La economía mundial está entrando en la segunda mitad de 2020, aún profundamente agobiada por la pandemia de coronavirus, con una recuperación total ahora descartada para este año e incluso un repunte en 2021 que depende de que muchas cosas salgan bien.

Es un escenario que pocos o nadie predecía a principios de año, cuando la mayoría de los economistas contaba con otro año de expansión, y un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China tenía la intención de dar una oportunidad a la confianza corporativa y de los inversores.

En cambio, la pandemia forzó a sectores de la población mundial a lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) denomina ‘El Gran Cierre’. Los bancos centrales y los gobiernos respondieron con billones de dólares en un apoyo sin precedentes para evitar que los mercados se derrumben y para mantener a flote a los trabajadores y las compañías en dificultades hasta que el virus haya pasado.

Incluso con esos esfuerzos de rescate, el mundo sigue sufriendo su peor crisis económica desde la Gran Depresión. Si bien algunos indicadores de fabricación y las ventas minoristas en las principales economías están mejorando, las esperanzas de un repunte en forma de ‘V’ se han hecho trizas, a medida que la reapertura de las empresas parece inestable en el mejor de los casos y las pérdidas de empleo corren el riesgo de pasar de temporales a permanentes.

Es una trayectoria económica que el presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, Thomas Barkin, ha comparado con bajar por el ascensor, pero subir por unas empinadas escaleras.

“Existe un peligro real de confundir el rebote con la recuperación”, dijo Carmen Reinhart, economista jefe del Banco Mundial, en la conferencia Bloomberg Invest Global el 23 de junio. “La verdadera recuperación significa estar al menos tan bien como antes de que comenzara la crisis, y creo que estamos muy lejos de eso”.

Tiempos inciertos
Mucho depende de la propagación del coronavirus, para el cual una vacuna permanece fuera de alcance. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que lo peor de la pandemia aún está por llegar, ahora que los casos superan los 10 millones y las muertes han aumentado a más de 500 mil. E incluso en países donde el virus parece contenido, los nuevos brotes son frecuentes.

El FMI estima que para fines de este año 170 países, o casi el 90 por ciento del mundo, tendrán un ingreso per cápita más bajo. Eso es un cambio desde enero, cuando predijo que 160 países terminarían el año con economías más grandes y un crecimiento positivo del ingreso per cápita.

Ahora es probable que el Producto Interno Bruto (PIB) mundial para fines de 2021 en muchos casos siga siendo inferior al de 2019, según economistas de HSBC Holdings Plc liderados por Janet Henry.

Los banqueros centrales permanecen alerta para hacer más. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, advierte que las perspectivas son “extraordinariamente inciertas”, y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha hablado de una recuperación “moderada” que cambiará partes de la economía de forma permanente.

Lo que dicen los economistas de Bloomberg:


Hace seis meses, el COVID-19 no estaba en el radar de nadie. Hace tres meses, había esperanza de que podría contenerse. Ahora, la pandemia parece consumir todo. Los confinamientos más duraderos, un tope en la actividad para los sectores intensivos en contacto, el impacto cicatrizante del alto desempleo y el estímulo que, en algunas partes importantes del mundo, se está quedando corto, todo pesa sobre las perspectivas. Bloomberg Economics ha rebajado su estimación para el crecimiento global en 2020, y anticipa una recuperación más débil en 2021″.
-Tom Orlik, economista jefe
Sin duda, hay focos de recuperación que podrían ganar tracción. Los economistas de Morgan Stanley se apegan a las previsiones de una recuperación en forma de V, señalando sorpresas positivas en los datos económicos recientes, especialmente en Estados Unidos y la región del euro. Los economistas de Goldman Sachs Group revisaron a la baja sus estimaciones para la economía estadounidense este trimestre, pero pronostican que volverá a la normalidad en septiembre.

Los mercados globales están divididos entre inversores que apuestan por una recuperación en forma de V y aquellos que esperan dislocaciones significativas. El Índice MSCI All-Country World de las acciones mundiales ha ganado casi 40 por ciento desde el mínimo de marzo, pero aún está alrededor de 6 por ciento por debajo este año, ya que los inversores apostaron a que el estímulo político en todo el mundo amortiguará el impacto económico de la pandemia. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han caído más de 100 puntos básicos este año a alrededor de 0.67 por ciento.

Desempeño mixto
Las lecciones sobre cómo se desarrolla la recuperación se están extrayendo de Asia, donde el virus ha sido controlado pero el repunte ha sido mixto.

En Corea del Sur, que aplastó su curva de infección hace meses, la aparición de nuevos grupos de virus está provocando escalofríos en los compradores

La actividad manufacturera de China aumentó en junio, al igual que otros indicadores de fabricación en la región, pero los nuevos pedidos continúan mostrando debilidad.

Esa perspectiva preocupante significa que las empresas están navegando en la oscuridad, según Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la UE en China, que espera que la incertidumbre dure un par de años más.

Recuperación ‘motosierra’
“La recuperación no es en V, no es en W, parece la parte superior de una motosierra”, dijo Wuttke. “Arriba y abajo y arriba y abajo y doloroso todo el camino”.

También significa que las economías emergentes de rápida expansión no serán el motor de crecimiento global que han sido, ahora que el Banco Mundial predice que este grupo de países se contraerá 2.5 por ciento, su peor desempeño en datos que comienzan en 1960. América Latina está ahora en la primera línea del virus.

También hay otros desafíos.

Los niveles récord de deuda limitarán la cantidad de apoyo adicional que los gobiernos pueden desplegar.

Los gobiernos están lidiando con la forma de extender o terminar las costosas medidas a corto plazo para financiar los salarios y mantener a las empresas con vida, al mismo tiempo que se preparan para un estímulo a más largo plazo para impulsar una recuperación.

El préstamo no vendrá sin efectos secundarios, como mantener en funcionamiento a las compañías zombi, según Alicia García Herrero, economista jefe de Asia Pacífico con Natixis SA.

Mientras tanto, los bancos centrales han reducido las tasas de interés a nuevos mínimos y algunos han adoptado costos de endeudamiento negativos. En un intento por limitar las tasas del mercado, se ha comprado varios tipos de activos, y los formuladores de política continúan modificando su kit de herramientas con indicios de más innovación por venir.

Morgan Stanley predice 13 billones de dólares en expansión acumulativa de balance de los bancos centrales de EU, la región euro, Japón y el Reino Unido hasta finales de 2021.

Incluso con esos pasos, es demasiado pronto para concluir que será suficiente, afirmó Kazuo Momma, quien solía estar a cargo de la política monetaria en el Banco de Japón.

“La crisis está lejos de terminar”, dijo.