Las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) son hasta ahora las más afectadas por la pandemia del COVID-19 y su impacto en la actividad económica durante los tres últimos meses.

Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que entre abril y junio se han eliminado 10 mil 351 registros patronales de Pymes, que son aquellas empresas que cuentan con una plantilla laboral de 6 a 250 personas. En marzo había 335 mil 447 patrones Pymes, sin embargo, después de la Jornada Nacional de Sana Distancia, que implicó cierre de la economía con excepción de sectores esenciales, y del primer mes de la Nueva Normalidad, los patrones de ese tamaño bajaron a 325 mil 96.

Lo anterior implicó que durante abril, mayo y junio se eliminaron 10 mil 351 registros patronales.

Los datos del IMSS muestran que, en el periodo de referencia, las grandes empresas reportaron una baja de 871 registros, por lo que los patrones con una plantilla laboral de 251 y más de mil empleados descendió a 11 mil 261.

Sebastián Patiño, coordinador del Comité del Derecho de la Seguridad Social de la ANADE, aseguró que era “previsible” que las Pymes fueran las más afectadas por la crisis, debido a que las reglas de cumplimiento con el IMSS fueron parejas para todos los tamaños de empresas y el crédito solidario de 25 mil pesos fue de utilidad para negocios locales como tortillerías o fondas.

“No hubo un apoyo genuino y real por parte del gobierno a las empresas y quienes menos tuvieron capacidad de resistir fueron las Pymes. Si pensamos en una Pyme, que probablemente tiene su registro ante el SAT, ciertos proveedores o incluso un contador y abogado, esa empresa no sintió el apoyo de 25 mil pesos, no fue un apoyo sustancial”, afirmó el también socio de Consultores y Abogados en Seguridad Social (CASS).

En contraste, los micronegocios que cuentan con 1 a 5 asegurados, son los que han “aliviado” los registros patronales del Seguro Social, toda vez que de abril a junio hubo un aumento neto de 4 mil 61 registros en ese tamaño de negocios.

De acuerdo con el IMSS, los pequeños negocios son los que aprovecharon los créditos solidarios otorgados los primeros meses de la pandemia, lo que permitió a los micropatrones pagar algún servicio, la renta, la nómina de su trabajo o, incluso, comprar equipo para reparar herramientas de trabajo pensando en los siguientes meses.