Rihana Petra y el rey de Malasia, en una foto que ella subió a su perfil de Instagram el 9 de junio. INSTAGRAM

Unos pocos días después de que su divorcio saltara a los medios de todo el mundo, el drama amoroso que ha convertido la vida de Mohamed V de Kelantan, rey de Malasia hasta enero, y la exmodelo rusa Rihana Oksana Voevodina en un culebrón a escala global se ha recrudecido tras la intervención del abogado del monarca, quien ha confirmado la separación de la pareja y ha puesto en duda la paternidad de su hijo en común.

En declaraciones al medio singapurense The Strait Times, el letrado Koh Tien Hua ha ratificado que el divorcio se realizó con arreglo a las normas que impone la Sharia, siguiendo el procedimiento del triple talaq ante la presencia de dos testigos musulmanes. Quien parece que no estuvo presente fue la novia: cuando surgió la noticia la semana pasada Voevodina aseguró al portal de noticias malayo Malaysiakini que seguía casada con el rey. Aclaró que “había estado en Rusia” con su hijo y no en Singapur separándose, y calificó la primicia como “una provocación”.

En su intervención, el abogado ha desmentido a la exmodelo, asegurando que “la señora Rihana fue informada del divorcio irrevocable el 22 de junio a través de sus abogados y le fue entregada una copia del certificado”. Esta fue la copia que acabó siendo filtrada a los medios de comunicación y compartida en redes sociales.

Pero ha sido la siguiente insinuación de Koh Tien Hua la que ha destapado las elucubraciones: “No hay evidencias objetivas acerca de quién es el padre biológico del niño”. El niño es un bebé de dos meses, de nombre Ismail Leon e hijo -o eso se creía- de la pareja. Esta afirmación podría explicar el motivo del fulminante divorcio, apenas siete meses después de una boda por sorpresa con la que Mohamed V desafió las convenciones de la tradición monárquica malaya y que, se rumorea, fue el principal motivo que le llevó a convertirse en el primer rey en abdicar en enero de este año.

Nadie en Malasia se esperaba en noviembre del año pasado que el por entonces Yang di-Pertuan Agong —título que recibe el jefe de Estado— se casara sin previo aviso en una ceremonia privada en el extranjero. Menos aún que lo hiciera con una modelo a la que doblaba la edad, solo conocida por haber resultado ganadora del certamen de belleza Miss Moscú en 2015.

Voevodina, de 25 años, se convirtió al Islam y adoptó el nombre musulmán de Rihana. Sus años de trabajo en China y Tailandia parecían demostrar un interés por Asia y su nuevo marido, si bien no era su tipo habitual —”Me gustan los chicos que andan en monopatín y bicicleta y participan en competiciones”, afirmó—, sí cumplía el más importante de sus criterios: “Creo que el hombre debe ser el cabeza de familia y por supuesto no debe ganar menos que la mujer”.

La polémica alcanzó cotas máximas cuando meses después de su boda salieron a la luz imágenes de su participación en el pasado en un reality show de una televisión rusa, en las que se la veía manteniendo relaciones sexuales con otro joven. Este escándalo fue la principal razón de la abdicación de su marido en enero de este año, el primer rey en la historia moderna de Malasia en hacerlo desde que el Estado se constituyó en una monarquía parlamentaria y rotatoria.

Mientras tanto el drama se complica, la antigua Miss Moscú mantiene su actividad en su cuenta oficial de Instagram, en la que cuenta con casi medio millón de seguidores -70.000 más que antes de divorciarse-, haciendo caso omiso de las acusaciones. Hoy ha subido una foto de su bebé, acompañada de un texto en el que afirmaba “estar orgullosa de que haya sangre malaya en las venas de mi hijo”. El culebrón continúa.