Manifestación contra el régimen de Abdelaziz Buteflika convocada este jueves en el centro de Argel por personas discapacitadas y con necesidades especiales. RAMZI BOUDINA REUTERS

La sociedad civil de Argelia afronta hoy su cuarto viernes de protestas gigantescas contra el régimen de Abdelaziz Buteflika, presidente de 82 años que lleva sin pronunciar un discurso en público desde mayo de 2012. La última carta leída en nombre de Buteflika el pasado martes ha causado indignación en la sociedad civil. El presidente ofrecía por primera vez no postularse para un quinto mandato, pero también expresaba su pretensión de mantenerse en el poder, sin aportar ninguna fecha de salida, hasta que se elija un sucesor.

Estudiantes, abogados, periodistas, cineastas y hasta jueces, que están considerados como una parte poderosa del régimen argelino, han llamado a la movilización para este viernes. Hasta ahora, el lema más extendido era: “No al quinto mandato de Buteflika”. Hoy es: “No a la prolongación del cuarto mandato”. Una estudiante lo resumía así para el diario Le Monde: “Queríamos una elección [presidencial] sin Buteflika y nos hemos encontrado a Buteflika sin elección”.

La oferta de Buteflika ha sido calificada en las redes sociales como una “astucia”, un “engaño”. En cuanto se leyó la carta en nombre de Buteflika comenzó a circular esta frase en las redes: “Sistema, te conocemos. Márchate. Tú no nos conoces, pero nosotros te conocemos”.

Buteflika ha prometido la creación de una conferencia encargada de pilotar un periodo de transición. Al frente de ella ha puesto al diplomático Ladjar Brahimi, de 85 años, argelino residente en París que ha sido intermediario de la ONU en varios conflictos internacionales, entre ellos el de Siria. Muchos manifestantes ven en Brahimi no solo un anciano sin conexión ni con el país ni con la juventud, sino como un hombre del régimen que durante los últimos años visitaba a Buteflika y siempre solía declarar que el presidente se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales.

No obstante, la oferta de Buteflika fue saludada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron: “La juventud argelina ha sabido expresar su esperanza de cambio con dignidad. La decisión del presidente Buteflika abre una nueva página para la democracia argelina”, escribió Macron en la red social Twitter. “Estaremos junto a los argelinos en este nuevo periodo, con amistad y con respeto”. Esas palabras de apoyo a Buteflika han provocado tanta cólera e indignación entre los manifestantes que muchos de ellos están llamando a la calma en las redes y a no quemar ninguna bandera de ningún país.

La sociedad civil argelina no ha encontrado aún ningún líder que aglutine las protestas. Pero su objetivo lo tiene muy claro: que Buteflika se vaya y deje paso a las nuevas generaciones, a nuevas caras que nunca trabajaron al lado del régimen. Las reformas en el Gobierno emprendidas por el régimen esta semana tampoco han convencido a los manifestantes. El primer ministro, Ahmed Ouyahia, de 67 años, presentó su dimisión y en su lugar fue nombrado Nuredín Bedui, de 59 años, que ejercía de ministro del Interior. También fue nombrado como viceministro Ramtane Lamamra, de 66 años, y ministro de Asuntos Exteriores entre 2013 y 2017.

El resumen que la mayoría de los medios argelinos independientes hicieron tras esos nombramientos fue: “Más de lo mismo”. Y esa idea fue ratificada después de la conferencia de prensa que ofrecieron este jueves los altos cargos recién nombrado. Bedui y Lamamra llamaron al diálogo de la sociedad, pero no ofrecieron ninguna fecha concreta sobre la salida de Buteflika.

Mientras Buteflika y los altos cargos del régimen hablan de un nuevo tiempo y de haber escuchado las voces de la calle, el régimen sigue negando la concesión de visados a decenas de medios extranjeros para que informen sobre el terreno.