Imagen de archivo del piloto de Honda, Marc Márquez. REPSOL MEDIA EUROPA PRESS

Marc Márquez, campeón del mundo de MotoGP por quinta vez, confesó al lograr la corona el pasado mes de octubre en Japón que se había pasado el año pendiente de su hombro izquierdo. En plena celebración por el título, al piloto, de 25 años, se le salió el hombro del sitio. Tuvo que echarse al suelo y colocarlo de nuevo. No era la primera subluxación que sufría en 2018. Ni sería la última. Los problemas empezaron al inicio del curso, pero el corredor quiso mantenerlo en secreto para no mostrar debilidad ante sus rivales. Después de todo este año con el hombro en mal estado, el deportista de Cervera (Lleida) ha sido intervenido este martes en Barcelona.

Un equipo de médicos compuesto por los doctores Xavier Mir, Víctor Marlet y Teresa Marlet, miembros del Instituto Catalán de Traumatología y Medicina del Deporte (ICATME), han realizado una “compleja operación” en el Hospital Universitari Dexeus para poner fin a esa dislocación recurrente en el hombro del piloto.

Márquez, que resistió toda la temporada con este problema, quiso aguantar no solo hasta que terminara la competición, el pasado 18 de noviembre en Valencia, sino que también quiso esperar a completar los primeros tests de pretemporada. Primero en Valencia y luego en Jerez, el piloto de Honda trabajó con aparente normalidad para probar las nuevas piezas de su moto y testar el motor que la fábrica japonesa debe evolucionar durante este invierno para tener el primer prototipo listo en los primeros tests del 2019, programados para el 6 de febrero en el circuito de Sepang, Malasia.

Está previsto que Marc Márquez reciba el alta en las próximas 48 horas, en función de su evolución. La próxima semana iniciará en Cervera un programa de rehabilitación de seis semanas, para recuperarse de la intervención. A partir de entonces iniciará sus entrenamientos invernales, para prepararse de cara a las primeras pruebas del curso siguiente.