Vecinos de Bucha hacen cola ante el hospital para recibir comida, este domingo. Foto: LUIS DE VEGA

La Unión Europea va a avanzar, “con carácter de urgencia”, en la preparación de nuevas sanciones contra Rusia tras las “atrocidades” contra la población civil de Ucrania que han estremecido a la mayoría de Gobiernos y opiniones públicas del mundo. El bloque comunitario ha condenado en los “términos más enérgicos” las matanzas perpetradas por las fuerzas armadas rusas en su repliegue de varias ciudades ucranias ocupadas y que ahora han sido liberadas, tal y como ha avanzado este lunes el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. Poco antes, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido endurecer las sanciones en respuesta al hallazgo de cientos de cuerpos de civiles asesinados supuestamente por las tropas rusas en Bucha, una localidad en las afueras de Kiev, abandonados en carreteras o en el interior de edificios, algunos de ellos con las manos atadas a la espalda o abatidos por un tiro en la nuca. Diferentes líderes mundiales han denunciado los hechos en las últimas horas, algo que no ha hecho China, que mantiene su calculada equidistancia a favor de Rusia en la guerra de Ucrania.

Hasta la fecha, la UE ha aprobado cuatro paquetes de represalias contra el Kremlin, pero la última ronda se remonta al 15 de marzo, hace casi tres semanas. Los países bálticos, que se encuentran entre los más beligerantes contra Rusia, denuncian que ha cundido cierta “fatiga sancionadora” en Bruselas y reclaman desde hace días que se den pasos decididos para tomar medidas más drásticas, como cortar las importaciones de energía desde Rusia.

Ya la semana pasada, la Comisión Europea multiplicaba sus contactos con los aliados para afinar un posible quinto paquete de sanciones centrado, sobre todo, en reforzar los cuatro golpes ya asestados y en cerrar agujeros a través de los que el Kremlin pudiera estar esquivando las represalias. En el punto de mira de la UE se encuentran, entre otros, los familiares de los oligarcas ya sancionados.

Punto de inflexión
De momento, Bruselas se resistía a ir mucho más allá en sus represalias contra Moscú. Aunque a la vez, desde del Ejecutivo comunitario se ha reiterado en distintas ocasiones que se trabaja a fondo en sanciones de mayor envergadura, para poder responder a situaciones extremas provocadas por Rusia, como un ataque químico. Las revelaciones de este fin de semana podrían marcar uno de esos puntos de inflexión.

Entre los siguientes pasos que se barajan se encuentra uno de los más extremos: cortar el grifo de las importaciones de combustibles de Rusia, que le reporta unos 700 millones de euros diarios a las arcas del régimen de Vladímir Putin, una medida a la que se resisten varias capitales, con Berlín al frente. Las imágenes aterradoras que llegan desde Ucrania y la constatación de la brutalidad rusa pueden acabar con las reticencias que persisten entre algunos de los socios comunitarios.

Borrell ha salido este lunes a mostrar de nuevo el apoyo del bloque comunitario a Ucrania. En “estas horas sombrías para todo el mundo”, los Veintisiete se solidarizan “plenamente” con Ucrania, un país al que seguirán apoyando “firmemente”, al tiempo que preparan nuevas sanciones y ayudan a recopilar pruebas para que los responsables de las “masacres” sean llevados ante la justicia internacional, ha señalado el socialista en una declaración en nombre de la UE.

“La UE seguirá apoyando firmemente a Ucrania y avanzará, con carácter de urgencia, en el trabajo sobre nuevas sanciones contra Rusia”, ha afirmado el alto representante europeo para la Política Exterior y de Defensa, tras referirse a las “imágenes inquietantes” de muertos civiles en Bucha. Esas muertes, así como la destrucción de infraestructuras civiles, muestran “el verdadero rostro de la brutal guerra de agresión que Rusia está librando contra Ucrania y su pueblo”, ha destacado Borrell, tras pedir al presidente ruso que detenga esta guerra “de inmediato y sin condiciones”.

