– ¿Pruebas? Por ahí andan.
– Segalmex: diluir, enmarañar.
Luego del asomo técnico del ex presidente Ernesto Zedillo a los micrófonos y reflectores contra la reforma judicial y el obradorismo, entra a escena el rudo Genaro García Luna, en continuidad del alegato sostenido inicialmente de manera concertada en tres medios extranjeros, luego instalado costosamente en tendencias de redes sociales y ahora enarbolado por el secretario de seguridad pública de Felipe Calderón respecto a presuntos involucramientos del presidente López Obrador con el crimen organizado.
La aparición de García Luna parece destinada a engrosar el registro de intentos fallidos de la oposición a la llamada 4T en busca de levantar cabeza. Hasta ahora, todas las combinaciones e ingenios que han intentado no les han funcionado, entre otras causas porque quienes son llamados a enarbolar supuestas banderas de justicia, honestidad y cambio carecen de credibilidad y, con frecuencia, como el caso del absolutamente indefendible Genaro, constituyen emblemas de abuso y corrupción.
Poderoso jefe policiaco que fue durante todo el sexenio de Calderón (quien dice nunca haberse enterado de lo que realizaba su virtual vicepresidente de recaudaciones y ejecuciones), García Luna ha hecho que uno de sus abogados enviara a diversos periodistas un texto escrito de puño y letra, con pretensiones de exculpación propia pero, sobre todo, con el mensaje de clara intención mediática de intentar el apuntalamiento de las acusaciones de nexos andresinos con el narcotráfico y de descalificar la reforma judicial.
Al estilo de columnistas y comentaristas que han sostenido estridencias contra AMLO sin dar pruebas, el ex secretario calderonista señala: “es del conocimiento público y están en los registros oficiales de México y Estados Unidos, los contactos, videos, audios fotos (sic), registros de comunicación y gestión entre el actual presidente de México, Andrés López Obrador, y sus operadores con líderes del narcotráfico y sus familias. En particular con los narcotraficantes que fueron utilizados como testigos en mi contra durante el juicio”.
Una frase en busca de efectismo, pero sin comprobación o verificación. Es del conocimiento público, arguye el capo-servidor público que fue, de la misma manera que otros periodistas conchabados barajan fantasmales declarantes y fuentes anónimas o se aferran al hipotético valor de su incentivada palabra.
Bien harían García Luna y sus amables reproductores mediáticos en mostrar las pruebas según eso asentadas en registros públicos de México y Estados Unidos. En la posdata de su carta, García Luna asegura que todos los respaldos y evidencias a la información referida en el texto están en los registros oficiales de la Corte de Brooklyn, NY, son públicos. Así que la tienen sumamente fácil: basta con presentarlos.
Astillas
Fusionar Segalmex con Diconsa apunta a convertirse en una forma de diluir el delicado caso de corrupción habido en la primera empresa pública mencionada. En lugar de empeñarse en esclarecer lo sucedido en esa criatura sexenal, se enmaraña a conveniencia el camino administrativo… Impune y protegido sigue el ex director de Segalmex Ignacio Ovalle, y ahora se nombra a su sucesor, Leonel Cota, como subsecretario de Agricultura, área a la que está adscrita Segalmex… Y a cargo de lo que ahora se llamará Alimentos para el Bienestar (AliBi) estará María Luisa Albores, quien navegó tormentosamente en la Secretaría de Medio Ambiente… Sheinbaum, ayer, en conferencia de prensa: Hay esta idea de que, a mí me da risa, la verdad: primero, de que va a continuar él; todos sabemos que él se retira de la vida pública y va a tener las tareas que él ha decidido, que es escribir este libro, que también si lo ven, pues es una tarea política hasta cierto punto, y aseguró que habrá continuidad porque hay convicción (…) y, por supuesto, pues va a haber nuevos programas, nuevas acciones, nuevos retos y más avances en la transformación… ¡Hasta mañana!
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