CIUDAD DE MÉXICO.- El área 33 de algunos aeropuertos es el cementerio con los restos de aviones olvidados e inservibles, atmósfera que es recuperada por el artista plástico Antonio Luquin (Jalisco, 1977) en una serie de 30 cuadros y dibujos que adelanta al público, en espera de que museos y exposiciones abran en México.
30 obras entre cuadros y dibujos componen El NAIM de Luquin, serie que busca sede para exponerse
Una de esas telas es Suave Patria, en un claro homenaje a Ramón López Velarde, autor que este año es recordado por su centenario luctuoso, donde se mantiene una bandera mexicana que se posa sobre una ballena de concreto en un valle yermo y fracturado, entre aves carroñeras y neumáticos sin porvenir.
Suave Patria: tu casa todavía / es tan grande, que el tren va por la vía / como aguinaldo de juguetería”, es el verso que Luquin más recuerda de Suave Patria, no sólo por su vigencia literaria, sino porque tiene una estrecha relación con la memoria y el espíritu que debe pervivir en medio de la pandemia.
México aún es un país grande, un lugar enorme y con un potencial mayúsculo en un momento difícil y de pandemia, como lo expresa Suave patria, un poema que traemos a la mano, con esa patria llena de gente que queremos tanto, pero que está sobrecalentada, con discusiones y banderas que no se sabe si son patriotismo o patriotería”, expresa en entrevista con Excélsior.
Somos algo más que juguetería y seguimos a la espera de ese México que deseamos. Lo que vivimos pareciera una broma y sería cómico si no fuera tan trágico”, asevera.
Otra pieza destacada de esta serie inédita que buscará museo en cuanto pase la pandemia es Papalotl masivo, que “observa esa idea de los proyectos sucesivos de nación y que es una de las características como se ha integrado el país. Creo que en general es una acumulación de proyectos.
Desde las pirámides hasta las sucesivas culturas que se iban construyendo una encima de otra y eso me llamó la atención cuando inició esa discusión con los aeropuertos en México. Sin embargo, yo estoy a favor de uno ni de otro, porque el artista sólo se compromete con su trabajo y con sus ideas”.
¿Cómo observa México desde las artes? “Hay una característica geológica en los planes y proyectos de construcción de un país y es interesante, porque lo que sale a flote son las disputas políticas, el contraste de ideas y la lucha por imponer un estilo, pero la mejor versión del país es la de los artistas porque su mundo es el de la imaginación, del rincón creativo de México. Y, sumados, obtenemos una versión fidedigna de lo que es el país. La suma de los proyectos artísticos también construye un México ideal y surreal. A ése es al que nos atenemos, ya sea desde la novela, la poesía, la pintura o la música. La suma de todas esas partes presenta el mosaico de lo que somos”.
¿Cómo explicaría esta serie de cuadros? “La serie se titula El NAIM de Luquin, tiene 30 cuadros y dibujos que son espacios en el limbo o muertos, es el área 33 a donde van a dar los aviones inservibles, donde sólo con la imaginación puedes volver a volar con los recuerdos. Es un espacio que está entre el futuro y el pasado, un presente complicado”.
Muchos de mis cuadros son paisajes desnudos o vacíos de gente, como si hablaran de antes de una pandemia, un espacio desierto de creadores y arquitectos, como un pueblo fantasma o el Comala de Juan Rulfo. Una de mis lecturas en 2020 fue Pedro Páramo, porque ése era el sentimiento que me embargaba, el tiempo que se detiene y se repite eternamente, que es el de los muertos”.
¿Qué opina de quienes se han alejado del arte en esta pandemia? “Si hay hambre, se buscan los recursos y no se para hasta que se sacia. Pienso que (en el futuro) el acercamiento al arte será más intenso cuando termine este periodo de aislamiento y de museos cerrados. Confío en que se va a fortalecer el interés por el arte y lo hará más deseable”.
¿Internet no es suficiente? “Internet no suple la experiencia para enfrentar el fenómeno artístico. Ya sabemos cómo se ha complicado el acceso a los teatros, pese a que la gente sí quisiera participar, pero no es suficiente el mundo virtual”, concluye.