Israel ha empezado a hacer sonar los tambores de guerra al acusar a Irán de estar acelerando la construcción y modernización de misiles de precisión en ciudades de Líbano como Beirut con apoyo de Hezbolá. El Ejército israelí ha advertido este jueves de que el rearme del partido-milicia chií, con el que libró una contienda abierta en 2006, pone en peligro a la población civil libanesa, en un claro aviso de que puede intervenir para destruir los cohetes dotados de sistemas de navegación avanzada antes de que representen una amenaza para la seguridad del Estado judío.
En un gesto inusual, el teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz internacional de las Fuerzas Armadas de Israel, identificó a tres altos mandos de la Guardia Revolucionaria de Irán destacados en Líbano y a un dirigente de Hezbolá como responsables de la operación de montaje clandestino de los misiles, para la que se estarían utilizando la frontera siria, así como el aeropuerto y el puerto de Beirut. “Irán se limitaba hasta 2016 a transportar proyectiles ya construidos pero Israel se lo impidió”, precisó el portavoz castrense. “A partir de 2018 ha optado por modernizar los cohetes del arsenal de Hezbolá con sistemas de dirección, navegación y estabilizadores”.
El general de la Guardia Revolucionaria iraní Mohamed Husein-Zada Hejazi, comandante de la Fuerza Quds (operaciones exteriores) en Líbano está al frente del dispositivo, junto con el también general Ali Asar Nuruzi, jefe del aparato logístico, y el coronel Majid Nuab, responsable técnico del montaje de los misiles tierra-tierra. Las operaciones se llevan cabo en el sur libanés, feudo de Hezbolá; el valle de la Bekaa, fronterizo con Siria, y en distritos meridionales chiíes de Beirut. El mando militar del Consejo de la Yihad de Hezbolá Fuad Shukor, asesor del líder del partido-milicia, Hasán Nasralá, es el enlace local. Israel ha difundido además sus fotos y perfiles biográficos.
Hezbolá dispone de más de 130.000 cohetes de distinto tamaño y alcance, de acuerdo con la inteligencia israelí, aunque solo unas decenas con sistemas de dirección de precisión. Hasta ahora los dirigentes proiraníes no han podido emprender la producción a gran escala de proyectiles modernizados en el territorio de Líbano.
Israel, que ha denunciando en Naciones Unidas el rearme de sus enemigos en el país vecino, parece haber intervenido para impedir que Irán acelere el montaje de los cohetes. En el ataque con drones suicidas denunciado el domingo por las autoridades libanesas junto a unas oficinas de Hezbolá en el sur de Beirut fue destruida maquinaria destinada a la fabricación de propelentes para misiles, según ha revelado el diario Haaretz.
Israel cuenta con escudos antimisiles capaces de interceptar lanzamientos de cohetes convencionales, como el sistema Cúpula de Hierro, (corto alcance), o el Honda de David (medio alcance). Una oleada de proyectiles que pueden impactar con una precisión de escasos metros contra objetivos predeterminados supone, sin embargo, un amenaza difícil de afrontar para estos escudos defensivos en el norte del país, donde las andanadas causarían grandes pérdidas humanas y materiales.
Durante los más de ocho años de guerra civil en Siria, la aviación israelí ha bombardeado en territorio sirio centenares de arsenales y convoyes de transporte de armas de Hezbolá, entre ellos, componentes para misiles. Desde la guerra de 2006, el Ejército de Israel no ha intervenido oficialmente en Líbano. El Estado Mayor considera que el Gobierno del primer ministro Saad Hariri, en el que el partido chií proiraní está integrado, no está al tanto de la operación de Teherán para montar misiles de precisión en zonas pobladas como la periferia de Beirut, pero le hace responsable de no haber tomado medidas para impedir el despliegue de cohetes. “Nuestro enemigo es Hezbolá”, precisó portavoz castrense israelí, “pero el Ejército libanés también puede ser un enemigo potencial si se enfrena a nuestras fuerzas”.
Los recientes ataques con drones atribuidos a Israel en Irak y Líbano y la incursión aérea reconocida por el Ejército el pasado fin de semana en Siria —dirigida, según la versión israelí, a desbaratar una inminente acción proiraní con aviones no tripulados cargados con explosivos— han elevado la tensión en Oriente Próximo. Hezbolá ha amenazado a Israel con represalias por la incursión en Siria, en la que perdieron la vida dos de sus milicianos y un miembro del cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria iraní. El Ejército de Líbano abrió fuego el miércoles contra drones israelíes en la frontera común. Los portavoces militares en Tel Aviv aseguraron que todos los aparatos de observación desplegados regresaron a sus bases sin sufrir daños.