López Obrador no es el gobernante que necesita México, demuestra serias limitaciones, en especial cuando se trata de garantizar que la prosperidad sea para toda la población, su arrogancia sin límite no le permite unir al pueblo, no es un factor de unidad; miente, confronta, divide, denigra a sus oponentes, quiere callar las voces discordantes, en lugar de demostrar su superioridad con hechos y resultados.
La agenda de López Obrador tiene muchas posibilidades de empeorar todos los problemas a que se enfrenta actualmente nuestra sociedad: aumentando la brecha económica, política y social, acortando aún más la esperanza de vida, deteriorando las finanzas y endeudado más al país, conduciendo a una nueva era con el menor crecimiento en muchos años.
Los miembros de este gobierno no son eficientes, pero sí leales y serviles, están conformando una generación de autócratas que parecen estar unidos por una misma crudeza y falta de escrúpulos, en algunos casos una intolerancia y misoginia declaradas.
La agudización de la represión y la persecución política se están convirtiendo en el sello del régimen de López Obrador.
Cerrar toda posibilidad de gestión y solución a las demandas legítimas del pueblo, era la apuesta del Presidente para domesticar y/o desaparecer a organizaciones como el Movimiento Antorchista Nacional, pero ante su resistencia digna, los ataques ahora se dirigen contra su base financiera, que le garantiza su independencia económica y por lo tanto su libertad política. La creación de negocios lícitos desde hace más de 40 años, necesarios para el financiamiento de sus actividades de propaganda, fomento del arte y cultura, así como el desarrollo del deporte, todas, actividades completamente legales y se sabía que jugársela del lado de los trabajadores, desataría la furia de los enemigos del pueblo.
No se puede culpar a AMLO de los muchos y graves problemas de nuestro país, pero si se le puede culpar de no plantear soluciones, no trabaja en el sentido correcto.
El gran circo inició sus funciones, le urge al gobierno distraer al público de los verdaderos problemas nacionales y desprestigiar a sus posibles adversarios del 2021.
El “escenario más catastrófico” del Dr. Gatell, ya se cumplió, más de 60 mil fallecidos por el SARS CoV-2, las medidas del gobierno son inoperantes, el sector salud trabaja en las peores condiciones, sin equipo protector, sin medicamentos. Y lo peor, se calcula que, para fin de año, llegaremos a más de 130 mil víctimas de la pandemia.
La economía nacional está a su suerte, miles de pequeños negocios no volverán a abrir y por consiguiente el desempleo provocará múltiples problemas sociales.
La violencia está desatada y crecerá a medida que la crisis económica se agudice.
Es momento de que todos los mexicanos agraviados por este gobierno conformemos un frente nacional para arrancarle el control de la Cámara de Diputados el próximo año y lograr que se discuta y apruebe un presupuesto que responda a las necesidades de los mexicanos más desfavorecidos.
Los verdaderos cimientos de nuestro bienestar, los incrementos en nuestro nivel de vida, se basan en los fundamentos de la ciencia, la investigación y en las instituciones sociales derivadas de ellos, así como el respeto al estado de derecho y sus dos fundamentos, el respeto al debido proceso y a la presunción de inocencia.
Para lograr un mejor funcionamiento de la economía y la sociedad, con ciudadanos que se sientan más prósperos y seguros, el gobierno debe incrementar el presupuesto para mejorar la educación, la salud, la vivienda, subsidios de desempleo y financiar la investigación científica.
Es necesaria la acción responsable del gobierno para lograr una economía eficiente y estable, con crecimiento rápido, y asegurar que los frutos estén compartidos con un mínimo de equidad y seguridad, y que todos tengan la posibilidad de una vida digna sin las lacras de la discriminación, la intolerancia y la exclusión. Como país, sólo podemos progresar si la prosperidad es compartida para todos los mexicanos.
La construcción de este acuerdo nacional debería incluir el compromiso de que todo individuo tenga la posibilidad de alcanzar su máximo potencial y que la voz de cada persona se escuche en nuestra democracia. Por tanto, entre sus términos claves estarían esos que brindan justicia y oportunidades para todos.