Protesta en Lima, en 2016, contra los feminicidios. EFE

A mediodía del miércoles Gino Villegas, de 45 años, un agente de seguridad del Ministerio de la Mujer, disparó tres veces contra su expareja Ingrid Arizaga, de 38 años, en un mercado de la ciudad de Callao, a pocos kilómetros de la ciudad de Lima. Con este feminicidio, Perú suma cinco víctimas en los primeros nueve días del año. Una tendencia al alza que el país latinoamericano hereda del año pasado. En 2018 se registraron 147 asesinatos de mujeres, un 21% más respecto al año anterior. Este crecimiento fue el más alto de los últimos nueve años, según las cifras de la Defensoría del Pueblo y del Ministerio de la Mujer.

El día del crimen, Villegas robó el arma de un compañero de trabajo y se dirigió al negocio donde trabajaba su exmujer para exigirle las ganancias, según los datos de la policía local. Minutos después del asesinato, un vídeo de seguridad registró al sujeto que salía del lugar apuntando con el arma. Dos cuidadores de autos y un policía que se encontraban en el mercado lograron detener y arrestar al atacante. El homicida de Ingrid es el padre de sus cuatro hijos.

El asesinato de Ingrid se suma a los de Clorinda Bonifacio (49) en Tacna, al sur del país; Lisbeth Torres Recuay (21) en Huancayo, en la sierra central; Magdalena Suaña Mamani (29) en Juliaca, frontera con Bolivia; y Roxana Mendoza Torres (23) en Ayacucho, en la sierra sur. Todos han ocurrido en tan solo nueve días.

Desde la primera movilización nacional ‘Ni una menos’, realizada en agosto de 2016 en Perú, el Gobierno ha dictado medidas –como la creación de fiscalías especializadas en delitos de género o el endurecimiento de penas– para combatir la violencia de género. Pero las agresiones siguen en aumento. La representante de la Defensoría del Pueblo, Diana Portal, afirma que existe una mayor conciencia de las propias mujeres y una mejor respuesta del Estado en el reconocimiento de sus derechos. Sin embargo, la funcionaria también reconoce que el registro de feminicidios más crueles y violentos es un signo de la reacción de las bases machistas ante este tipo de acciones a favor de las mujeres. La Defensoría del Pueblo informó el 31 de diciembre que en 2018, debido a los feminicidios, 140 niños y adolescentes habían quedado huérfanos, y nueve menores habían muerto junto con sus madres.

Portal recuerda que, según una encuesta de 2015 del Instituto Nacional de Estadística e Informática, un 39% de los peruanos considera que la mujer debe ser castigada de alguna forma si le es infiel a su pareja y un 27% opina que merece un castigo si le falta el respeto al esposo. “Un alto porcentaje de agresores son exparejas que no aceptan que las mujeres terminen la relación y quieran continuar con su proyecto de vida”, añade la funcionaria.

Necesidad de un sistema de protección

El director de salud mental del Ministerio de Salud, Yuri Cutipé, comentó en la emisora Radioprogramas que Perú “vive un momento de transición respecto de los derechos equitativos e igualitarios. La sociedad empieza a reconocer los derechos de las mujeres, y los varones, al perder ese poder, embargados por ideas machistas no tienen filtros para contener la cólera o alejar la frustración”.

“De 107.000 casos de violencia que el Ministerio de Salud atendió en 2018, más de 70.000 fueron contra la mujer”, dijo Cutipé este jueves. Frente al drama de los feminicidios, el funcionario subrayó que el Estado necesita poner en marcha sistemas de protección y una política educativa sensible a las cuestiones de género.