El comisionado Nacional de Seguridad al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, Manuel Mondragón y Kalb, fue espiado con el software Pegasus, comprueban documentos obtenidos por Aristegui Noticias y el testimonio del propio exfuncionario público.

El civil con mayor rango dentro del gabinete de seguridad nacional estuvo vigilado del 25 de febrero al 6 de noviembre de 2013, mientras la Policía Federal a su cargo participaba en la guerra contra el crimen organizado y el Estado mexicano enfrentaba retos como la crisis por las autodefensas en Michoacán y las manifestaciones de la CNTE.

Durante ese tiempo, Mondragón realizó desde su teléfono personal 462 llamadas telefónicas, entre las que destacan: 20 con Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobernación; nueve con Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa, y 21 con Enrique Galindo, comisionado general de la Policía Federal.

Los espías tuvieron acceso a su lista de contactos, la cual consta de 256 entradas, incluyendo teléfonos y correos de miembros del gabinete, gobernadores, personal operativo de la entonces CNS, periodistas, legisladores, sus colaboradores más cercanos y hasta integrantes de su familia.

Los correos electrónicos obtenidos contienen los resúmenes que recibía de la entonces CNS con reportes de prensa sobre hechos violentos, marchas, capturas relevantes, enfrentamientos entre organizaciones delictivas, etcétera.

Por la época de las intervenciones se incluyen notas de Servando Gómez, alias “La Tuta”, movimientos de las autodefensas en Michoacán y el plantón que mantuvo la CNTE en el Monumento a la Revolución y el Zócalo, entre otros.

Además de los asuntos profesionales, se aprecian contactos, mensajes SMS y llamadas de índole personal.

Aristegui Noticias buscó al exfuncionario federal para corroborar la información obtenida.

Manuel Mondragón reconoció que se trata de sus datos. Durante una entrevista grabada y en un encuentro previo, dijo que no tenía nada que temer puesto que nunca ha estado involucrado en actos ilegales.

Mondragón detalló cómo nombró a algunos de sus contactos, la frecuencia con que hablaba con ellos y desde qué época los conocía.

Informó que mientras fue funcionario público solo tuvo un teléfono personal, el cual mantenía hasta la fecha de la entrevista.

El exfuncionario federal accedió a grabar una entrevista para corroborar que los datos obtenidos son suyos. Tajante condenó el espionaje ilegal y lo calificó como una acción deleznable.

Dijo que personalmente no tiene la intención de denunciar el caso ante la Fiscalía General de la República (FGR), pero sí exigió que la investigación sobre Pegasus que ya realiza esa dependencia llegue hasta los responsables del espionaje.

REGISTROS DE PEGASUS

Una persona que tuvo acceso a los registros de espionaje de Pegasus entregó una serie de documentos a este medio de comunicación e informó que pudo observar un número indeterminado de objetivos intervenidos, pero que solo tuvo la posibilidad de guardar un archivo de este tipo.

Aristegui Noticias corroboró plenamente la identidad de la persona, los lugares donde ha laborado y el papel que jugó en esta trama.

El archivo entregado contiene cuatro tablas con las llamadas, contactos, mensajes y correos electrónicos recibidos por un celular durante poco más de ocho meses: del 25 de febrero al 6 de noviembre de 2013.

Al analizar los datos este equipo de periodistas concluyó que se trataba de las comunicaciones de Manuel Mondragón y Kalb, quien se desempeñó como comisionado Nacional de Seguridad entre el 1 de diciembre de 2012 y el 18 de marzo de 2014, arrancando el sexenio de Enrique Peña Nieto.

La tabla de llamadas informa si la comunicación llegó o fue realizada por el entonces funcionario; se incluye el número telefónico, la duración, el contacto o número telefónico correspondiente, además de la fecha y hora. Una casilla también indica si la llamada fue grabada o no.

Además de las comunicaciones con el gabinete de seguridad y al titular de Segob figuran llamadas con personajes como Roberto Calleja, de Comunicación de Social de Presidencial de la República y múltiples periodistas de la prensa nacional.

En sus mensajes SMS se incluyen aquellos que recibió y redactó en el periodo reportado.

