Ceremonia de bautizo del nuevo portaaviones chino, el 'Fujian', en Shanghái - (AFP)

Con lazos multicolores, champán, bengalas y mensajes patrióticos, China ha botado este viernes su tercer portaaviones. El Fujian —el más avanzado de los tres y de diseño y fabricación propios—, convierte al gigante asiático en el segundo país del mundo por número de este tipo de buques en servicio, solo por detrás de Estados Unidos, que cuenta con 11. Pekín reemplaza así al Reino Unido, que hasta ahora ocupaba ese segundo lugar en cuanto a este tipo de barco.

La botadura del navío representa un nuevo paso adelante en los planes del presidente chino, Xi Jinping, de contar con unas fuerzas armadas modernas y capaces de ganar batallas contra cualquier otro rival, uno de los objetivos a los que ha dado prioridad a lo largo de sus diez años de mandato. Desde su llegada al poder en 2012 ha ido dando pasos para abandonar un modelo tradicional de defensa terrestre y más basado en un gran número de soldados, y en su lugar potenciar la tecnología de misiles, la fuerza aérea y, sobre todo, una potente flota operativa en aguas profundas.

La importancia de la botadura vino marcada por la presencia del general Xu Qinliang, vicepresidente de la Comisión Militar Central y el mando de mayor rango en la jerarquía castrense china, solo por detrás del propio Xi. Junto a él se alineaban en la ceremonia de bautizo centenares de marinos de la Armada en los astilleros de Jiangnan, en el puerto de Shanghái. Banderolas sobre la cubierta reproducían lemas oficiales: “no olvidar la misión original” (del Partido Comunista) y “mantener siempre en mente la disciplina militar”, entre ellos.

Todo en la existencia de este buque representa un mensaje, en momentos en los que arrecian las tensiones con Estados Unidos, el Gobierno de Xi insiste en sus reclamaciones territoriales en el mar del sur de China y Pekín presiona cada vez con más fuerza a Taiwán. Incluso el nombre del barco es significativo. Fujian es la provincia china frente a las aguas de Taiwán, la isla que Pekín considera parte inalienable de su territorio y para cuya unificación no renuncia al uso de la violencia. También es la provincia donde tiene su base de operaciones el mando Este del Ejército Popular de Liberación (PLA).

El flamante portaaviones cuenta con una serie de innovaciones técnicas con respecto a sus predecesores, el Liaoning —un buque comprado a Ucrania en 1998 y modernizado— presentado en 2011 y el Shandong, que entró en servicio en 2019. Aunque este último es de construcción íntegra china, su diseño se basó en el del Liaoning.

El Fujian está dotado con una pista de gran tamaño y es el primero de su tipo en China que cuenta con una plataforma de catapulta para el despegue, similar a la que usan los navíos estadounidenses. Esta mejora le permite lanzar más tipos distintos de aviones, de manera más rápida y cargados con más munición. Su equipamiento también incluye sistemas de interceptación, según la agencia de noticias estatal Xinhua.

El buque desplaza más de 80.000 toneladas según Xinhua. El año pasado, el centro de estudios estadounidense CSIS utilizaba imágenes vía satélite para calcularle 315 metros de eslora. Tendrá que ser sometido a una serie de pruebas antes de entrar en servicio, algo que puede tardar meses o incluso años. Su predecesor inmediato entró en funcionamiento en 2017, pero no fue hasta 2019 que estuvo completamente operativo.

Los planes del Ejército Popular de Liberación chinos prevén hasta seis portaaviones operativos para 2035. Como el Liaoning y el Shandong, el Fujian se moverá con motores convencionales, aunque los expertos del CSIS creen que Pekín acabará desarrollando portaaviones nucleares. “Ese paso colocaría a China a la par con Estados Unidos y Francia, los únicos dos países que hasta el momento cuentan con portaaviones de propulsión nuclear”, indica el centro de estudios.