El recuerdo de su equipo en el 2004 emocionó a Sergio Bueno. Foto: Mexsport

CIUDAD DE MÉXICO.- Atlas ha pasado 17 años por un camino patibulario. Es el tiempo que le ha tomado para regresar a una semifinal en el futbol mexicano. El 2004 entonces luce nebuloso. El último entrenador que llevó a los rojinegros a esta instancia fue Sergio Bueno.

Si me hablas porque el Atlas regresó apenas a una semifinal, quiere decir que las cosas no se han hecho bien en mucho tiempo, hasta ahora”.

Se recuerda a un Sergio Bueno serio y solemne, trayendo como escolta a un grupo de jugadores que creyeron ir en contra de los pronósticos.

Siempre que empieza un torneo, y con nosotros no fue la excepción, al Atlas lo consideran un equipo que no puede tener aspiraciones y la realidad es que en ese año le dimos un sello al equipo, particularmente con la cantera”, rememora.

Con jugadores de categoría como Carlos María Morales y Robert de Pinho en el ataque, diversificó sus virtudes con la aportación de Juan Carlos Medina, Juan Pablo García, Daniel Osorno, Nicolás Ramírez y Antonio Pérez en la portería. Para Bueno es importante recalcar que estos 17 años han transitado con cambios importantes que marcaron su destino.

Atlas fue el último equipo en resistir trabajar con socios que eran los que decidían las finanzas y condiciones del club, hasta que fue vendido a TV Azteca y luego a Grupo Orlegi.

Bueno identifica que estos años de fracasos se debían en un punto a que Atlas debía vender jugadores para subsistir y eso aleja el sueño de ser campeones.

Y luego atribuye a malos manejos directivos los subsecuentes fracasos, hasta ahora.

Una cosa fue el Atlas propiedad de 100 socios, otra la inestabilidad con TV Azteca, y unas distinta la tranquilidad que da Grupo Orlegi ahora respetando al cuerpo técnico y jugadores”.

Y es que no es fácil sacar del marasmo al Atlas cuando se acarrean grilletes tan pesados como 70 años sin título.

Desde esos años en que yo estaba descalifican al Atlas, hay mucho ruido externo y lo más importante fue tener fe ciega en el grupo. Tampoco puedo desaparecer que a la hora buena tuvimos mucha presión, de pronto todos estaban encima diciendo que era nuestro año y la emoción pasó a ser una losa para los jóvenes en esas instancias finales”.

El Atlas de Sergio Bueno tan congestionado siempre, tuvo una gran calificación al eliminar al enemigo regional, las Chivas, en un juegazo de cuartos de final.

Entonces hubo más expectación y todos nos etiquetaban de favoritos y no lo controlamos. Debimos blindar más a nuestros jóvenes y quizá lo mismo tiene que hacer ahora Diego Cocca, no permitir que lo externo invada al grupo porque se piensa en la final ante de tiempo”.

Prueba de ello fue la semifinal ante Pumas cuando en 12 minutos ya perdían 2-0, “a pesar de eso nos levantamos y empatamos el juego, pero el último gol de Diego Alonso nos mató, no era lo mismo ir a la vuelta empatados que perdiendo por uno. Sabíamos cómo jugaría Pumas y aun así no pudimos, perdimos”.