CIUDAD DE MÉXICO. – Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 en una casa ubicada en Coyoacán, Ciudad de México, de ascendencia húngaro-alemana por parte de sus padres, Guillermo Kahlo, un afamado fotógrafo durante el porfirismo. Su madre fue Matilde calderón, oriunda de Oaxaca.

A los 6 años de edad, una severa poliomielitis, le ocasionó a Frida, problemas en sus piernas, al quedar una más corta que la otra, situación con la que tuvo que lidiar prácticamente toda su vida.

Frida Kahlo formó parte de la generación preparatoriana de 1920 – 1924, entre las pocas mujeres estaba ella. Se caracterizó por ser una estudiante brillante fuera de los estándares establecidos en la época, y se aferró a la vida con el arte como uno de sus máximos estandartes.

En septiembre de 1925, mientras viajaba en un autobús sufrió un aparatoso accidente al chocar con un tranvía en Coyoacán. El camión fue golpeado violentamente por el tranvía número 829 para después estrellarse contra un poste. Según dio a conocer Excélsior, eran las 7:30 de la noche cuando sucedió el percance en el que la joven artista resultó con graves lesiones al sufrir múltiples fracturas.

Algunos especialistas en la vida de la artista mexicana sostienen que comenzó a pintar antes de sufrir aquel accidente que la cambió la vida, sin embargo, fue durante su recumeración que se apasionó por la pintura.

LA VIDA DESPUÉS DEL ACCIDENTE
Las notas periodísticas del acervo histórico de Excélsior de la época, detallan la manera en que la pintora mexicana gustaba de peinarse y vestirse: “Peiname, le decía a alguna amiga, a alguna enfermera o a alguna sirvienta. Peiname, con las peinetas. Y le hacían gruesas trenzas negras, anudadas con estambres, en forma de corona al estilo Tehuantepec”, a pesar de nunca haber conocido Tehuantepec. Sin olvidar los grandes aretes y los prominentes anillos que llevaba entre sus dedos.

“Después se pintaba con desgano los labios, único cosmético que utilizaba, y se ponía lociones.”

Además, en su infancia, Kahlo acostumbraba usar un amplio sombrero negro con falda azul. Sin ambargo, al momento de pintar, prefería un traje completo con botas, saco y una total ausencia de cosméticos.

Después del accidente que le trajo tando dolor y sufrimiento, Kahlo fue sometida a más de veinte operaciones que le acarrearon un sinfín de secuelas en su vida diaria. Algunos aspectos de su pasado y la posterior amputación de una pierna le hicieron caer en depresión, situación que plasmaba en cada obra como parte de su realidad.

FRIDA Y DIEGO
Algunas crónicas publicadas en este diario, establecen que uno de los primeros contactos entre Frida y Diego se dio un día en que ella le mostró algunos de sus trabajos al muralista, y le dijo “Oiga, usted, Diego, yo no vengo a coquetearle, aunque usted es muy mujerero. Vine a enseñarle mis cuadros”.

Años después, en 1929, se casaron. La relación amorosa de los dos artistas estuvo llena de controversias, debido a las infidelidades de Rivera, los constantes problemas de salud de Kahlo, así como la simpatía de la pareja por el Partido Comunista que pondría a la pintora en el ojo del huracán aún después de su muerte.

El tormentoso y sui generis matrimonio de la pareja se tornó lleno de infidelidades al punto de dar por terminada su relación. La separación fue efímera y, en 1940 volvieron a contraer nupcias, ahora en la ciudad de San Francisco, así lo dio a conocer Excélsior en su edición del 9 de diciembre de ese año.

Su cariño por Diego Rivera era profundo. La misma Frida decía sobre él, “…quiero a Diego más que nunca y espero servirle en algo y seguir pintanto con toda la alegría y ojalá nunca me pase nada y ojalá nunca le pase nada a mi Diego nada, porque el día que Diego muera me voy con él, le pese a quien le pese. Nos entierran a los dos. Ya les he dicho ‘no cuenten conmigo después de Diego’, no voy a vivir sin Diego ni puedo”.