Para Borrell, las “masacres” en Bucha y otras localidades ucranias “quedarán inscritas en la lista de atrocidades cometidas en suelo europeo”. “Las autoridades rusas son responsables de estas atrocidades, cometidas mientras tenían el control efectivo de la zona. Están sujetos al derecho internacional de la ocupación”, ha destacado el político español. Por ello, ha afirmado que “los autores de crímenes de guerra y otras violaciones graves, así como los funcionarios gubernamentales y líderes militares responsables, rendirán cuentas”.

Los Veintisiete apoyan “plenamente” la investigación iniciada por el fiscal de la Corte Penal Internacional sobre crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, así como el trabajo de la Comisión de Investigación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Además, la UE está asistiendo al fiscal general de Ucrania y a la sociedad civil centrándose en la recopilación y preservación de las pruebas de los crímenes de guerra, ha recordado Borrell.

En este sentido, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció este domingo en un informe que en las zonas de Ucrania bajo control ruso se han cometido “ejecuciones sumarias” y “otros graves abusos” que podrían constituir crímenes de guerra. La ONG afirma haber documentado, entre el 27 de febrero y el 14 de marzo, varios casos en que las fuerzas rusas cometieron lo que constituirían crímenes de guerra contra civiles en las regiones de Chernihiv, Járkov y Kiev.

“Puñetazo en las tripas”
Varios líderes mundiales han denunciado la barbarie de las tropas rusas en las últimas horas. El último ha sido el presidente francés, Emmanuel Macron, quien ha calificado este lunes de “inaceptable” la violencia de las tropas del Kremlin durante su retirada. En una entrevista en la emisora France Inter, el mandatario francés ha hablado de “pruebas muy claras” que indican la responsabilidad de Moscú en la matanza de Bucha y ha pedido adoptar medidas contra “el carbón y el petróleo” procedentes de Rusia, aunque no ha mencionado el gas.

Sí se ha referido a esta materia prima la ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, que este domingo apuntó que la Unión Europea debe debatir ahora la prohibición de la importación de gas ruso, algo que los dirigentes se han mostrado reacios a hacer hasta el momento.

Mientras, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha calificado las imágenes de los cadáveres como un “puñetazo en las tripas”: “Condenamos firmemente las aparentes atrocidades de las fuerzas del Kremlin en Bucha y en el resto de Ucrania. Buscaremos que rindan cuentas usando todas las herramientas disponibles, documentando y compartiendo información para que los responsables respondan ante la justicia”, ha escrito en Twitter.

Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha condenado lo que ha calificado como “ataques despreciables”. Varias fuentes confirman que el Reino Unido está estudiando también llevar a cabo nuevas sanciones contra el régimen de Putin.

Equidistancia china
Las críticas no parecen llegar al Gobierno de China, que guarda silencio este lunes ante la situación en Ucrania y no abandona su calculada equidistancia a favor de Rusia, informa Inma Bonet desde Pekín. Los medios estatales en chino no han informado este lunes sobre lo ocurrido en Bucha, después de que el domingo Gobiernos de todo el mundo criticaran los ataques. La Televisión Central de China, como de costumbre, ha relegado la información sobre la guerra de Ucrania para el final de su segmento de noticias, sin hacer ninguna mención a esos actos de barbarie.

Por su parte, los medios estatales chinos en inglés —como el periódico Global Times, propiedad del Partido Comunista y de tono nacionalista, o la cadena de televisión CGTN)— se han limitado a comunicar que el secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado y pedido que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la matanza. En su cobertura informan que desde el Ministerio de Exteriores ruso han negado la veracidad de los vídeos que el Gobierno ucranio ha difundido y que Moscú considera una “provocación”. Algunos usuarios en redes sociales también dudan de la veracidad de las imágenes.

El gigante asiático ha evitado desde el inicio del conflicto calificarlo de invasión o guerra y ha adoptado una posición de neutralidad escorada hacia Rusia. Aunque ha mostrado su preocupación por la crisis humanitaria y ha pedido una solución pacífica, Pekín se opone a las sanciones internacionales y responsabiliza a la OTAN y Estados Unidos por no haber tenido en cuenta las “preocupaciones de seguridad legítimas” de Moscú. Hoy es festivo nacional en China con motivo de la celebración el martes del Festival Qingming (o Día de Barrer las Tumbas), por lo que no se espera que el Ministerio de Exteriores rompa su silencio.