Fiscal Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena (Especial)

La remoción de Alejandro Gertz Manero, de la Fiscalía General de la República (FGR), “hipotéticamente es muy complicada que se dé”, aseveró el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal.

Además, en medio de las acusaciones de Julio Scherer Ibarra, exconsejero jurídico de la Presidencia, contra el fiscal y Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara alta, de una conspiración en su contra por “venganzas personales”, el legislador zacatecano adelantó que la bancada mayoritaria de Morena cerrará filas en torno a la senadora.

De acuerdo con el líder de la bancada de Morena, hay solamente dos vías para remover al fiscal: que el Ejecutivo lo quite con la no objeción del Senado para que proceda, y el retiro voluntario.

-¿El Presidente no lo podría remover?- se le cuestionó al ser entrevistado en la Cámara alta.

– Sí, claro, pero por causa justificada, y el Senado tiene todavía la no objeción o la objeción. No es tan fácil como antes. Antes era decisión del Presidente y lo remueves; ahora no, tiene que haber una causa justificada que en la Constitución establece – respondió.

Monreal consideró, por otra parte, que la presidenta de la Mesa Directiva es una mujer íntegra, incuestionable, con capacidad y talento, que ha demostrado su eficacia en la conducción de los debates, de manera plural, imparcial, profesional.

“Por supuesto que el grupo parlamentario de Morena cerrará filas con ella, y con cualquier elemento miembro del grupo parlamentario”, subrayó.

En un artículo publicado en la revista Proceso, Scherer Ibarra acusó una confabulación entre el fiscal y la exsecretaria de Gobernación para perseguirlo mediante un modus operandi “extorsivo”, valiéndose de su poder y de recursos públicos para buscar “venganzas personales”.

De acuerdo con el legislador zacatecano, la revelación de este tipo de conflictos al interior del gabinete afecta al movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“No conviene, desde el punto de vista de tranquilidad republicana, de cuidado institucional y de que el país avance por los cauces normales de la buena gobernabilidad o la buena gobernanza, siempre hay que evitar este tipo de desencuentros. No es afortunado el que estén desvelándose o revelándose probables conflictos y hacerlos públicos y hacerlos mediáticamente fuertes. No me gusta, porque finalmente afecta al movimiento”, consideró.