CIUDAD DE MÉXICO.- Los Tigres se quedaron cerca de la gloria. El cuadro regiomontano protagonizó un partido cerrado contra el Bayern Múnich en la final del Mundial de Clubes, pero terminó siendo superado por la mínima diferencia.
Un solitario gol del defensa francés Benjamin Pavard al minuto 60 valió para que los bávaros vencieran 1-0 a los felinos en el Education City Stadium de Qatar y se convirtieran en campeones del mundo por segunda vez en su historia (2013) y en el primer equipo en lograr el sextete desde el Barcelona en la temporada 2008-2009.
Tigres se empeñó en hacer un partido sin errores, aún así no pudieron evitar algunas fallas. Una de ellas casi les cuesta ponerse en desventaja. Al minuto 17, Javier Aquino equivocó un pase, se lo entregó al mediocampista rival Joshua Kimmich, quien segundos después sacó un disparo que terminó en gol. Por fortuna para los de San Nicolás de los Garza, el delantero Robert Lewandowski intervino en la jugada estando en posición adelantada y el tanto fue invalidado.
A pesar de que los Tigres llegaron a territorio ajeno en algunas ocasiones, los alemanes, quienes sufrieron la baja del defensa Jerome Boateng por motivos personales y el delantero Thomas Müller por haber dado positivo a covid-19, se vieron más peligrosos. Luego del gol anulado, Leroy Sané estrelló un disparo en el poste al minuto 33.
La tónica del encuentro no fue diferente para el segundo tiempo, los campeones de la Concacaf mantuvieron el orden, mientras los monarcas europeos presionaban en busca de espacios.
Finalmente, al minuto 60, lograron abrir el marcador. Pavard sólo tuvo que empujar a la red un balón que había quedado botando en el área, tras una disputa entre el portero Nahuel Guzmán y Lewandowski.
La anotación fue anulada en primera instancia por un supuesto fuera de lugar del atacante, pero, minutos después, el árbitro uruguayo Esteban Ostojich, asistido por el VAR, validó el tanto a pesar de que el polaco había tocado el esférico con la mano.
La polémica se volvió a presentar dos minutos después, cuando Pavard se barrió para cortar un servicio al área de Luis Quiñones y tocó el balón con la mano. Sin embargo, el silbante consideró que no era deliberada para marcar la pena máxima.
La última opción que tuvieron los norteños para empatar el marcador llegó a ocho minutos del final, cuando Carlos González peinó un balón para Gignac, que el delantero francés intentó conectar de tijera, pero no logró hacerlo.
A pesar del resultado, el segundo lugar de los Tigres seguirá siendo por ahora, la mejor actuación de un equipo mexicano y de Concacaf en la historia de este torneo.
El alemán Robert Lewandowski fue elegido como el mejor jugador del certamen (Balón de Oro). El francés André-Pierre Gignac se llevó el Balón de Plata y Kimmich consiguió el Balón de Bronce.
LA PRENSA ALEMANA
La mano de Robert Lewandowski, antes de ceder el balón a Benjamin Pavard para el gol que valió el título, no pasó inadvertida para la prensa alemana. El diario Bild señaló que “la controvertida victoria del Bayern Múnich parece irregular. El motivo: una mano de Lewandowski”.