Reconstrucción artística de cómo pudo ser el abelisáurido hallado en Egipto. ANDREW MCAFEE

Un equipo de científicos egipcios ha anunciado el descubrimiento del fósil de un dinosaurio carnívoro de gran tamaño que vivió hace unos 98 millones de años en lo que hoy es el oasis de Bahariya, en el desierto occidental de Egipto. Se trata de una vértebra cervical bien conservada, y es la primera evidencia de un miembro del grupo de dinosaurios al que pertenece el Tiranosaurio rex hallada en esta región rica en fósiles.

En concreto, la vértebra cervical, a la que los investigadores han bautizado como MUVP 477, pertenece a la familia de los abelisáuridos, dinosaurios terópodos carnívoros, y representa el resto más antiguo que se le conoce al menos en el noreste de África, según el estudio.

“Basándonos en la anatomía comparada que hicimos de nuestro material, que se corresponde a la décima vértebra cervical, sabemos que tenía realmente una cara de bulldog, con los dientes muy afilados, un enorme cráneo y los brazos muy pequeños”, explica Hesham Sallam, el líder del estudio y fundador del Centro de Paleontología de Vertebrados de la Universidad del Mansura. “Los dinosaurios carnívoros también se caracterizaron por su cuello corto, cara y cráneo enormes, y una gran cola que les permitía correr rápido y perseguir a sus presas”, agrega.

Vértebra del abelisáurido en el oasis de Bahariya.
HESHAM SALLAM

El dinosaurio al que pertenecía la vértebra hallada en Bahariya vivió durante el periodo Cretácico medio, hace aproximadamente entre 145 y 66 millones de años. Por aquel entonces, los investigadores explican que lo que hoy es el oasis de Bahariya destacaba por su inusual abundancia de dinosaurios carnívoros, muchos excepcionalmente grandes, y por una escasez de herbívoros, una composición similar a la encontrada en la formación geológica de Kem Kem, en el oeste de Marruecos, y en la formación de Elrhaz, en Níger.

El hallazgo, que representa un nuevo indicio de la amplia distribución geográfica de esta especie en el actual norte de África, guarda similitud con los restos de otros dinosaurios encontrados en Madagascar y en América del Sur, lo que a su vez ofrece más pruebas sobre la formación de los actuales continentes. “Es el tipo de evidencia clara de que la fragmentación entre continentes ocurrió en una secuencia en la que Madagascar se separó primero del [bloque continental] de Gondwana, nuestro continente, y más tarde vino la separación entre América del Sur y África. Porque sus fósiles son muy similares a los nuestros”, afirma Sallam.

Un rico oasis
El equipo de Sallam encontró la vértebra cervical, junto con otros múltiples restos fósiles, durante una expedición en 2016 en la parte norte de la depresión del oasis de Bahariya, famoso por su riqueza en fósiles y por el descubrimiento de otros grandes dinosaurios desde principios del siglo XX. El último hallazgo aumenta así el ya muy diverso registro de dinosaurios de esta formación geológica de hace 98 millones de años.


Representación artística de cómo podría haber sido el oasis de Bahariya hace un centenar de millones de años.
ANDREW MCAFEE

Según la descripción de los investigadores, la vértebra hallada se encuentra en buen estado de conservación y casi completa, lo que les ha permitido estimar las dimensiones del dinosaurio, que creen que medía unos seis metros de longitud desde la nariz hasta la punta de la cola. Además, dado que el dinosaurio pertenece a la misma familia que otros descubiertos en Madagascar y América del Sur, también han podido deducir su apariencia.

En este sentido, los investigadores consideran que el último hallazgo en la región egipcia refuerza todavía más el escenario de que en el actual norte de África existiera por aquel entonces una fauna diversa de grandes dinosaurios carnívoros. Antes del hallazgo de la vértebra de Bahariya, el único resto de este tipo de dinosaurio conocido en Egipto era un diente aislado encontrado en el valle del Nilo, en el sur del país.

A la sombra de los más mediáticos descubrimientos arqueológicos del Antiguo Egipto, el país también se ha apuntado en los últimos años hallazgos prehistóricos importantes como una especie de ballena semiacuática de hace unos 43 millones de años y, el pasado mes de febrero, las huellas de unos dinosaurios de hace unos 70 millones de años. En el estudio de la vértebra de abelisáurido en concreto participaron investigadores de las universidades de Ohio y Michigan y del Museo Carnegie de Historia Natural, en Pittsburgh.

Sallam, por su parte, opina que el último hallazgo es una nueva muestra del gran potencial, en gran medida sin explotar, de la formación del oasis de Bahariya, que considera que todavía guarda en sus entrañas más restos que pueden ofrecer nuevas claves sobre el paso de los dinosaurios por el actual norte de África. “Esto nos hará volver [a Bahariya] para buscar más restos de este animal, porque esto nos permitiría realmente hacernos una idea más clara del ecosistema de ese momento,” desliza el paleontólogo.