La protesta de Jalalabad (Afganistán) en la que murieron tres personas por disparos de los talibanes

El rostro conciliador que los talibanes están tratando de ofrecer al mundo tras tomar el poder en Afganistán ha quedado aún más en entredicho al conocerse que al menos tres personas han muerto y una docena han resultado heridas este miércoles en una manifestación de protesta en Jalalabad, en el este del país, informó la agencia Reuters, que cita a varios testigos. La protesta, masiva -según se aprecia en un vídeo difundido por la agencia de noticias afgana Pajhwok-, se produjo cuando ciudadanos de esa urbe, una de las últimas en caer en poder de la milicia fundamentalista, trataron de colocar una bandera tricolor afgana en un plaza de la ciudad en lugar de la divisa blanca con la declaración de fe islámica que utilizan los insurgentes.

En otro vídeo posterior difundido por el mismo medio afgano, se observa cómo los participantes en la marcha pasan del júbilo después de haber colocado la bandera al terror y el caos cuando hombres que por su aspecto y vestimenta parecen ser militantes talibanes disparan en apariencia al aire. Otras imágenes muestran después a varios hombres llorando en el interior de una vivienda.

Según Pajhwok, esta protesta no ha sido la única contra los talibanes que se ha producido este miércoles. Otras manifestaciones similares en favor de la bandera nacional se han producido en otras ciudades afganas, como en Khost, en el este del país. En Bamiyan, en el centro de Afganistán, donde los fundamentalistas destruyeron los budas gigantes en marzo de 2001, la estatua de un antiguo dirigente político de etnia hazara ha sido también demolida. Los hazaras, tercera etnia del país, son mayoritariamente chiíes, por lo que los talibanes los consideran herejes. En su interpretación rigorista del islam, los talibanes prohíben además cualquier representación de la figura humana.

Mientras se difunden estas noticias que aumentan la inquietud sobre la sinceridad de declaraciones como las que profirió el martes el portavoz talibán Zabihullah Mujahid, que reiteró la concesión de una amnistía general a funcionarios y colaboradores de países extranjeros, las operaciones de evacuación a través del aeropuerto de Kabul se han acelerado este miércoles. El caos provocado por la presencia de miles de personas que trataban de huir del país en las pistas del aeródromo el domingo y el lunes había obligado el lunes a suspender la evacuación, que se reanudó el martes por la mañana.

Desde entonces, en poco más de 24 horas, 5.000 personas, entre diplomáticos, personal de seguridad, cooperantes y colaboradores afganos de países extranjeros han salido ya por vía aérea de Kabul, indicó a Reuters un funcionario occidental cuya identidad no se precisa. Se desconoce si esta cifra total de 5.000 personas incluye a los 640 afganos que el domingo dejaron el país hacinados en el suelo de un avión de carga C-17 del Ejército estadounidense y tampoco cuántos ciudadanos del país centroasiático figuran entre ellas.

Entre esos 5.000 evacuados, 1.100 despegaron a bordo de aviones estadounidenses. Estados Unidos es el país que encabeza la lista de personas que han salido ya de esa forma de Afganistán, con más de 3.200. El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, informó por su parte este miércoles en el Parlamento británico de que sus aeronaves han sacado ya del país a 306 británicos y 2.052 afganos. Fuentes oficiales de ese país han precisado que su objetivo es rescatar a un millar de personas diarias.

España también ha iniciado ya la repatriación de los seis residentes españoles en el país, de sus dos diplomáticos, y de los colaboradores afganos que durante años han trabajado en la Embajada, como traductores del Ejército, en la cooperación española y en puestos de diversa índole. Todos forman parte de una lista de entre 500 y 600 personas. El primer avión militar español partió este miércoles desde Kabul hacia Dubái con entre 50 y 100 personas, mientras se prevé que una segunda aeronave llegue a la capital afgana en las próximas horas. Ambos aparatos efectuarán “tantos viajes como sean necesarios”, según fuentes de Exteriores, entre Dubái y Kabul para sacar de esa última ciudad a entre 100 y 200 personas en las próximas horas, que luego serán trasladadas a España.

Un primer vuelo de Lufthansa fletado por el gobierno alemán, con 130 personas a bordo, aterrizó también a primera hora de este miércoles en Fráncfort, mientras que Francia ha logrado ya que despegaran dos de sus aviones desde Kabul, según el ministerio de Exteriores francés. El primero de ellos tomó tierra el martes por la tarde en París con 41 personas a bordo mientras que, en el segundo, cuya llegada a territorio galo está prevista para este miércoles, viajan 216 pasajeros, 25 franceses, 184 afganos y unos pocos ciudadanos de terceros países.

