El presidente ruso, Vladímir Putin, este jueves en una videoconferencia desde la residencia oficial de Novo Ogariovo, a las afueras de Moscú. MIKHAIL KLIMENTYEV (AFP)

Vladímir Putin amenazaba con que la Unión Europea pagaría su gas en rublos tras las sanciones por la invasión de Ucrania, y el bloque advertía de que Moscú no vería un kopek si cambiaba sus contratos. Al final, el Kremlin ha ideado una vía para que los europeos paguen en euros, pero Rusia reciba rublos por su gas. El presidente ruso ha firmado este jueves el decreto por el que se establece el nuevo mecanismo que permitirá a los Veintisiete abonar sus facturas en euros mientras el monopolio estatal del gas, Gazprom, recibirá rublos.

La norma, que entra en vigor el viernes, faculta al brazo financiero de Gazprom para ejercer de mediador con sus clientes. En concreto, los llamados “países hostiles”, entre los que están todos los de la UE, tendrán que abrir unas cuentas especiales en Gazprombank, única entidad autorizada por el Gobierno, donde pagarán el gas con sus monedas. Acto seguido, la entidad cambiará los euros o dólares por rublos en el mercado de divisas de Moscú, y ese dinero será transferido de inmediato al suministrador del gas, que solo puede ser Gazprom porque ostenta el monopolio estatal para su exportación fuera de las fronteras rusas.

Gazprombank es uno de los pocos bancos rusos que no había sido sancionado por Occidente. Rusia, que también vio congelado su fondo de 640.000 millones de dólares (unos 576 millones de euros) en divisas extranjeras para contingencias, mantiene así abierta la entrada de monedas extranjeras, fundamentales para pagar en plena guerra sus importaciones.

Además, la ley incluye otras trampas. La comisión del Gobierno para el control de inversiones extranjeras podrá expedir permisos a los compradores extranjeros para que paguen el suministro de gas “sin cumplir con el procedimiento”, y el banco central tendrá permiso “para determinar otros procedimientos para la venta de divisas”. Es decir, el Kremlin tendrá margen para sortear su propia ley según avance el conflicto.

Sin embargo, el Kremlin insiste en que esta es una respuesta firme a las sanciones occidentales. “Si los países hostiles no pagan en rublos, los contratos vigentes serán suspendidos”, dijo este jueves Putin, que una semana antes anunció la medida a bombo y platillo tras denunciar que las monedas occidentales no son de confianza, y, “como se sospechaba, las obligaciones en dólares y euros pueden ser incumplidas”. “Suministrar nuestros productos a la Unión Europea y a Estados Unidos y recibir el pago en dólares, euros u otras monedas no tiene ningún sentido para nosotros”, añadió entonces el mandatario.

Por otra parte, Putin ha insistido este jueves en su tesis de que las autoridades europeas actúan contra los intereses de sus ciudadanos. “Si simplificamos, el gas ruso es la energía más barata, el calor y la luz en los hogares de los europeos, el coste asequible de los fertilizantes para sus agricultores y, por tanto, de los alimentos. Al final, es la competitividad de las empresas europeas y, por tanto, de los salarios de los ciudadanos europeos”, afirmó.