Ilustración: Jesús Sánchez

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque la Malinche es considerada como adalid del feminismo o bestia negra de la historia, antes tendría que ser vista como sobreviviente, dice a Excélsior el escritor e investigador José Luis Trueba Lara, autor de Malinche, la novela que cuenta la vida de una mujer “que fue arrastrada por la conquista y quien se propuso algo difícil en aquel momento: sobrevivir. Además, fue la mujer que aprendió a manejar un juego desconocido, el de los españoles, de los nobles aztecas y de una guerra que nunca había visto”.

Para el autor, la Malinche, además de ser una sobreviviente, es un personaje que caminó entre dos mundos, ya que mantuvo un pie en el prehispánico y otro en el español, es decir, ella fue una especie de borderline que en este momento podría ayudar a reconciliarnos con nuestro pasado, en el marco de los 500 años de la llegada de Cortés y de la consumación de la conquista que se cumplirá en 2021.

Narrada en primera persona, Malinche –publicada por la editorial Océano– arranca con los últimos instantes del personaje, mientras hace un ejercicio, de introspección y confiesa sin miedo, que siente la mirada vigilante de la muerte, afirma que está maldita y que no tiene nada de qué arrepentirse.

Sobreviví y avancé por el mundo sin que nadie pudiera detenerme. Los hombres no pudieron matarme y la selva tampoco emponzoñó mi cuerpo con el veneno de la verde locura mientras estuve en las Hibueras”, expresa el personaje que alterna entre dioses mesoamericanos y católicos.

Y se define así: “Yo soy la que camina sobre la muralla y no pertenece a ningún pueblo. Ya ni siquiera puedo saber cuál es mi nombre: soy el olvido, soy la Marina, soy la Malinche, soy Malinalli; también soy la puta y la doña, la lengua y la sobreviviente, la que todo lo puede y la que siempre termina derrotada”.

Pese a todo, reconoce Trueba, la Malinche nunca dejó de ser una esclava. “No, ella nunca dejó de estar vinculada a sus hombres, porque fue una mujer de su tiempo y, por más valiosa y sobreviviente que fuera, estaba atada al mundo masculino”. Da igual si era con quien la compraba, con su padre o de Cortés. Pese a todo, “ella buscó sobrevivir a las decisiones, porque un error la habría destinado a lo peor. No olvidemos aquellas mujeres que murieron después de violaciones tumultuarias”.

¿Por qué en esta novela no hay un sentimiento romántico de la Malinche por Cortés? “En muchas novelas en el siglo XIX y principios del XX es vista desde un punto de vista romántico, donde ella se enamora de Cortés y es dejada por el conquistador, pero dudo que algo así haya sucedido, porque el romanticismo vendrá siglos después”.

LAS TRAICIONES
Para Lara Trueba, la Malinche coloca a los mexicanos delante de algo muy importante: “encontrar una manera de reconciliarnos con nuestro pasado. Porque el pasado se ha vuelto un lugar de disputas y entiendo por disputas el hecho de solicitar disculpas al gobierno español, de hacer propio el discurso de Benito Juárez o el de Leona Vicario”.

Sin embargo, explicó, “ese discurso parece que no logra reconciliarnos con el pasado, porque el pasado parece un lugar de buenos y malos, donde queremos juzgar. Lo que a mí me gustaría es que dejáramos de juzgar al pasado y que nos hiciéramos una pregunta diferente, es decir, por qué no en vez de juzgar intentamos entender el pasado y, en la medida que seamos capaces de hacerlo y entender que ese pasado está metido en nuestros cuerpos, podremos plantearnos la posibilidad de discutir el presente y el futuro que queremos. Pero si convertimos a ese pasado en un espejo para enfrentamientos, no podremos sentarnos a dialogar”.

Lo que sucede a menudo es que, al asomarnos al pasado, convertimos a unos en enemigos –como sucede con Hernán Cortés y Malinche, que es vista como traidora– y a otros los convertimos en héroes impolutos, como a Cuauhtémoc, “y en ese sentido negamos la existencia de los indígenas y los negros, sin pensar que el mestizaje no fue sólo de indígenas y españoles, sino de muchísimos tipos de indígenas, españoles, negros y asiáticos y en esas diferencias es donde está nuestra verdad”.

¿Qué fuentes históricas le parecieron más inesperadas para elaborar esta narración? “Del tiempo de la Malinche hay una que me parece la peor, pero es la más bonita. Me refiero a la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo. Me parece que es absolutamente falsa, pero es hermosa y no puedes dejarla de leer, porque él inventa que la Malinche era una princesa y elabora toda una historia de caballerías. Yo creo que no le atina en nada, pero es muy bonita.

Y otra que me pareció muy interesante está en los trabajos de la historiadora estadunidense Camilla Townsend. Ella ha escrito bastante sobre la Malinche y me obligó a repensar al personaje. Sin embargo, a la hora de que tú te sientas a escribir, lo que tienes que hacer es cometer una traición a tus fuentes y si no las traicionas… pues quién sabe qué estás haciendo”, apuntó.

¿A qué se refiere? “A que, si fuera un libro de historia, yo tendría que ser muy fiel a mi fuente, pero Malinche no es un libro de historia, sino una novela y esto propicia a que en la trama haya algo de lo que realmente pasó, pero también de lo que pudo pasar y de lo que no se sabe o quizá no sucedió, porque mi interés era crear un personaje verosímil que tuviera una vida completa, lo cual desconocemos de la Malinche”, concluyó Trueba Lara.

TÍTULO: Malinche
AUTOR: José Luis Trueba Lara
EDITORIAL: Océano, México, 2020; 284 pp.