con mi mamá, muchas de las escenas directamente las viví con mi mamá, pero para mí lo más importante era recordar quién era esa Lena, quién era esa mujer que tenía la alegría de vivir y la manera de ver la belleza”, contó en entrevista con Excélsior, Andrea Martínez.

Para poder darle forma a Observar las aves, cinta que se rodó en su mayoría en San Miguel de Allende, la también directora de Cosas insignificantes reclutó a la actriz, artista plástica, cantante y performancera francesa Béa Aaronson, quien al enterrase del casting le mandó a la realizadora un correo electrónico muy emotivo y al mismo tiempo apasionado sobre el proyecto.

Cuando nos conocimos se dio un clic inmediato. Las dos conectamos inmediatamente y al trabajar juntas se sintió como un concierto de almas que confían. Para mí fue muy importante ir adentro del dolor, que es algo que siempre hago en mi arte. Confié absolutamente en Andrea, confié absolutamente en mí y confié en el arte. Hubo muchos momentos de espontaneidad, de autenticidad, que quedaron plasmados en la película”, compartió Béa Aaronson, artista de 66 años.

Para Andrea Martínez —quien filmó con Tenoch Huerta Tare, próxima a estrenarse— era importante que su actriz protagónica fuera una mujer extranjera, tal como su madre, nacida en Canadá. Con un crew de sólo seis personas y durante cinco semanas de filmación, Andrea y Béa rodaron en 2017 esta historia que ya está en cartelera. Observar las aves, además de ser un homenaje a su madre, fallecida durante el rodaje, es también un guiño al amor, ya que uno de los personajes que aparece en la historia, el esposo de Lena, fue interpretado por Jerry Marette, pareja de la directora, fallecido un año después de haber rodado la película.

El personaje de Henrik, que es el amor de la vida de Lena, lo interpretó mi pareja, Jerry. Él era chef y no tenía ningún interés en actuar y casi casi lo obligué. Le dije: ‘Mira, lo vas a hacer muy bien porque lo único que tienes que hacer es mirar a la cámara con ojos de enamorado porque yo te voy a estar filmando.

Un año después de haber filmado Observar las aves, Jerry falleció y fue de los golpes más duros que me ha dado la vida, pero lo que yo hago con ese dolor lo transformo en mi cine, así que el dolor de mi madre lo convertí en Observar las aves y el dolor de perder a Jerry lo convertí en Tare, la cinta que hice con Tenoch Huerta”, relató Martínez.