Sergii Kislitsia, representante permanente de Ucrania ante Naciones Unidas, se dirige a la Asamblea minutos antes de la votación, este jueves en Nueva York. ANDREW KELLY (REUTERS)

Esta vez no contaban las abstenciones. Y eran necesarias dos terceras partes de síes en la Asamblea General de las Naciones Unidas para tomar la decisión cargada de simbolismo de suspender la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por las “violaciones y abusos graves y sistemáticos” cometidos durante la invasión de Ucrania. De los 193 Estados miembros, han votado 176: un total de 93 se han pronunciado a favor, en una sesión extraordinaria celebrada este jueves en Nueva York; 24, en contra. Descontadas las 58 abstenciones, la resolución ha salido así adelante con un 79% de los 117 votos válidos.

La propuesta, que supone un revés diplomático para Rusia, la presentó el lunes pasado la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, tras conocerse las atrocidades presuntamente cometidas por el Ejército ruso en Bucha. En ese suburbio al norte de la capital, Kiev, que estuvo bajo el control de las fuerzas invasoras durante algo más de un mes, la retirada de las tropas este pasado fin de semana dejó tras de sí decenas cadáveres de civiles tirados en las calles y semienterrados en fosas comunes, muchos, con signos de tortura. Esos actos fueron descritos por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como “crímenes de guerra” y por su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, tras una visita a la zona, como las pruebas de un “genocidio”. Moscú sostiene que todo es un montaje, pese a las evidencias en contra, los relatos de los testigos y de los periodistas sobre el terreno y las imágenes por satélite.

Solo hay un precedente de la moción adoptada hoy: la suspensión de Libia en 2011 ante las pruebas del empleo de violencia contra los manifestantes por parte de las fuerzas leales al entonces presidente Muamar el Gadafi. El órgano, fundado en 2006 y con sede en Ginebra, está formado por 47 Estados, “responsables de la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo”. No está capacitado para tomar decisiones legalmente vinculantes, pero sí puede impulsar investigaciones. Rusia, que es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, está en el segundo de sus tres años como miembro del órgano del que ahora le han suspendido.

El texto votado este jueves refleja una “grave preocupación por la actual crisis humanitaria y de derechos humanos en Ucrania, en particular por los informes de violaciones y abusos de los derechos humanos y violaciones del derecho internacional por parte de la Rusia”.

Moscú —que ha calificado la medida como “un intento de Estados Unidos de mantener su dominio” y de “utilizar el colonialismo de los derechos humanos en las relaciones internacionales”― había pedido a un número no especificado de países que votaran en contra de la suspensión. Les advertía, según un documento obtenido por la agencia AP, de que un sí o los gestos de abstenerse o de no votar (ambos inservibles a los intereses de Rusia) serían interpretados por el Kremlin como un deterioro en las relaciones bilaterales.

Antes de la votación, el embajador ucranio, Serguéi Kislitsia, ha pronunciado un apasionado discurso en el que ha vuelto a recordar el precedente del Holocausto y ha dicho que apoyar la suspensión “es un deber, y no una opción”. Después, han tomado la palabra para expresar su oposición a la resolución, así como su intención de votar en contra, los representantes de Kazajistán, Venezuela, Corea del Norte, China, Irán, Siria y Cuba. Adujeron argumentos como la falta de una investigación independiente sobre las acciones contra civiles, la inacción de la ONU en casos anteriores en los que estuvo implicado Estados Unidos o los efectos contraproducentes para las negociaciones de paz de una decisión así. Senegal, Egipto, Brasil, México y Sudáfrica avisaron, por su parte, de que se abstendrían.

Desde que comenzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la Asamblea de la ONU ha adoptado dos resoluciones condenando las acciones de Rusia con 141 y 140 votos a favor, respectivamente. Moscú sigue negándose a llamar “guerra” a la invasión y habla de una “operación especial” para desmilitarizar el país vecino.

El representante permanente de Rusia ante el organismo en Ginebra, Gennadi Gatilov, había explicado antes de la votación a la agencia rusa TAS: “Si la resolución es adoptada, los occidentales podrán imponer libremente al resto de países los conceptos de su visión de los derechos humanos que les satisfacen tanto a ellos como a los cómplices occidentales”.

Tras conocerse la suspensión de Rusia, el ministro de Asuntos Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, se ha felicitado en Twitter: “No hay lugar para los criminales de guerra en los organismos de la ONU dedicados a la defensa de los derechos humanos. Agradecido a todos los estados miembros que han apoyado esta relevante resolución y han escogido situarse en el lado correcto de la historia”.