Compitieron hasta el final y los cinco lograron superar la primera fase en la carrera para suceder a Jeremy Corbyn al frente del laborismo que ha concluido este lunes. Cuatro mujeres (Rebecca Long-Bailey, Lisa Nandy, Jess Phillips y Emily Thornberry) y un hombre, Keir Starmer, han obtenido cada uno el aval de más de 22 diputados. Llega ahora a la fase más delicada: convencer al medio millón de afiliados de que tienen un proyecto para remontar la derrota histórica del pasado 12 de diciembre.

Del mismo modo en que sus principales críticos internos culparon sobre todo a la personalidad de Corbyn por el fracaso electoral de diciembre, los inicios de la batalla por su sucesión parecen más centrados en el carácter, popularidad y orígenes de los candidatos que en su visión general para el socialismo británico en el siglo XXI. Ninguno se atreve a plantear una revisión integral del corbynismo en esta primera fase, ni mucho menos a resucitar la bandera del europeísmo cuando el consenso general apunta a que fue la tibieza respecto al Brexit la que hundió al partido en la “muralla roja” del norte y centro de Inglaterra.

Keir Starmer, de 57 años y con 89 avales, ha sido el vencedor de la primera fase de la contienda. Pero, como ocurrió con las primarias conservadoras, no es lo mismo convencer a los miembros del grupo parlamentario que a los militantes de base. Este abogado defensor de los derechos humanos fue un quebradero de cabeza para Corbyn, y le forzó hasta el final a aceptar la posibilidad de un segundo referéndum sobre la salida del Reino Unido de la UE. Hoy rescata las fotos en las que abrazaba al veterano líder de izquierdas y defiende la “radicalidad” (en palabras del propio Corbyn) del último programa electoral laborista.

Rebecca Long-Bailey, de 40 años y con 33 avales, es la favorita de los corbynistas, y supone la apuesta más clara por el continuismo en las formas y el mensaje. Dijo que otorgaría un 10 al liderazgo de su hasta ahora jefe.

La diputada Jess Phillips, de 38 años y tan extrema en sus propuestas como fresca y mediática, podría ser la sorpresa de esta competición. En la primera fase Phillips ha obtenido 23 avales. Sus orígenes humildes, su arrojo parlamentario, sus planteamientos feministas y su claridad de ideas le favorecen, pero desplegó hacia Corbyn una animadversión que quizá no le perdonen las bases. “En los noventa, el laborismo necesitaba formar una coalición entre la clase media y trabajadora. Hoy el problema es el contrario. Cuanta más clase trabajadora tiene un distrito electoral, menos popular es el laborismo”, escribió recientemente en The Observer.

Emily Thornberry, —otra abogada del norte de Londres, según sus críticos—, de 59 años, logró en el último minuto 23 avales, los mismos que Long-Bailey, y se mantuvo en la carrera. Pero ha cosechado demasiados enemigos internos como para albergar esperanzas de éxito.

Lisa Nandy, de 40 años y con 31 avales, fue la única contendiente que estuvo siempre en contra de un segundo referéndum sobre el Brexit.