Oficiales antidisturbios cercan el acceso a la parroquia San Miguel Arcángel, en Masaya.

La parroquia San Miguel Arcángel, localizada en la ciudad de Masaya, ha cumplido este lunes cinco días de cerco policial, aislamiento y corte de los servicios de energía y agua, como respuesta del Gobierno de Daniel Ortega a la decisión de 14 personas de mantener una huelga de hambre para exigir la liberación de sus familiares, detenidos en el contexto de la represión contra las manifestaciones que exigen el fin del régimen del sandinista, que lleva 13 años en el poder en Nicaragua.

La Policía ha cerrado las calles cercanas a la parroquia y ha detenido al menos a 13 personas que el fin de semana intentaron llevar ayuda a quienes se mantienen en huelga de hambre y al párroco que los acompaña, Edwin Román. El sacerdote es considerado un héroe en Nicaragua por haber apoyado a los jóvenes que desde abril de 2018 comenzaron las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, cuya represión ha dejado 325 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). España, Costa Rica, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y la Conferencia Episcopal de Nicaragua han pedido al Gobierno el fin del asedio contra la iglesia.

La Fiscalía nicaragüense presentó la mañana de este lunes a los detenidos, a quienes acusa de delitos relacionados a la portación ilegal de armas. Según la acusación, los acusados tenían en su poder bombas molotov, una escopeta con 16 municiones, tres revólveres y cuatro armas de fabricación artesanal. “Además de los delitos ya cometidos los delincuentes tenían contemplado seguir realizando actos terroristas en Managua, León y Chinandega”, dijo un vocero policial.

Entre los detenidos se encuentra la líder estudiantil Amaya Coppens —que también cuenta con nacionalidad belga—, quien había sido encarcelada el año pasado acusada de terrorismo y robo agravado, pero que fue liberada el pasado junio. A las afueras de la Fiscalía, en Managua, se trasladaron los familiares de los acusados para exigir su liberación. Como un gesto de solidaridad, otras personas anunciaron que iniciarían una huelga de hambre en la Catedral Metropolitana de la capital, por lo que la Policía cerró las calles aledañas al templo, informa Carlos Herrera.

El pasado domingo la Policía y huestes del Frente Sandinista —el partido de Ortega— asediaron la parroquia San Felipe de Molagüina, en Matagalpa (norte de Nicaragua), donde un grupo de feligreses se había reunido para celebrar una misa por una de las víctimas de la represión y en solidaridad con las personas acorraladas en Masaya. Los simpatizantes de Ortega lanzaron piedras contra la iglesia, aunque no se reportaron heridos.

He celebrado Misa Dominical a puertas cerradas en la Capilla del Santísimo de mi Parroquia; con las madres de los PP orando por la libertad de todos ellos,rodeados de policías, antimotines y paramilitares asediandonos.#SOSNicaragua

En la parroquia San Miguel Arcángel, el cura Román resiste al interior del templo. El domingo ofició una misa a puerta cerrada y en compañía de las personas en huelga de hambre, entre ellas 11 madres de los considerados presos políticos. “Oramos por la liberta de todos rodeados de policías, antimotines y paramilitares asediándonos”, dijo Román. La salud del cura es delicada, dado que sufre de diabetes y necesita medicina y comida, aunque por el momento él y las otras personas están estables. “He hablado con el padre Román. No está grave. Algún malestar por deshidratación y mala alimentación. Las demás personas estables. Pide urgentemente colchonetas, agua, suero y comida. Dice que las madres seguirán en huelga hasta lograr su objetivo y que él estará con ellas”, escribió en Twitter el obispo Silvio Báez, quien tuvo que dejar Nicaragua por el asedio del régimen.

Las iglesias de Nicaragua se han convertido en un símbolo de la resistencia contra Ortega. En un país en un estado de sitio perpetuo, con las protestas criminalizadas, los sacerdotes han abierto las puertas de los templos para recibir a quienes alegan persecución del régimen, permiten manifestaciones improvisadas y utilizan las misas para exigir el fin de la violencia contra los opositores al régimen. Desde el inicio de la crisis en el país, en abril del año pasado, Román abrió su parroquia para refugiar estudiantes, atender heridos y dar la extremaunción a los jóvenes que murieron en los ataques de las huestes de Ortega contra Masaya, la ciudad rebelde de Nicaragua.

Ortega ha recrudecido la represión en el país centroamericano, con el asedio a opositores, empresarios y sacerdotes, después de haberse pronunciado la semana pasada sobre la situación en Bolivia y descartar una salida a la propia crisis por la vía electoral. Ortega justificó el uso de las armas para mantenerse en el poder. “Hemos apostado a la vía electoral, pero lo de Bolivia es una prueba de fuego para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral, de lo contrario, los pueblos se sentirán con todo el derecho y la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria”, dijo durante un acto en el que participaron representantes de la Alianza Bolivariana (ALBA).