España, como otros países desarrollados, presenta una pirámide de población regresiva, con bajas tasas de natalidad y mortalidad. Por razones principalmente económicas, las parejas jóvenes se resisten a tener hijos. Somos una sociedad envejecida y, si algo no lo remedia, lo vamos a ser todavía más. Las administraciones se esfuerzan en establecer incentivos materiales y económicos para promover el crecimiento natural de la población, pero ahora la neurociencia también puede contribuir a esa promoción con un poderoso argumento: los efectos positivos en la salud de los potenciales progenitores.

En los últimos años, no han faltado investigaciones que ponen de manifiesto los cambios neuroprotectores —estructurales y funcionales — que ocurren en el cerebro de la mujer durante la gestación y cómo esos cambios pueden afectar al resto de su vida. Ahora, nuevas investigaciones nos muestran que, más allá de la propia gestación, los cambios relacionados con la paternidad misma, es decir, con el pasar años criando y atendiendo las necesidades de los hijos, amplían los beneficios cerebrales. Y no solo en la madre, sino también en el padre y en aquellas otras mujeres que asumen la crianza de niños, como los adoptados, que ellas mismas no han concebido.

Cómo el maltrato infantil condiciona la salud de quien lo sufrió

El trabajo realizado por un grupo de investigadores de universidades de EE UU, Singapur y Australia, recientemente publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Science, ha consistido en investigar —mediante complejas técnicas estadísticas y de resonancia magnética funcional— la relación entre el número de hijos criados y la conectividad y función cerebral según la edad en 19.964 mujeres y 17.607 hombres de una fuente de datos biomédicos británica (UK Biobank).

Sus resultados ponen claramente de manifiesto que el número de hijos criados se asocia a una mayor conectividad funcional de las neuronas en amplias zonas del cerebro de los padres, particularmente en las relacionadas con los sentidos y el movimiento, lo que parece constituir una importante reserva cognitiva para el resto de la vida, particularmente en la vejez.

Además, tanto en progenitores femeninos como masculinos, la arquitectura neuronal intrínseca de los cerebros y su conectividad neuronal positivamente correlacionada con el número de hijos criados lo fue negativamente con la edad. Es decir, que a mayor número de niños criados, la mejor conectividad neuronal y función cerebral resultante se opone a las alteraciones naturales debidas al propio envejecimiento. La paternidad, por tanto, protege al cerebro de la pérdida de conectividad estructural y funcional propia de la vejez.

Materia gris es un espacio que trata de explicar, de forma accesible, cómo el cerebro crea la mente y controla el comportamiento. Los sentidos, las motivaciones y los sentimientos, el sueño, el aprendizaje y la memoria, el lenguaje y la consciencia, al igual que sus principales trastornos, serán analizados en la convicción de que saber cómo funcionan equivale a conocernos mejor e incrementar nuestro bienestar y las relaciones con las demás personas.