Una multitud espera para tomar un tren en la estación de Kramatorsk, en Donbás. Foto: FADEL SENNA (AFP)

La invasión rusa en Ucrania ha provocado una tragedia humanitaria que va camino de llegar a cotas todavía peores. Las autoridades de la región de Lugansk, en la franja oriental de Ucrania, han instado este miércoles a los civiles a evacuar la zona cuanto antes y “mientras sea seguro” debido a que los bombardeos rusos podrían cortar las rutas de escape. Tras más de un mes de éxodo de civiles hacia el extranjero o hacia las provincias lejanas del frente de guerra, el Gobierno ucranio ha informado de que las tropas enemigas se están reagrupando y preparan una nueva ofensiva en las zonas que no controlan de la región de Donbás, que incluye las provincias de Donetsk y Lugansk.

La vice primera ministra ucrania, Irina Vereshchuk, ha señalado que están tratando de abrir 11 corredores humanitarios para evacuar a los civiles. “Vamos a sacar a todos si los rusos nos permiten llegar hasta los lugares de encuentro [para la evacuación]. Porque, como podéis ver, no siempre respetan los altos el fuego”, ha manifestado el gobernador de la región de Lugansk, Serhiy Haidai, en un mensaje en la aplicación Telegram. Once millones de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de las hostilidades iniciadas por Rusia, más de 4,2 millones han salido de Ucrania. Según Naciones Unidas, más de 1.500 civiles han muerto durante la contienda.

Según el último parte del alto mando de las fuerzas ucranias, los principales esfuerzos militares rusos se centran ahora en preparar una gran ofensiva para establecer un control total sobre el territorio de las provincias de Donetsk (que incluye la ciudad portuaria de Mariupol) y Lugansk, en el este del país. En paralelo a estos preparativos, la artillería rusa sigue golpeando localidades de Donbás. Este miércoles, una decena de edificios estaban en llamas por los bombardeos rusos, según las autoridades de Lugansk. El 25 de marzo, Moscú anunció que rebajaba sus objetivos militares en Kiev y centraba sus operaciones en el este del país.

Este parte, emitido el 42 día de la invasión rusa a Ucrania, indica que las tropas rusas continúan su ofensiva hacia Izium, una ciudad clave en el avance desde Járkov hacia Sloviansk y Barvinkove, localidades que pueden servir de puente en la ofensiva rusa hacia el control de Donbás.

“Hago un llamamiento a todos los residentes de la región de Lugansk”, ha afirmado el gobernador de Lugansk, “evacuad mientras sea seguro. Si bien hay autobuses y trenes, aprovechad esta oportunidad”. Haidai ha comunicado que las conexiones ferroviarias en la región de Donetsk, en Donbás, habían sido dañadas esta semana y se tardó varias horas en la reparación. “Esta es una nueva alarma”, dijo. El dirigente ha añadido en una grabación que las fuerzas rusas no habían logrado romper las defensas en su región, pero que están destruyendo “todo a su paso” y “no se detendrán ante nada”.

Más al Sur, en la costa del Mar Negro, las administraciones de otras provincias próximas a territorios ocupados por las tropas rusas, como Mikolaiv, Odesa o Zaporiyia, informan periódicamente a la ciudadanía de los trenes que parten hacia las provincias occidentales de Ucrania.

La vice primera ministra Vereshchuk ha apuntado además que cualquiera que intente salir de la ciudad sitiada de Mariupol tendrían que utilizar sus propios vehículos. Los esfuerzos para llevar convoyes de autobuses a esta ciudad para entregar suministros y evacuar a decenas de miles de residentes atrapados han fracasado desde que las fuerzas rusas rodearon la ciudad. Cada bando culpa al otro de entorpecer la salida de civiles. Mariupol es el municipio más castigado de la guerra y Gobiernos internacionales como el francés, el griego o el turco negocian con Rusia para facilitar la evacuación de sus ciudadanos.

La toma de Mariupol podría permitir a Rusia crear una conexión entre las dos repúblicas populares autoproclamadas separatistas en Donbás y la península de Crimea, que Rusia capturó y se anexionó en 2014. La conexión terrestre con Crimea y el Mar Negro reforzaría la posición rusa para intentar en el futuro una hipotética ofensiva sobre Odesa.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha asegurado este miércoles que más de 500 personas de la ciudad de Mariupol, situada en el sudeste de Ucrania y bajo el asedio de las tropas rusas desde hace más de un mes, han logrado huir de la localidad. El convoy, formado por autobuses y automóviles privados, ha llegado a Zaporiyia con la ayuda del CICR.

Huida desde Mariupol
“La llegada de este convoy a Zaporiyia es un gran alivio para cientos de personas que han sufrido inmensamente y ahora se encuentran en un lugar más seguro. Sin embargo, está claro que miles de civiles atrapados dentro de Mariupol necesitan una salida segura y ayuda para entrar”, ha dicho en un comunicado Pascal Hundt, jefe de la delegación del CICR en Ucrania. En la ciudad aún quedan atrapadas unas 160.000 personas, según las autoridades ucranias. Los civiles huyeron por sus propios medios de la asediada ciudad y fueron recogidos por el CICR, que los condujo a Zaporiyia. “Los civiles transportados en el convoy humanitario han huido de Mariupol por sus propios medios”, ha confirmado la organización con sede en Ginebra.

Los rusos continúan golpeando la ciudad de Mariupol usando artillería y fuerza aérea y “las fuerzas ucranias parecen estar sosteniendo una resistencia organizada en algunas partes de la ciudad”, ha publicado por su parte el último análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en sus siglas en inglés). Según el análisis de este instituto estadounidense, las fuerzas rusas continuaron posicionándose para continuar su invasión en el este y sur de Ucrania, después de haber abandonado el ataque a Kiev y “redistribuyen algunas de las fuerzas de combate retiradas de Bielorrusia a Rusia”.

“Pero es probable que las unidades rusas que se retiraron de Kiev no recuperen la eficacia de combate durante algún tiempo”, dicen desde el ISW. “Las operaciones ofensivas rusas al sureste de Izium y hacia Sloviansk continuaron en pequeña escala y lograron un progreso limitado. Rusia aún no ha intentado agrupar grandes concentraciones de fuerzas en este eje, sino que continúa enviando grupos tácticos de batallones individuales para avanzar por su cuenta”, según el análisis de este instituto.