El canciller alemán, Olaf Scholz, durante la sesión de este miércoles en el Bundestag. MICHELE TANTUSSI (REUTERS)

La presión de otros socios de la Unión Europea sobre Alemania para acordar mayores sanciones energéticas contra Rusia no está haciendo efecto. Al menos por ahora. El canciller, Olaf Scholz, se mantiene firme en su decisión de no renunciar de forma inmediata al suministro energético de Moscú. Alemania no se lo podría permitir, aseguró este miércoles Scholz en el Bundestag. La economía alemana podría entrar en recesión y eso “no beneficiaría a nadie”, añadió. El canciller recordó, en la primera sesión dedicada a los presupuestos, que las sanciones no deberían “golpear más a los Estados europeos que a los líderes rusos”.

La Unión Europea sopesa incluir el sector energético en las sanciones contra Rusia, pero quiere asegurarse de que ese paso no rompa la férrea unidad que han mantenido los Estados miembros desde que empezó la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero. Alemania y otros países también muy dependientes de los hidrocarburos rusos argumentan que sus economías quedarían muy tocadas si se prohibiera la importación de gas o de petróleo. El 55% del gas que alimenta la industria y las calefacciones alemanas procede de Rusia. También un tercio del petróleo.

Cambio de modelo energético

El Gobierno alemán está decidido a acelerar un cambio radical en su política energética para acabar con la dependencia de Rusia, pero Scholz recordó que no es tarea que pueda hacerse “de la noche a la mañana”. El canciller anunció que los puertos para desembarcar y regasificar el gas natural licuado con el que se sustituirá el que llega por gasoducto desde Rusia se construirán “mucho más rápido que antes”, en referencia a los múltiples trámites burocráticos y administrativos que suelen comportar este tipo de instalaciones en Alemania. Los procedimientos para homologar aerogeneradores y campos solares se acelerarán para evitar las largas esperas que hasta ahora acumulaban estos proyectos.

Scholz inició su discurso asegurando a Ucrania que puede contar con la solidaridad de Alemania. Se dirigió directamente al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que la semana pasada intervino en el Bundestag para afear a Alemania haber priorizado las relaciones económicas con la Rusia de Putin. Entonces Scholz no le respondió. Los diputados aplaudieron puestos en pie al líder ucranio antes y después de su discurso, pero nadie intervino para darle la réplica. Scholz asegura este miércoles en una entrevista en Die Zeit que es lo que marca la tradición cuando un estadista extranjero habla en el hemiciclo, pero reconoce que no fue lo correcto.

Alemania ha estado suministrando armas a Ucrania desde el inicio de la invasión, pero se desconoce cuántas han llegado efectivamente a su destino. El embajador ucranio en Alemania, Andrej Melnik, ha criticado que Berlín no esté enviando los suministros que pidió Kiev, que incluyen carros blindados y aviones de combate. En su alocución en el Bundestag, Scholz evitó precisar qué armas alemanas ha recibido Ucrania.

El canciller trazó un límite claro en su compromiso con Kiev: “La OTAN no se convertirá en parte de esta guerra”, aseguró, reiterando su rechazo a establecer una zona de exclusión aérea garantizada por la Alianza. La ayuda a los refugiados será “integral”, prometió. “Todavía no está claro cuántas mujeres, hombres y niños de Ucrania buscarán refugio entre nosotros. Lo único que sabemos es que serán muchos y son bienvenidos aquí”, señaló. El Gobierno federal todavía está discutiendo con los Estados federados cómo repartir la carga económica que supondrá el alojamiento, la manutención, la escolarización y la sanidad que va a garantizar a los refugiados ucranios.

Advertencia a Putin
El canciller alemán ha revelado en una entrevista publicada este miércoles por el semanario Die Zeit que ha advertido directamente al presidente ruso contra el uso de armas químicas y biológicas en Ucrania, algo que sería “imperdonable”. Scholz afirma que hay que mantener abiertos los canales diplomáticos y estar al teléfono para hablar con Putin en cualquier momento. Sobre la larga conversación que mantuvo con él antes de que iniciara el ataque, ha contado que le sirvió para tener una impresión directa de él, aunque nunca se hizo ilusiones sobre sus intenciones: “En Moscú, no respondió a una pregunta muy clara: ¿Me puede asegurar que no invadirá Ucrania?”.

A la pregunta de si impondría más sanciones si Putin usara este tipo de armas, Scholz ha contestado: “En una conversación directa le advertí [a Putin] contra su uso. Las afirmaciones rusas de que Ucrania está desarrollando armas biológicas y químicas o de que Estados Unidos tiene la intención de usarlas son falsas y me parece que son una amenaza implícita de que el propio Putin está considerando usarlas. Por eso era importante para mí decirle clara y directamente: eso sería inaceptable e imperdonable. Nadie debería siquiera pensar en eso”.