Pegasus ha merecido cobertura internacional desde que Citizen Lab destapó el uso del malware contra periodistas y activistas, pero es la primera vez que un medio de comunicación publica los registros que genera el programa espía:

TABLERO PARA ESPIAR

Este martes WhatsApp y Facebook denunciaron a NSO Group por aprovechar una vulnerabilidad en su sistema para distribuir el malware espía en al menos mil 400 blancos, tan solo entre el 29 de abril y el 10 de mayo de 2019. Entre las personas atacadas están periodistas, activistas, defensores de derechos humanos y políticos.

Como parte de las pruebas los denunciantes anexaron el documento “Pegasus – descripción del producto”, el cual detalla todas las capacidades del software espía.

En la página 49 de las pruebas se encuentra una fotografía de la “pantalla de interceptación de llamadas” que usan los espías para seguir las comunicaciones privadas.

Se trata de una tabla que resume las llamadas del blanco: el sistema indica la dirección de la llamada (entrante o saliente), el contacto o teléfono, la duración y la estampa de tiempo de la comunicación (minuto, hora, día, mes y año). Abajo a la derecha se puede apreciar el botón exportar, para poner los datos en una tabla manejable con otros programas comerciales.

El orden y los formatos que utiliza Pegasus en este documento coinciden plenamente con las tablas obtenidas por Aristegui Noticias.

En julio de 2017 este medio publicó el anexo técnico de Pegasus, incluido dentro del contrato con la entonces Procuraduría General de la República (PGR), el cual contenía la “pantalla de interceptación de llamadas”, pero ésta quedó cubierta por un cuadro negro durante la reproducción en una copia blanco y negro del documento.

En la demanda de WhatsApp y Facebook contra NSO es posible ver esa pantalla a color y queda acreditado que corresponde plenamente al formato entregado a Aristegui Noticias.

ATAQUE A LA SEGURIDAD NACIONAL

El espionaje con Pegasus contra Manuel Mondragón y Kalb coincide con su desempeño como Comisionado Nacional de Seguridad (CNS), es decir, mientras enviaba y recibía información sensible en materia de seguridad nacional y seguridad pública.

Entre febrero y noviembre del 2013, periodo que abarca el espionaje, el médico naval retirado tenía bajo su mando a Enrique Galindo, comisionado general de la Policía Federal.

En ese entonces la corporación tenía 38 mil elementos, entre los que había fuerzas de élite para el combate al crimen organizado, elementos antidisturbios, además de divisiones de inteligencia e investigación de delitos cibernéticos.

También tenía bajo su mando el Servicio de Protección Federal, encargado de vigilar instalaciones gubernamentales y de brindar protección a altos funcionarios.

Bajo su responsabilidad estaba el manejo de la seguridad en todas las prisiones federales, por lo que conocía cada traslado o ingreso a prisión de líderes delictivos.

De acuerdo con la Ley de la Administración Pública vigente al momento de su nombramiento, Mondragón también era el responsable de la planeación estratégica de la dependencia, de supervisar y regular los cuerpos de seguridad privada y de manejar todas las bases de datos de Plataforma México.

Otras de sus responsabilidades eran el manejo de los recursos públicos de la dependencia y el inicio procedimientos contra los agentes federales acusados de cometer alguna irregularidad.

Mondragón es considerado un servidor público de mano firme debido a su formación militar en la Armada de México. Es pública su oposición a las drogas y bajo las órdenes de Marcelo Ebrard como jefe de Gobierno de la Ciudad de México aplicó el principio de Cero Tolerancia en la capital mexicana

Manuel Mondragón renunció a la Comisión Nacional de Seguridad en marzo del 2014. A partir de esa fecha, Peña Nieto lo nombró Comisionado Nacional contra las Adicciones (Conadic).

Hoy reconoce que su salida del gabinete, fue por diferencias con el entonces Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pero también admite que aceptó otro cargo en el gobierno federal por lealtad al expresidente Peña Nieto.

Durante la entrevista con Aristegui Noticias, condenó el uso de Pegasus para la intervención ilegal de comunicaciones privadas y solicitó que se investigue hasta las últimas consecuencias, debido al mal uso de una herramienta que debería usarse solamente “para combatir a los malos y a los delincuentes”.