LA ÚLTIMA NOCHE
El día de su cumpleaños número 47, Kahlo estuvo acompañada de su amiga Proenza Teresa; la misma pintora pidió su presencia como regalo de cumpleaños. La mañana de 7 de julio, Teresa le puso las mañanitas. Kahlo se vistió con un huipil blanco, dicen que era uno de sus favoritos.

Esa misma mañana recibió a una gran cantidad de sus amigos, recibió muchos regalos y flores. Las visitas siguiereon llegando hasta la noche cuando ella ya se encontraba en su recámara. El siguiente 21 de agosto celebraría su boda de plata con Diego Rivera. Pretendían realizar una gran fiesta mexicana.

Los registros periodísticos de Excélsior señalan que esa semana Kahlo se encontraba triste por no haber recibido la visita de María Félix, quien no pudo visitarla.

Tan solo unas semanas antes, la artista había participado en una manifestación en favor del movimiento comunista guatemalteco a pesar de los fuertes dolores que le aquejaban.

Un día antes de su fallecimiento, el lunes, Kahlo se encontraba con buen ánimo, despertó por la mañana después de haber dormido un largo tiempo por recomendación médica. Había pasado días con terribles dolores, por lo que, su enfermera, Mayet, no la dejaba sola ni un momento.
Ese mismo día, Diego Rivera la visitó. Estuvieron platicando y la artista se mostraba motivada en recurrir a un tratamiento que esperaba recibir en Polonia una vez que se recuperase para hacer el viaje. Durante su conversación con Diego, dijo que le gustaría despedirse de él y de algunos de sus amigos más queridos.

Aquella noche, después de tomar jugo de frutas, se durmió casi a las 11:00 p.m. Las notas publicadas en Excélsior el 14 de julio de 1954, señalan que “A las cuatro de la mañana despertó un poco incómoda. La señora Mayet la atendió y le arregló las sábanas. Volvió a quedarse dormida. A las seis, la señora Mayet oyó que llamaban a la puerta. Era una mañana oscura y todavía en tinieblas y la señora Mayet se levantó a abrir. Al pasar por la cama de Frida la arropó, pero observó que mantenía los ojos abiertos. Se asustó muchísimo y le tocó las manos, que estaban frías. Llamó al chofer, Manuel, y este se encargó de llevar la triste nueva a Diego Rivera.”

EL FUNERAL, EL MARTILLO Y LA HOZ
El 13 de julio de 1954 la artista, Frida Kahlo, fue encontrada sin vida en su casa ubicada en Coyoacán. El parte médico sugirió una embolia pulmonar como la causa del deceso, sin embargo, hasta la fecha las verdaderas causas de su fallecimiento siguen siendo un misterio.

Su cuerpo fue velado en el Palacio de Bellas Artes, y fue incinerada en el panteón de Dolores, según los deseos de la pintora. Antes de colocar el féretro en el crematorio, Carlos Pellicer pronunció unas palabras para quien fuera su amiga.

Actualmente sus restos reposan en la Casa Azul, en Coyoacán, donde vivió toda su vida; recinto que actualmente es uno de los museos más importantes y visitados en el mundo.

Al funeral asistió una gran multitud, entre quienes se encontraban miembros del Parido Comunista, integrantes de la clase política y artística del momento, así como personalidades de diversos ámbitos. La polémica se presentó cuando uno de sus alumnos se acercó a colocar la bandera comunista, ideología de la que Kahlo fue simpatizante en vida.

La situación generó una ola de críticas entre la prensa y los círculos políticos. La Comisión Permanente del Primer Congreso Contra la Intervención Soviética en la América Latina, calificó el acto como “grotesco”. Se ejerció una presión tal, al grado de que, apenas unos días después, fue cesado de su cargo el director de Bellas Artes junto con otros funcionarios del recinto cultural.

La desenfrenada vida de una mujer que rompió con los estereotipos femeninos de la época. Estableció un puente muy estrecho entre el dolor y la libertad, cuyo legado trasciende hasta nuestros días. Frida es el símbolo de la mujer que lucha a costa de las adversidades. Ha sido inspiración de diferentes movimientos sociales pero, su obra y memoria siguen entre nosotros.