La “nueva normalidad” es un término acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) utilizado para referirse a la preparación de la nueva etapa que se aproxima para seguir enfrentando a la covid_19, es decir, ajustar rápidamente las medidas, introducir o levantar las restricciones, pero de forma gradual, al tiempo que se monitorean constantemente la efectividad de estas acciones y la respuesta del público.

La OMS recomienda que para dar paso a levantar cualquier restricción sanitaria debe ser garantizando las medidas preventivas en los centros de trabajo, como son distanciamiento físico, instalaciones para lavarse las manos, etc. También debe existir la capacidad de la salud pública para identificar, aislar, probar, rastrear contagiados y ponerlos en cuarentena.

En nuestro país, el gobierno mexicano ha tomado la decisión de dejar atrás el “quédate en casa” para pasar a tomar nuestras actividades con normalidad y sobre todo, reiniciar las actividades económicas. Sin embargo, la falta de una estrategia clara del gobierno federal para combatir el coronavirus genera una creciente incertidumbre en los mexicanos.

Pero, ¿estamos en condiciones de volver a nuestras actividades normales en pleno pico de contagios? Si tan solo hace algunas horas, el día 21 de los corrientes se registraron 2,973 nuevos casos (la cifra más alta que se ha registrado desde que inició la pandemia en México), 420 muertes, sumando así un total de 7419 decesos en México hasta el día de hoy. Ante este panorama tan desolador, ¿realmente estamos en condiciones para volver a nuestra vida cotidiana? No, definitivamente no.

¿Y qué decir del sistema de salud que tenemos en México? Definidamente no hay la capacidad siquiera para identificar con eficacia los contagios no por falta de capacidad de quienes trabajan en los hospitales, sino por la falta de presupuesto suficiente para tener las condiciones necesarias para poder hacer frente a la pandemia.

Y ya ni hablar de minimizar riesgos de brotes en entornos de alta vulnerabilidad, es decir de los hogares con personas de la tercera edad, de lugares con condiciones de hacinamiento y en hogares que ni siquiera tienen el servicio básico de drenaje y agua potable.

Anunciaron el regreso a la normalidad de las actividades por medio de un semáforo epidemiológico por regiones, que iniciaran en los mal llamados municipios de la esperanza, en los cuales según las cifras oficiales no tienen ningún caso positivo de coronavirus, pero puedo decir también que en esos municipios no se tienen registros de haber aplicado pruebas de la covid-19. Por lo tanto, no hay registro de contagios, porque no se han hecho pruebas.

No se necesita ser un experto para saber que la curva de contagios no se ha aplanado ya que el virus se sigue propagando cada vez con mayor rapidez. Pero está claro cuál es el objetivo del presidente de la República: reactivar la economía por presiones ajenas a nuestro país.

Estoy de acuerdo con el retorno a la “nueva normalidad” como le han llamado pues no vamos a poder estar siempre confinados, pero a mi juicio, en primera: no estamos en condiciones para volver a nuestras actividades normales, porque aún no se ha aplanado la curva, estamos justo en el punto más alto de contagios, por lo tanto aun no es tiempo de levantar la medida de quédate en casa; pero por otro lado, son miles de familias quienes se han visto afectadas por esta misma medida, pues son la mayoría de estas familias quienes sobreviven de la informalidad, y al no poder salir a trabajar, se han quedado sin lo poco que podían conseguir para comprar alimentos, para ellos ya no es posible quedarse en casa ante el nulo apoyo del gobierno. Tomando en cuenta esto, el Movimiento Antorchista ha alzado la voz en favor de este sector que se ha visto afectado, exigiendo un programa federal alimenticio, ante lo cual hemos visto una total cerrazón.

Ahora que se quiere volver a la nueva normalidad nosotros seguiremos levantando la voz exigiendo programas de distribución de alimentos, pero también, ahora exigimos que se garantice la salud para toda la población que por necesidad tiene que volver a su centro de trabajo, pero con las condiciones que enumere anteriormente, de no ser así, volveremos a las calles a denunciar que el gobierno estatal y federal no está garantizando las condiciones de salud necesarias entre los trabajadores.