Los niveles negativos de inversión, gasto del Gobierno e importaciones le restaron 1.6 por ciento de crecimiento a la economía mexicana durante el tercer trimestre de 2019, informó este lunes el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi).

De acuerdo con el órgano estadístico, la inversión fue el componente que más le ‘pegó’ al Producto Interno Bruto (PIB) al ‘quitarle’ 1.3 por ciento de crecimiento a la actividad económica del país entre los meses de julio y septiembre.

Para Alberto Ramos, economista para Latinoamérica de Goldman Sachs, las perspectivas para el gasto de inversión siguen siendo mediocres.

“Las altas tasas de interés y las exigentes condiciones de financiamiento interno, seguirán siendo un lastre para el gasto de inversión en lo que resta del año”, agregó.

A su vez, el gasto del Gobierno le quitó 0.2 puntos porcentuales al PIB mientras que las importaciones de bienes y servicios hicieron lo propio en 0.1 por ciento.

En contraste, las exportaciones de bienes y servicios fueron el mayor motor de crecimiento para el país durante el tercer trimestre del año, al contribuir con 1.2 puntos de crecimiento, mientras que el consumo privado aportó 0.5 por ciento.

El especialista de Goldman Sachs señaló que en lo que resta del año, existen diversos factores que podrían jugar en contra del consumo privado, componente más significativo del PIB por el lado de la demanda.

“Se espera que una política monetaria estricta, condiciones de crédito exigentes, la desaceleración del crecimiento del empleo y la persistente incertidumbre, terminen pesando en el gasto de los consumidores mexicanos”, afirmó.

Durante el tercer trimestre del año, el PIB retrocedió 0.3 por ciento a tasa anual, lo que representó el segundo trimestre consecutivo en ‘números rojos’ para la economía del país.

Según la metodología del Inegi, la suma de las contribuciones difiere del total de crecimiento del PIB debido a que no se incluye la variación de existencias ni la discrepancia estadística.

Para José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), la ausencia de crecimiento económico daña el tejido social, ya que merma los factores de estabilidad y genera una deuda con la población que solamente se puede saldar propiciando un mayor aumento del PIB.

“Ningún programa de apoyo social puede subsanar la falta de crecimiento económico, esa es la magnitud de los errores cometidos en la implementación de la política económico durante los últimos 30 años. Es momento de corregirlo, de otra manera la crisis de México seguirá vigente”, advirtió.