Al menos una persona ha muerto y ocho han resultado heridas de gravedad este miércoles, según la Policía de Berlín, cuando un vehículo arrolló a una multitud tras subirse a una acera cerca de la popular y habitualmente concurrida avenida comercial de Kurfürstendamm, en la parte occidental de la capital alemana. El atropello se ha producido a escasos metros del lugar en el que en 2016 se registró uno de los peores atentados que ha vivido la ciudad, cuando un terrorista islamista arrolló y mató a 12 personas en un mercadillo navideño. De los ocho heridos, cinco están muy graves y se teme por su vida, mientras que otros tres se encuentran también en estado grave, pero de menor consideración, según Thilo Cablitz, portavoz policial que ha atendido a la prensa en el lugar de los hechos.

Cablitz ha informado de que el conductor del vehículo, que ya ha sido detenido, es un alemán de origen armenio de 29 años y residente en Berlín. La policía aún no ha aclarado si se trata de un accidente o de un ataque premeditado, pero la prensa alemana ha publicado indicios de intencionalidad. El diario Bild cita a un investigador que señala que fue el acto deliberado de “un asesino a sangre fría” e informa del hallazgo en el interior del vehículo de documentos relacionados con Turquía. El Bild difundió inicialmente que los investigadores habían hallado en el coche una carta de confesión, algo que desmintió la senadora (concejal) de Interior de Berlín, Iris Spranger, durante su visita al lugar.

El atropello se ha producido hacia las 10.30 horas en la esquina de las calles de Ranken y Tauentzien, una zona llena de tiendas y de oficinas junto al inicio de la avenida de Kurfürstendamm, en el distrito berlinés de Charlottenburg. Tras subirse a la acera y arrollar a los transeúntes, el conductor no se detuvo, sino que continuó unos 200 metros hasta estrellar el vehículo contra el escaparate de una perfumería en la siguiente esquina. A primera hora de la tare el Renault Clio de color gris que empleó seguía empotrado en la vitrina de ese establecimiento.

Tras estrellar el coche, los transeúntes retuvieron al conductor y lo entregaron a los servicios de emergencia, confirmó la Policía de Berlín. Los sanitarios le atendieron en el lugar y luego fue detenido. Según Bild, el hombre había intentado escapar en un primer momento. La víctima mortal del atropello es una maestra de escuela de 51 años que, en el momento del suceso, se encontraba de excursión con un grupo de 24 escolares y otro colega, que también resultó herido, en la céntrica zona comercial. Varios de los heridos son estudiantes del grupo, que procede de Bad Arolsen, en el Estado de Hesse.

“Todavía no se sabe si ha sido un accidente o una acción intencionada”, escribió inicialmente en su cuenta oficial de Twitter la Policía de Berlín. Su portavoz Cablitz señaló que una de las hipótesis que se están investigando es si, en caso de tratarse de un accidente, la causa fue un problema médico del conductor del vehículo. El cuerpo de seguridad ha pedido a los testigos que aporten información y fotos o vídeos de lo sucedido a través de una dirección web. También ha solicitado que no se distribuya nada en internet acerca de este suceso. En las horas posteriores al atropello los agentes estuvieron interrogando a varios testigos en uno de los edificios auxiliares de la iglesia del káiser Guillermo.

La Policía mantiene acordonada toda la manzana. El ruido de los helicópteros contrasta con la aparente normalidad del resto de esta zona comercial de Berlín, donde las tiendas siguen abiertas y las aceras llenas de paseantes. El servicio público de autobuses sí continúa interrumpido en la que es una de las escasas señales de que algo inusual ha sucedido en ese vecindario esta mañana.

El escenario del atropello se encuentra a muy poca distancia, unas pocas decenas de metros, de la Breitscheidplatz, donde en 2016 tuvo lugar un atentado contra los asistentes a un mercado navideño que causó 12 víctimas mortales. El atacante fue el terrorista islamista Anis Amri, un ciudadano tunecino que había pedido asilo en el país y arrolló a los paseantes con el vehículo. Tras la tragedia, la capital diseñó un monumento en recuerdo de las víctimas: una línea dorada de 15 metros en el suelo frente a la iglesia del káiser Guillermo en la que están grabados los nombres de los fallecidos en la escalinata.