Otro vuelo fletado por Holanda con 35 personas a bordo ha logrado abandonar el país centroasiático después de que el miércoles por la mañana, la ministra holandesa de Asuntos Exteriores, Sigrid Kaag, denunciara que una aeronave holandesa había tenido que despegar el martes por la noche de la capital afgana sin pasajeros. La ministra responsabilizó de ello a las fuerzas armadas estadounidenses que custodian el aeropuerto y que, según denunció, no permitieron que ningún afgano entrara en el recinto, ni siquiera los que contaban con visado holandés. El avión solo estuvo en tierra durante media hora, ha denunciado Kaag, que ha lamentado que muchos de los colaboradores afganos de su país se quedaran “en las puertas del aeropuerto con sus familias”, ha dicho a la agencia de noticias holandesa ANP.

Pese a que la situación ha mejorado, un extremo reconocido por la propia ministra, las aglomeraciones antes las puertas del aeródromo continúan. Este miércoles, 17 personas resultaron heridas en una estampida ante una de las puertas del aeropuerto informó un oficial de la OTAN a Reuters.

El martes, pese a que la situación en el interior del aeropuerto estaba ya controlada, varios países habían denunciado a su vez que el acceso al recinto seguía siendo muy complicado, especialmente para los afganos. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, acusó a los talibanes de estar impidiendo la entrada al aeródromo de los ciudadanos del país que han trabajado para países occidentales.

En un informe difundido ese mismo día, el Ministerio alemán de Defensa describía cómo “en torno al aeropuerto de Kabul los talibanes habían instalado puestos de vigilancia para controlar el acceso”. Al vetar la entrada, “los talibanes permiten a las fuerzas internacionales llevar a cabo un tráfico aéreo ordenado para evacuar a sus ciudadanos. Pero al mismo tiempo, sin embargo, el cierre del aeropuerto hace difícil la evacuación de ciudadanos afganos”, agrega el texto. El martes, un avión alemán despegó también con solo siete personas a bordo, lo que un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán achacó, no solo a las “caóticas circunstancias” vividas en el aeropuerto, sino también “a los intercambios recurrentes de disparos en el punto de acceso” a las instalaciones.

Mientras los países occidentales aceleran la evacuación, las negociaciones entre los líderes afganos y los talibanes prosiguen. Un comandante de la milicia fundamentalista y alto dirigente de la red Haqqani, Anas Haqqani, ha mantenido una reunión con el expresidente afgano Hamid Karzai y con el principal enviado de paz del recién derrocado gobierno afgano, Abdullah Abdullah, confirmó este miércoles un portavoz de los insurgentes a Reuters.

La red Haqqani es una facción de peso dentro del movimiento talibán —también ha colaborado con Al Qaeda— y está incluida en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado de EE UU. Se le atribuyen atentados como el ataque perpetrado en septiembre de 2011 contra la Embajada de los Estados Unidos y el cuartel general de la OTAN en Kabul, en el que murieron 16 afganos, incluidos al menos seis niños.

Una oleada de refugiados
El Gobierno británico anunció este martes que está dispuesto a acoger “a largo plazo” a 20.000 refugiados afganos, 5.000 de ellos el próximo año, a pocas horas de un debate especial de urgencia sobre la crisis provocada por el retorno de los talibanes al poder. La Unión Europea, por su parte, tiene previsto debatir este miércoles la respuesta de los Veintisiete a la previsible llegada de miles de demandantes de asilo procedentes de Afganistán. Durante el encuentro, que tendrá lugar por videoconferencia, el Alto Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, y la comisaria de Interior, Ylva Johansson, informarán sobre las últimas novedades en el país centroasiático, según confirmaron fuentes de la Comisión Europea.

La semana próxima, también el G7 mantendrá una reunión virtual entre sus líderes para discutir una estrategia y un enfoque común, informó la Casa Blanca, después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuviera el martes una conversación con el primer ministro británico Boris Johnson sobre la situación en ese país. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha anunciado este miércoles a través de su cuenta de Twitter, que la Alianza mantendrá a su vez una reunión virtual el viernes, 20 de agosto, para abordar la situación en Afganistán.