Sánchez y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen (derecha), este jueves a su llegada a Kiev, junto a la vice primer ministra ucrania de Asuntos Europeos, Olha Stefanishyna. Antonio Pita (enviado especial)

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha llegado en tren a Kiev la mañana de este jueves, en el inicio de un viaje junto con la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, en el que ambos se reunirán con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Los dos dirigentes, que viajaron unas 10 horas ante la imposibilidad de volar por el cierre del espacio aéreo ucranio desde el inicio de la guerra, ya han visitado Borodianka, una de las localidades en los alrededores de Kiev marcadas por la destrucción y los indicios de crímenes de guerra durante el periodo en el que estuvieron ocupadas por las tropas rusas. Tras pasear por sus calles, el presidente español, que mantendrá un almuerzo de trabajo, una entrevista bilateral y una rueda de prensa conjunta con Zelenski, se ha declarado “conmovido” por “el horror y las atrocidades de la guerra de Putin”, según ha publicado en un mensaje de Twitter.

Sánchez ha anunciado su llegada a la ciudad en un tuit en el que subraya el “apoyo, solidaridad y compromiso” de España con Ucrania, mientras que Frederiksen lo ha hecho con un comunicado, difundido en sus redes sociales, en el que expresa su admiración a Zelenski y al pueblo ucranio por su “valentía” y su defensa del país “ante la guerra ilegal y no provocada de [Vladímir] Putin”, el presidente ruso.

El martes, en una visita al centro de acogida de refugiados ucranios en Málaga, Sánchez explicó que trasladará a Zelenski durante su encuentro “el compromiso rotundo, inequívoco, de la Unión Europea y sin duda alguna del Gobierno de España, de la sociedad española y del conjunto de sus instituciones por la paz”. “Es una guerra cruel, injusta e ilegal que condenamos […] Vamos a hacer todo lo que está en nuestras manos para garantizar la paz cuanto antes”, añadió al subrayar que, mientras dure el conflicto ―que cumple este jueves 57 días― España seguirá entregando ayuda humanitaria y militar a Ucrania.

134.000 personas provenientes de Ucrania han llegado a España desde el inicio del conflicto, el 24 de febrero, y unas 64.000 de ellas se han acogido ya a la orden de protección temporal, precisó Sánchez el martes en Málaga. Se trata principalmente de mujeres y menores, con una edad media de 28 años. España ha puesto en marcha otros tres centros de acogida, en Madrid, Barcelona y Alicante.

La visita de Sánchez a Kiev coincide además con el anuncio de la reapertura “en breve” de la Embajada española en la capital ucrania, reubicada poco después de que comenzara la invasión rusa. La representación de la UE y las de otros países comunitarios, como Francia e Italia, ya han regresado a la capital de Ucrania.

El repliegue ruso en torno a Kiev a principios de mes, para centrar la ofensiva en el sur y el este, y el relajamiento de los bombardeos en la mitad occidental del país, han facilitado visitas diplomáticas. Durante el asedio a la capital, los únicos líderes de la UE que se entrevistaron allí con Zelenski fueron el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki; su vice primer ministro y líder del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski; el primer ministro checo, Petr Fiala, y su homólogo esloveno, Janez Jansa. Fue un viaje conjunto en tren el 15 de marzo y la Comisión Europea se distanció de la iniciativa.

Desde entonces han pasado por Kiev, entre otros, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto con el responsable de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, y el jefe de Gobierno de Eslovaquia, Eduard Heger; el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. El último en hacerlo fue, el miércoles, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien aseguró ante Zelenski que está “personalmente convencido” de que “tarde o temprano” las sanciones de la Unión Europea también irán dirigidas contra el petróleo y el gas ruso.

La relativa calma en torno a la capital se ha visto, sin embargo, alterada en los últimos días por la respuesta rusa al hundimiento la pasada semana del Moskva (Moscú), su buque insignia en el mar Negro. Han vuelto las sirenas antiaéreas (la noche del miércoles sonaron en varias ocasiones) y los bombardeos sobre Kiev o Lviv, donde siete personas murieron el lunes en un ataque con misiles, aunque lejos de los días más duros del cerco a la capital.