En el debate de la reforma educativa del gobierno de López Obrador sobre las cenizas –sin comas– de la reforma educativa de Peña Nieto existe una sospechosa atención al tema de la disputa por las plazas, cuando en realidad la parte más importante se localiza en el contenido o enfoque ideológico de la educación del Estado como obligatoria.

El diferendo de México con la España colonial y la iglesia evangelizadora de hace 500 años debería formar parte del debate educativo. Los liberales juaristas vieron en la educación el eje ideológico, los porfiristas atendieron la educación para la modernización y la Revolución-PRI vio en la educación un aparato de control ideológico de la sociedad a través del pensamiento histórico oficial como pensamiento único.

El compromiso del candidato presidencial López Obrador con los maestros radicales de la Sección 22 del SNTE en su campaña del 2018 fue justamente el ideológico, al aceptar el Programa de Transformación Educativa de Oaxaca de la 22 como el eje de su propuesta de nueva reforma educativa.

El PTEO asume la educación como ideología social única, convierte a los maestros en forjadores de conciencia ideológica y establece la educación como una toma de conciencia para la liberación social, rompiendo con los modelos educativos revolucionarios como la educación socialista sin marxismo y con mercado y el modelo de educación neoliberal de las reformas educativas de Carlos Salinas de Gortari en 1992 y de Enrique Peña Nieto en 2014.

En política, la educación es un aparato reproductor de ideología. Por la educación se ha potenciado el modelo ideológico histórico del sistema/régimen/Estado priísta que el gobierno de López Obrador quiere modificar. Por tanto, el cambio de régimen llegará por la nueva ideología liberalizadora, comenzando –y aquí está una pista del diferendo con España y el Vaticano– con la reescritura de la historia, para pasar de la visión de los vencidos (Miguel León Portilla) a la visión de los oprimidos.

Las reformas educativas de Salinas y Peña privilegiaron el desmantelamiento de los maestros como estructura de poder del régimen y los dejaron sólo como ejército electoral de reserva. El PTEO de la 22 se metió a fondo en el cambio de enfoque de la educación-realidad y potenció a los maestros como liberadores de conciencias infantiles para quitarle al neoliberalismo una de sus principales armas ideológicas: la formación de conciencias.

La revisión de la conquista española y de la evangelización a sangre y fuego que inició el presidente López Obrador formaría parte de modelo de cambio de régimen; como es imposible modificar el modelo económico neoliberal de mercado, entonces comenzaría por el lado de la formación de nuevas conciencias, justamente la esencia del PTEO de la Sección 22.

El problema es que la 22 y sus aliados de la CNTE no entienden de movimientos estratégicos y se están agotando en la lucha por las plazas que les daría poder sobre los maestros, cuando el debate de fondo se tendría que dar en el enfoque ideológico de la educación. Si el contenido educativo de los libros de texto del gobierno se cambia y el origen de la nacionalidad se lleva a los modelos sociales indígenas, López Obrador estaría resquebrajando la justificación histórica del mestizaje como un acuerdo inevitable y aceptado y propondría una nueva interpretación de la Independencia y sus efectos en la Reforma y en la Revolución.

Lo que vendría después de la reforma educativa en materia de maestros tendría que ser la revisión y reescritura del contenido de los libros de texto obligatorios que imponen el pensamiento histórico oficial de los niños, a partir de una nueva forma de interpretación del mestizaje. La imposición de las tribus originarias como la célula de la nacionalidad mexicana –cuando eran organizaciones sin concepto de nación, Estado o nacionalidad– cambiaría la interpretación de la historia nacional y le quitaría al PRI y sus aliados PAN y PRD el enfoque de la historia nacional.

El punto clave estará en la reelaboración de los libros de texto gratuito con los nuevos enfoques indigenistas lopezobradoristas. En esta lógica política y de poder se podría entender la designación de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller como directora de la Coordinación de la Memoria Histórica y su primera iniciativa estaría en su papel determinante en el reclamo al reino de España y al Vaticano de una disculpa histórica por la conquista de Tenochtitlán y la evangelización.

Mensaje de Maduro. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia aceptó que ya están funcionando en Venezuela militares rusos como capacitadores de militares locales, aunque en el fondo se ve la repetición del modelo en Vietnam: internacionalizar en el esquema de la guerra fría ideológica la crisis de Venezuela. Y de manera silenciosa también han llegado a Caracas militares cubanos.

Política para dummies: La política no siempre está en la política; el diablo está… donde no está.

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