Mourinho gesticula hacia el público tras el triunfo del Manchester United en Turín mientras Bonucci acude a pedirle explicaciones MARCO BERTORELLO AFP

El Manchester United sobrevive en el alambre de su nadería. Plano como es, sin fútbol ni chispa, en lo que va de campaña ya ha salvado la cara varias veces en los finales de partido. Ni siquiera necesita épica, apenas un golpe de genio o de fortuna. Ya se puede entrenar, demostrar y mercere, que el deporte es indomable e impredecible. El United ganó en Turín un partido imposible de vencer con lo que expuso sobre el campo. Mal haría en darlo por bueno por más que el milagro le deje en muy buena situación para acceder a los octavos de final de la Liga de Campeones en detrimento del Valencia, que ante el televisor pasó de la esperanza al desasosiego en un final inopinado con una remontada complicada de explicar. Todo acabó con Mourinho sacando pecho por el triunfo, con la mano en la oreja para escuchar el silencio de la afición turinesa, que mudó en bronca. A él le vale así, al United no debería.

RESULTADOS Y CLASIFICACIONES
Grupo E

Bayern – AEK Atenas 2-0

Benfica – Ajax 1-1

1. Bayern, 10 – 2. Ajax, 8 – 3. Benfica, 4 – 4. AEK, 2

Grupo F

Manchester City – Shakhtar 6-0

Lyon – Hoffenheim 2-2

1. Manchester City, 9 – 2. Lyon, 6 – 3. Hoffenheim, 3 – 4. Shakhtar, 2

Grupo G

CSKA – Roma 1-2

Viktoria Plzen – Real Madrid 0-5

1. Real Madrid, 9 – 2. Roma, 9 – 3. CSKA, 4 – 4. Viktoria Plzen, 1

Grupo H

Valencia – Young Boys 3-1

Juventus – Manchester United 1-2

1. Juventus, 9 – 2. Manchester United, 7 – 3. Valencia, 5 – 4. Young Boys, 1

Porque fue una derrota dolorosa como pocas para la Juventus, que debió golear, que se adelantó mediada la segunda parte y tuvo varias veces el descabello entre manos. No debería de complicarle el pase a la fase eliminatoria de la Liga de Campeones, pero le ofrece una temprana advertencia que bien haría en entender. La Juventus superó y puso en evidencia la pobreza futbolística del Manchester United, que es un desastre, un desperdicio de recursos en el que demasiadas cuestiones parecen equivocadas, desde el diseño del plantel a la manera en como se gestiona. En su tercera temporada al frente del equipo Mourinho semeja amortizado, incapaz de sacarle brillo a un combo que se sumerge en la irrelevancia, lejos de la cabeza en la Premier, eliminado por un Segunda en la Copa de la Liga y comprometido en la Champions. El doble enfrentamiento con la Juventus mostró que los dueños de Old Trafford están a una distancia futbolística sideral del equipo turinés. Pero no mostraron esa superioridad los marcadores, ni en la victoria mínima de los italianos en feudo inglés, ni mucho menos en el duelo en las faldas alpinas. Demasiado bien parado salió el Manchester United, lejos del poderío que se le supone por historia y billetera, por orgullo. Aquel equipo tantas veces indomable es ahora una nadería.

La Juventus siempre quiso dar un paso adelante. Le invitó, obviamente, el pobre despliegue que enfrentó. El United partió más avanzado de lo que lo hizo en el duelo que les enfrentó a ambos la jornada anterior. Saltó al campo tras conocer que era tercero en el grupo tras el triunfo del Valencia ante el Young Boys y acudió a la presión alta, sin excesivo convencimiento ni persistencia. Le superaron sin mayores alardes y las opciones de gol no tardaron en llegar para los locales. De Gea tuvo que sacar una mano firme ante un remate de Cuadrado que envenenó Matic hacia su propia meta. Casi de inmediato Cristiano Ronaldo fabricó desde la posición de extremo diestro un remate para la llegada de Khedira, que remató al palo. Al poco de inciiarse la segunda parte fue Dybala el que afiló el larguero con una rosca monumental.

La queja de David de Gea tras el intento del mediapunta argentina evidenció que el Manchester United estaba replegado, pero no apretaba, incapaz de cerrar espacios, tibio, superado en las disputas y sin recursos para armar contras. Pogba deambuló por el campo. Lingard no tocó bola. Martial apareció de inicio y siguió la misma suerte y Alexis, que ejerció de nueve ante la ausencia del lesionado Lukaku, se desgastó sin balón. Con algo menos de media hora por jugar marcó Cristiano un golazo que compendió bastantes de sus virtudes, desmarque, codicia, hambre y golpeo. No se olvidó de nada Cristiano Ronaldo, que a estas altura domina la escana: mostró su marcada tableta abdominal a la afición italiana y de inmediato se giró hacia la inglesa para pedirle perdón. Allí todo pareció acabar porque siguieron unos minutos de auténtico fragor de la Juventus, que debió golear.

A duras penas se alzó el United. A cuatro minutos del final forzó una falta en la frontal del área. Mata acababa de saltar al campo, pero tomó la responsabilidad, afinó la zurda y colocó la pelota en la escuadra para empatar el partido. Tres minutos después otra falta, esta vez lateral, propició un barullo en el área y entre Bonucci, Pogba y Alex Sandro llevaron la pelota a la red ante el estupor de tirios y troyanos. Luego llegó Mourinho para poner sello y rúbrica.