El caso de Lydia Cacho, la periodista secuestrada y torturada en 2005 por investigar una trama de pornografía infantil, sigue sumando claroscuros. Un tribunal del Estado de Quintana Roo ha otorgado un amparo al empresario textil libanés José Kamel Nacif Borge que le abre el camino a la absolución, según ha informado la ONG de defensa de la libertad de expresión Artículo 19. El sospechoso, un magnate bajo la protección del exgobernador de Puebla, Mario Marín, aparece en el centro de la trama de explotación sexual infantil que destapó la periodista en su libro Los Demonios del Edén, y está acusado de ser el autor intelectual de la detención y tortura. Finalmente, los magistrados no han podido determinar que Marín —acusado intermediar con la policía para atacar a Cacho— en la llamada grabada con Nacif se refiera a Cacho cuando dijo: “ya ayer le acabé de dar un pinche coscorrón a esta vieja cabrona”. Sin embargo, el Juzgado de Quintana Roo ha rechazado el amparo para que Marín continúe su proceso en libertad.

El Tercer Tribunal Colegiado en el Estado de Quintana Roo ha determinado que el secuestro y tortura de Lydia Cacho el 16 y 17 de diciembre de 2005 no tuvieron relación con la publicación de su libro, en el que revela una trama de secuestros y prostitución infantil en ese Estado del Caribe mexicano. Nacif era una de las piezas claves dentro de esta red.

Sin embargo, el tribunal considera que “no hay prueba fehaciente” sobre la existencia de una orden para torturar a la periodista por publicar el libro y que, todo lo sucedido y vivenciado por ella, se reduce a la responsabilidad de los dos policías que la detuvieron. También consideraron poco relevante que los automóviles de Nacif acompañaran de forma ilegal a los policías judiciales durante el traslado de Cacho en el trayecto de Puebla-Cancún-Puebla. Por lo tanto, han aceptado el recurso de amparo que estaba en revisión de Nacif, con el voto a favor de Selina Ahidé Avante Juárez, magistrada ponente del asunto, y Graciela Bonilla González, secretaria de tribunal en funciones de magistrada. El voto en contra fue del magistrado Jorge Mercado Mejía.

Por su lado, el Juzgado Tercero de Distrito en Quintana Roo ha negado el amparo al exgobernador de Puebla contra el auto de formal prisión que le fue dictado el 10 de febrero de 2021 por su probable responsabilidad en el delito de tortura contra Lydia Cacho. Además, también le negaron el amparo contra la solicitud que realizó para llevar su proceso bajo libertad.

Artículo 19 ha denunciado que la decisión del tribunal tenga “una clara intención de exonerar a todos los autores intelectuales”. La ONG ha señalado que la aceptación del amparo contraviene lo dictaminado por la ONU en 2018 respecto al caso. Entonces, el Comité reconoció que Cacho fue detenida arbitrariamente y torturada como medida punitiva con motivo de la publicación su libro en el que mencionaba a Nacif y Marín. Esta denuncia de la ONU permitió que se abriera una investigación en contra de ambos sospechosos tras 14 años de impunidad.

Entonces, un audio publicado por el diario La Jornada cobró relevancia. La grabación de una llamada, realizada solo nueve meses después de la publicación del libro, entre el empresario y el entonces gobernador reveló el nivel de influencia de los empresarios con el Gobierno priista.

—Qué pasó mi góber precioso, mi héroe chingao –le comentó Nacif al político.

—No, tú eres el héroe de esta película, papá. Ya ayer acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley.

Unos meses después, un juzgado emitió su orden de arresto y envió la información sobre el exgobernador a la Interpol. Marín fue arrestado en Acapulco (Guerrero) por la Fiscalía General de la República (FGR) tras dos años prófugo de la Justicia. Nacif por su parte huyó al Líbano donde se resguardó hasta su detención el pasado mayo. Todavía falta la detención del exdirector de la Policía Judicial del estado de Puebla, Hugo Adolfo Karam Beltrán, quien se encuentra en paradero desconocido. Cacho, por su lado, se vio obligada a salir de México y refugiarse en el extranjero por las continuas amenazas de muerte.