La represión de las protestas a favor de la democracia que inundan a diario las principales ciudades birmanas desde hace dos semanas se ha cobrado su primera víctima mortal. Tras 10 días en estado crítico, Mya Thwe Thwe Khaing, que cumplió 20 años en el hospital, ha fallecido este viernes. La joven había recibido un disparo de bala en la cabeza durante una manifestación en la capital, Naypyidó, el 9 de febrero, que fue violentamente dispersada por las Fuerzas Armadas. Una persona más se encuentra en estado crítico y otras 20 resultaron heridas ese día. Las protestas contra el golpe de Estado del 1 de febrero continuaron este viernes por todo el país.
Mya Thwe Thwe Khaing, dependienta de una tienda de alimentación, resultó herida cuando la policía trataba de dispersar a los manifestantes con cañones de agua, gases lacrimógenos y también munición real. Su herida en la cabeza, según constató el equipo médico que la trató ese día, había sido producida por un disparo con arma de fuego, lo que supuso una significativa escalada de violencia en contraste con la más moderada actuación policial durante otras manifestaciones. La última protesta comenzó hace dos semanas y reúne a cientos de miles de personas por varias ciudades y localidades de Myanmar (antigua Birmania) desde entonces. Al menos otra persona también resultó herida de bala ese día y se encuentra aún ingresada.
Este viernes, un médico confirmó la muerte de la joven a las once de la mañana hora local (las 06.30 de la mañana en la España peninsular), y dijo que su caso sería examinado por la junta del centro, ya que lo consideran “una injusticia”. “Vamos a mantener la política de hacer pública la causa de su muerte y enviar una copia de su informe médico a las autoridades. Buscaremos justicia”, aseguró el médico, cuya identidad no ha sido revelada, según la agencia France Presse (Afp). También afirmó que su hospital ha recibido una “inmensa presión” por parte de la junta militar desde que la joven entró en la unidad de cuidados intensivos. “Algunos médicos han dimitido a causa de ello”, añadió. Un portavoz de los militares, Zaw Min Tun, convertido en viceministro de Información, confirmó esta semana que la estudiante había recibido un disparo.
Muchos médicos y trabajadores sanitarios birmanos se han sumado al movimiento de desobediencia civil contra el golpe de Estado que el 1 de febrero depuso el Gobierno de Aung San Suu Kyi, cuyo partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés), ganó las elecciones del pasado noviembre. Los militares alegaron fraude electoral, sin pruebas ni respaldo institucional, y se reservaron dicho pretexto para llevar a cabo el golpe.
La familia de Mya Thwe Thwe Khaing, que se declaran partidarios de la NLD de Suu Kyi, detenida desde el 1 de febrero e imputada por dos supuestos delitos que su entorno considera políticamente motivados, anunció este viernes que celebrará el funeral el domingo. El hermano de la joven, Ye Htut Aung, aseguró a la agencia Reuters que su familia, aunque apoyaba las protestas, había recomendado a la joven que no fuera por miedo a la violencia policial y militar. “Pero ella insistió. Era su espíritu. Quería ir y no pudimos pararla”, declaró.
Un vídeo publicado en las redes sociales y verificado por Reuters capta el momento en el que la joven recibe el disparo. Las imágenes la muestran vestida de rojo –el color de la NLD– y protegida por un casco en la primera línea de un grupo de manifestantes, que hacen frente a una hilera de policías antidisturbios. Los manifestantes reciben primero un cañonazo de agua, y mientras ella y una compañera se dan la vuelta para huir, se escucha ruido de disparos y Mya Thwe Thwe Khaing cae al suelo.
Su hermano ha afirmado que la fallecida había votado por primera vez en noviembre a la NLD. “Quiero animar a todos los ciudadanos a sumarse a las protestas para deshacernos de este Gobierno”, dijo por su parte este viernes su hermana, Mya Tha Toe Nwe, según Reuters, poco después de que se hiciera público el fallecimiento.
La delicada condición médica de la joven ya había supuesto un motivo más de indignación entre los manifestantes que desde hace dos semanas protestan contra el golpe. Un retrato de ella junto a un mensaje que reza “unámonos para oponernos al dictador que asesina a la gente” cuelga de un puente de Yangón, la mayor ciudad birmana y donde se están viviendo las protestas más multitudinarias, de hasta cientos de miles de personas. Este viernes esta urbe volvió a ser el epicentro de nuevas manifestaciones, a las que muchos acudieron vestidos con sus uniformes de trabajo para demostrar que estaban en huelga. “¡No vayáis a la oficina! ¡Huelga, huelga!”, gritaba la multitud, según Afp.
Zonas rurales
Además de en Yangón y en otras ciudades grandes como Mandalay, donde esta semana también se vivieron tensas escenas de represión policial, vídeos y fotografías publicadas en medios locales y redes sociales muestran manifestaciones en zonas rurales del país. En Myitkyina, capital del Estado norteño de Kachin y con menos presencia de medios de comunicación –muy controlados por la junta militar– la policía y los manifestantes se enfrentaron este viernes. “Hay muchas ciudades en las que se está produciendo una escalada de violencia, pero lo triste es que no son casi accesibles y no podemos saber realmente lo que está ocurriendo en las zonas rurales y montañosas”, cuenta por mensaje Terry Thukha Kg Mon Soe, residente de Mandalay.
Desde el golpe, al menos 521 personas han sido detenidas en Myanmar, según la Asociación para la Asistencia de Prisioneros Políticos del país. Las fuerzas armadas de momento combinan gestos de forzada normalidad en público, han dado su primera rueda de prensa esta semana –en la que aseguraron la pronta convocatoria de elecciones–, con represión policial, redadas y arrestos nocturnos, así como apagones de las telecomunicaciones durante la madrugada, evocando los peores años de la junta militar previa (1962-2011).