Una protesta contra la escasez de quimioterapias, en agosto.DANIEL BECERRIL / REUTERS

El carrito de la compra de las autoridades mexicanas va más allá de las vacunas anticovid. Mientras las dosis contra el virus ocupan el centro de la actualidad política, la gran adquisición pública de medicamentos, por un valor estimado de 100.000 millones de pesos, avanza sin recibir mucha atención. La UNOPS, una agencia de Naciones Unidas especializada en logística, ha empezado poco a poco a entregar piezas oncológicas y este viernes abre las ofertas para la licitación general de medicamentos. Es la gran esperanza del Gobierno federal para acabar con el desabasto crónico. Sin embargo, el sector farmacéutico alerta de la posibilidad de nuevos problemas de suministro tras los retrasos en el calendario y en la firma de contratos.

Desde que en julio se anunció que la UNOPS se haría cargo de la licitación, el proceso de compra ha sido una carrera contrarreloj: tan solo medio año para empezar a suministrar más de 2.000 millones de productos a un sistema de salud que atraviesa desde hace años periodos de escasez. Durante el sexenio anterior, los primeros pasos de la compra pública de medicamentos se daban entre marzo y abril del año previo. Esta vez, condicionada por la firma del acuerdo con el Gobierno federal, la agencia arrancó a finales de agosto con un sondeo de mercado para tantear el interés de las empresas en participar.

La agencia es experta en procesos de contratación pública y ha logrado ahorros para los países beneficiarios. Sin embargo, nunca había organizado uno de este tamaño. El valor total de productos y servicios contratados por la UNOPS en 2019 fue de 1.100 millones de dólares, mucho menor a la cifra del contrato mexicano.

El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró, de todos modos, que la agencia garantizaba transparencia. “Ofrece la posibilidad de obtener medicinas de buena calidad a bajo precio y sin corrupción. Vamos a resolver el problema del desabasto”, declaró durante el anuncio. El Ejecutivo federal ha chocado varias veces con las farmacéuticas, a quienes ha tildado de corruptas. Varios de los principales laboratorios han sido inhabilitados, lo que ha derivado en una batalla legal.

Seis meses después de la firma, la entrega de medicamentos críticos, adquiridos a través de un procedimiento expedito, ha empezado de forma muy tímida. A finales de enero, la UNOPS entregó 741 piezas de oncológicos al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y esta semana serán apenas 347, según información facilitada por la organización. Son solo el primer paso para intentar resolver un problema de meses. La escasez de quimioterapias para niños con cáncer ha provocado un fuerte movimiento de protesta entre los padres y ha colocado al Gobierno en una posición incómoda.

Normalizar la cadena de suministro no es una cuestión de días. Los paquetes recibidos corresponden a una sola clave o tipo de producto, de un total de 36 claves oncológicas en la lista de la compra, y el Insabi tiene que hacerlos llegar a los hospitales. Además, todavía hay contratos pendientes de firmar, explican a este diario fuentes del organismo y de asociaciones farmacéuticas. La agencia de la ONU asegura, no obstante, que el ritmo se va a acelerar y prevé que en las próximas semanas se entreguen 56.000 piezas.

Aparte de los medicamentos críticos, la UNOPS acaba de dar otro paso en la licitación general. La agencia cierra este viernes la compra general de medicamentos y abre las ofertas presentadas por los fabricantes para empezar a evaluarlas. Para el material de curación, el evento se llevará a cabo el 12 de febrero. Ambas fechas suponen un retraso de casi tres semanas respecto a lo previsto en el plan de diciembre, según las notificaciones recibidas por las empresas participantes. Aunque el lanzamiento de esta etapa alivia la presión sobre la agencia y calma las dudas de las farmacéuticas, la industria ha alertado del impacto de los retrasos sobre el resto del proceso.

La firma de contratos se llevará a cabo entre finales de marzo y principios de abril y los medicamentos se entregarán en mayo. Originalmente, la fecha era abril. “UNOPS está haciendo todos los esfuerzos posibles para anticipar el abasto si se puede antes de abril, pero hay que tomar en cuenta cuáles son los tiempos de las licitaciones, las evaluaciones y la producción de medicamento”, explicó en diciembre el director adjunto regional de la agencia Giuseppe Mancinelli.

Inquietud en el sector farmacéutico
El sector farmacéutico mexicano considera que los tiempos propuestos no son realistas. Entre la firma del contrato y la entrega del producto hay alrededor de un mes. De media, un laboratorio tarda entre tres y cuatro en fabricar un medicamento. “En un proceso de medicamentos genéricos, una farmacéutica no puede tener stock porque a lo mejor gana ella o el competidor y la materia prima y los productos terminados tienen caducidad”, dice Rafael Gual, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica: “Las dilaciones van en contra de un abasto oportuno”.

“Este calendario se va a traducir en claves desiertas”, coincide Juan de Villafranca, director ejecutivo de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos. Ya antes de la firma con la UNOPS, el actual Gobierno había enfrentado dificultades. En la compra para el segundo semestre de 2019, organizada por las Secretarías de Salud y Hacienda, un 62% de las claves licitadas no fueron adjudicadas a ninguna empresa.

En una reunión con la UNOPS la semana pasada, la primera desde el inicio del proceso, la industria farmacéutica expuso su preocupación sobre el calendario. No fue la única inquietud. Las asociaciones buscaron respuestas ante el miedo de que la licitación favoreciera a los fabricantes extranjeros y reclamaron “piso parejo”. La agencia se comprometió a exigir a los participantes extranjeros la firma de un compromiso en el que aseguren no recibir subsidios, según De Villafranca.

Mientras se resuelve la licitación y para cubrir los primeros meses, las autoridades sanitarias van a tener que recurrir a la ampliación de contratos del año pasado o a las adjudicaciones directas, una práctica que ha aumentado con este Gobierno y que suele incrementar el precio de las compras. “Las principales instituciones de salud están haciendo sus propias adquisiciones de medicamentos oncológicos y de atención a la diabetes. No están esperando a la UNOPS”, dice Enrique Martínez, director de Inefam, un centro de análisis.

La licitación para 2021 se va a solapar con el inicio de la compra que la UNOPS va a organizar para cubrir los tres próximos años, de 2022 a 2024. El calendario, mucho más distendido, da una idea del escenario ideal con el que la agencia no pudo contar este año. De acuerdo a las estimaciones para la adquisición trienal, el sondeo de mercado se llevará a cabo en mayo y las adjudicaciones en octubre, entre tres y cuatro meses antes que en la compra actual.