Irán ha advertido con dureza a EE UU ante cualquier intento de capturar en aguas internacionales su petrolero, hasta este domingo retenido en Gibraltar. “Irán ha enviado las advertencias precisas a los responsables americanos por medio de canales oficiales, en especial la embajada suiza [Irán y EE UU no mantienen relaciones diplomáticas], de que no cometa un error así porque eso acarrearía graves consecuencias”, ha respondido a preguntas de la prensa el portavoz de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Musaví, que ha calificado de “golpe al unilateralismo de los EE UU” la liberación del barco por las autoridades gibraltareñas.
El Grace 1, rebautizado ahora como Adrian Darya 1, ha cambiado su anterior pabellón panameño por el iraní. El buque zarpó de la colonia británica en torno a las 11 de la pasada noche y en este momento surca el mar de Alborán en dirección al puerto griego de Kalamata, según el portal Marine Traffic, aunque no hay confirmación oficial de su partida ni de su destino.
El buque, que transporta 2,1 millones de barriles de petróleo con un valor estimado de 125 millones de euros, tenía como destino la refinería siria de Baniyas, pero fue capturado el 4 de julio por la policía de Gibraltar y fuerzas especiales británicas. El arresto abrió una crisis diplomática entre Teherán y Londres.
Los iraníes insistían en que el buque siguiera su ruta y, dos semanas después del bloqueo, capturaron en el estrecho de Ormuz el petrolero británico Stena Impero, que sigue en manos de Irán. “Para la liberación del barco infractor británico, que cometió tres violaciones marítimas tenemos que esperar la orden judicial”, ha señalado este lunes el portavoz iraní.
El pasado jueves, la Corte gibraltareña levantó la orden de detención del navío, al entender que las autoridades iraníes ofrecían garantías de que su carga no iría a Siria y, por tanto, no violaría el embargo de la UE a Siria. EE UU presentó ese día una demanda de asistencia judicial para reclamar la inmovilización del buque y la incautación de su carga, que fue desestimada por los tribunales de la colonia. Argüían los estadounidenses que el petrolero tenía intención de asistir a la Guardia Revolucionaria de Siria, que Washington considera un grupo terrorista, pero Gibraltar respondió que las sanciones de EE UU contra el régimen de Al Asad no tienen aplicación en la legislación británica.