NSO, UNA EMPRESA ESPÍA

NSO Group fue inscrita el 25 de enero de 2010 en el registro de empresas de Israel, según un documento aportado por Whatsapp en su demanda. La compañía toma su nombre de las iniciales de sus creadores: Niv Camrie, Shalev Hulio y Omri Lavie.

Según un artículo del portal YNet News que se encuentra promocionado en la página oficial de NSO Group, los antecedentes de Pegasus no tiene que ver con el espionaje: originalmente, la idea era ayudar a las personas con problemas para configurar o resolver un problema técnico en su celular, quienes solo tendrían que dar acceso al dispositivo a un técnico certificado, luego de unos pocos clicks.

La aproximación al mundo de la seguridad vino cuando un “servicio de inteligencia de Europa” los alertó sobre el uso que podría tener esta tecnología para recolectar datos, según el artículo de YNet.

Desde entonces la compañía se enfocó en desarrollar tecnología de punta para infiltrarse en los equipos sin dejar huella. Su producto emblema es Pegasus, que tomó el nombre de Pegaso, el caballo alado de la mitología griega: “Lo que construimos fue en realidad un caballo de Troya que enviamos volando por el aire a los dispositivos”, dijo Shalev Hulio al medio israelí.

Según el anexo técnico obtenido por Aristegui Noticias en 2017 y el publicado por WhatsApp este 29 de octubre de 2019, el programa tiene la capacidad de infectar dispositivos Android, iPhone, Blackberry y Symbian.

Los espías infectan el teléfono mediante diferentes métodos que no necesariamente dependen de la participación de la víctima; entre los documentados se encuentra el envío de mensajes SMS con una liga que al darle click despliega el malware y las llamadas falsas de WhatsApp. Sin embargo, el anexo técnico dice que el malware también se puede instalar directamente en el teléfono, mediante notificaciones enmascaradas o con antenas contratadas especialmente para las operaciones.

Al tener control del dispositivo, los espías pueden usarlo como quieran: tienen acceso a los archivos, mensajes de texto, aplicaciones, fotografías, agenda, historial de navegación y localización GPS.

Además, pueden operar las cámaras y micrófonos de los equipos para ver y oír en tiempo real a la víctima.

El celular se convierte entonces en un agente que no descansa y que accede sin control a todos los aspectos de la víctima, incluyendo su vida privada.

Según el comunicado de NSO tras la denuncia de WhatsApp, la tecnología solo es desarrollada para perseguir a delincuentes.

Sin embargo, las investigadores de Citizen Lab han detectado rastros de Pegasus en 45 países, pero han llamado la atención sobre su uso contra periodistas y activistas en naciones como Bahrein, Kazajstán, Marruecos, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y México.

Recientemente se dio a conocer que el gobierno de Arabia Saudita utilizó el malware para seguir al periodista Jamal Khashoggi, corresponsal de The Washington Post que fue asesinado en la embajada de ese país en Turquía.

En Panamá, el escándalo de escuchas telefónicas con la misma tecnología puso en el banquillo de los acusados al expresidente Ricardo Martinelli, quien fue absuelto de encabezar la operación, aunque no se desestimaron las pruebas sobre la existencia de la red de espionaje.

Hace una semana WhatsApp alertó a las personas que fueron blanco de los ataques operados por NSO Group, lo que ha desatado una nueva oleada de denuncias: la agencia Reuters informó que dentro de los espiados hay “altos funcionarios de gobierno” de países aliados de Estados Unidos, sin dar nombres.

En la India detonó el escándalo por las denuncias de periodistas, Dalit (la clase social más baja, según el sistema de castas), abogados y defensores de derechos humanos que fueron espiados ilegalmente con esta tecnología y que ya fueron notificados por WhatApp.

En México, los periodistas y activistas perseguidos suman más de 20, incluyendo a personas cercanas a Javier Valdez tras su asesinato, a los abogados del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, a los activistas que exigen impuestos al refresco y alimentos chatarra, a este equipo de periodistas, etc.

De esta manera, Manuel Mondragón se une a la lista de personajes perseguidos por una maquinaria que sigue operando en México, sin que hasta la fecha las autoridades hayan aclarado los abusos denunciados.