La vida atormentada y el suicidio del primer hijo del poeta Jaime Sabines, quien tenía el mismo nombre y era su amigo; el encuentro entre los escritores Jorge Luis Borges y Juan José Arreola en México en 1978, en el que el mexicano besó la mano del argentino y la escena quedó captada en una fotografía; sus “no encuentros” con el cronopio Julio Cortázar; su convivencia con Gabriel García Márquez en el Bar Siqueiros; la evocación de Natasha, la hija de Carlos Fuentes, quien murió muy joven; el recorrido que hizo con Umberto Eco por el zócalo de la ciudad o la Gracia y desgracia de Alfredo Bryce Echenique.

Éstos son algunos de los recuerdos, memorias, testimonios, que comparte el escritor mexicano Gonzalo Celorio (1948) en su libro más reciente, Mentideros de la memoria (Tusquets), que reúne 20 textos “híbridos, poliédricos” sobre los autores que más admira y a los que más ha releído.

Tienen algo de ensayístico, porque el ensayo es un género muy abierto, poco definido, híbrido; pero también poseen un valor testimonial, memorístico, personal. Esa hibridez se multiplica, porque es un libro en el que hay también elementos ficcionales de carácter narrativo”, comenta.

Se trata de una autobiografía, pero donde el autor no es el protagonista. Hay algo insólito, novedoso, porque hablo de escritores que cumplen un papel protagónico.

Hay escritores a los que conocí, otros que sólo vi, otros con quienes tuve una relación cercana y amistosa y otros más de quienes fui discípulo, como de Arreola”, detalla.

Destaca que “la literatura, a diferencia de otros discursos, no se limita a decir lo que los seres humanos hacen, dicen o piensan; sino que también incluye lo que recuerdan, inventan, sueñan, añoran, aquello en lo que creen”.

Aclara que el tono que predomina “es esa especie de conjugación entre la vida y la obra de los escritores. Al hablar de ellos arrojo luz sobre su obra, que es lo que nos importa, pues el único puente entre el autor y el lector es el libro”.

Mentideros de la memoria ofrece testimonios importantes de alguien que ha dirigido y participado en diversas instituciones, como la UNAM, el Fondo de Cultura Económica o la FIL Guadalajara, de la que fue asesor durante 20 años.

Así, Celorio da su versión de qué ocurrió realmente con la retirada del nombre de Juan Rulfo al posteriormente llamado Premio FIL de Literatura, la renuencia de la familia de Rulfo para que el FCE volviera a editar su obra o el caso Bryce Echenique, quien “empañó la credibilidad de su obra por los plagios que cometió”.

LA TUMBA DEL ARTESANO
Un grupo de arqueólogos polacos y peruanos descubrió una milenaria tumba, la de un artesano del antiguo Perú.

Hemos encontrado la tumba de un artesano de élite de la cultura wari que fue sepultado con ajuares de oro y plata” debajo del Castillo de Huarmey, sitio arqueológico al norte de Lima, dijo el jefe del equipo Milosz Giersz.