Ciudanos ucranios se manifestaban el viernes ante la Embajada del Reino Unido en Kiev SERGEY DOLZHENKO (EFE)

El Gobierno del Reino Unido ha ordenado este lunes el regreso de parte de los oficiales y personal de su embajada en Kiev, la capital de Ucrania. El departamento de Exteriores británico ha atribuido su decisión, en un breve comunicado, “a la creciente amenaza procedente de Rusia”. Londres utiliza una de cal y otra de arena en la escalada de tensión de las últimas horas, y asegura en el mismo texto que “la embajada británica permanecerá abierta y seguirá llevando a cabo sus tareas esenciales”. Fuentes del Ejecutivo británico han asegurado a diversos medios que prácticamente la mitad del personal diplomático tenía ya programado su regreso, y que no existen en estos momentos amenazas concretas contra los funcionarios del Reno Unido.

La medida adoptada por el Gobierno de Boris Johnson sigue los pasos de la Administración estadounidense de Joe Biden. Washington ha ordenado este domingo a todos los familiares del personal de su embajada en Kiev, así como a los trabajadores no esenciales, que abandonen Ucrania cuanto antes, por la amenaza de una “acción militar seria” contra el país por parte de Rusia.

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Londres irrumpió a última hora del sábado en la crisis de Ucrania con un comunicado que contenía serias acusaciones contra Moscú. Acusaba al Kremlin de estar maniobrando ya para instalar un Gobierno títere en el país. “Disponemos de información que indica que el Gobierno ruso busca instalar a un líder prorruso en Kiev, mientras se plantea una invasión para ocupar Ucrania”, aseguraba el Ministerio de Exteriores británico. “El exdiputado ucranio Yevhen Murayev está siendo considerado como potencial candidato”, aseguraba el comunicado, que no solo señalaba directamente a Murayev, sino que presentaba además un listado de políticos de ese país que, siempre según el Ministerio de Exteriores del Reino Unido, “mantendrían vínculos con los servicios de inteligencia rusos”.

Rusia acusó al Reino Unido de desinformar y rechazó que pretenda instalar un líder prorruso en Kiev. Bajo el título Desinformación que circula, el Ministerio de Exteriores ruso publicó la madrugada del domingo un mensaje en Twitter para acusar a “las naciones anglosajonas” de “intensificar las tensiones” sobre Ucrania. “Instamos al Foreign Office a que deje de difundir tonterías”, concluía el breve mensaje del departamento dirigido por Serguéi Lavrov.