Cerca de 300 activistas fueron arrestados, y posteriormente liberados, este jueves en el Senado estadounidense por clamar contra Brett Kavanaugh, el candidato del presidente Donald Trump para ser juez del Tribunal Supremo. Las detenciones ocurrieron tras una marcha por las calles de Washington en la que participaron unas 5.000 personas, según los organizadores. El malestar en la calle fue aumentando a medida que se conocieron los apoyos de varios senadores republicanos clave a la nueva investigación del FBI al juez, acusado de abusos sexuales a al menos tres mujeres.
“Esta investigación ha sido una farsa desde el principio. En lugar de centrarse en las experiencias de las víctimas y explorar toda la evidencia, ha sido apresurada y manipulada para justificar el proceso de nominación”, criticó, tras ser arrestada, Jess Morales Rocketto, directora política de la Alianza Nacional de Trabajadores del Hogar.
Una marea negra liderada principalmente por mujeres llegó hasta el salón central del Senado con pancartas que rezaban: “Creemos en todas las supervivientes”, “Kavanaugh se tiene que ir”, “No nos callaremos”, entre otras leyendas. Los activistas aplaudían y gritaban desde los pasillos de los cuatro pisos del edificio mientras la policía los amenazaba con detenerlos si no guardaban las cartulinas. “Yo he votado varias veces a los republicanos, pero es que Trump nos da una razón para decepcionarnos todos los días. El partido dice que las acusaciones a Kavanaugh son mentira, pero si sale humo es porque hubo fuego”, comentó Mary, una de las manifestantes.
Entre las mujeres que levantaron el puño figuraba la actriz y comediante Amy Schumer, quien fue detenida y llevaba una pancarta que decía: “Creemos en Anita Hill”, en referencia a la mujer que acusó hace 27 años de abuso sexual al hoy juez del Supremo Clarence Thomas. “La mejor forma que tenemos de detener a Kavanaugh es nuestra voz”, tuiteó Schumer hace unos días.
Lo mismo opina Jenny, una mujer de unos 70 años de Baltimore, que se sorprendió de la cantidad de hombres que participaban en la manifestación y de que hubiera activistas de Nueva York, Vermont y Nueva Jersey que habían viajado a la capital estadounidense para mostrar su repudio al nominado de Trump. “Esto te demuestra que hay mucha gente consciente de que todo pequeño gesto ayuda a la causa”, afirmó antes de volver a su ciudad.
La manifestación, convocada por los organizadores de la Marcha de las Mujeres en 2017, tuvo lugar un día antes de que se cumpla el primer aniversario de que The New York Times destapara el largo historial de abusos sexuales del productor de Hollywood Harvey Weinstein. Ese artículo fue el detonante del nacimiento del movimiento Me Too.
Está prevista una nueva manifestación el sábado contra Kavanaugh, cuando el Senado confirme o no su nombramiento para el Supremo. El Senado está compuesto de 51 republicanos y 49 demócratas. Hay tres conservadores que no han definido su posición y el partido solo puede permitirse perder el apoyo de uno de ellos.