Alma Urquidy, mamá de Grandes Ligas

La madre de José Urquidy, pitcher de Astros, hizo magia para aumentar el presupuesto familiar y cumplirle a su hijo el sueño de jugar beisbol

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La señora Alma Urquidy es una mamá de Grandes Ligas. Lo fue desde el momento en que logró sacar adelante a sus tres hijos, mientras que hacía magia con el presupuesto familiar para cumplir la petición del menor José Luis, quien insistía en jugar beisbol. Ahora, 25 años después de iniciar aquel camino por los diamantes, porta con orgullo el jersey de los Astros de Houston con el 65 y su apellido en la espalda.

Para la madre de José Urquidy, pitcher mazatleco de los Astros, es un triunfo siempre que su hijo sube a la loma de un estadio de Grandes Ligas. Entonces, a la velocidad de una las poderosas rectas que lanza su hijo, le llegan los recuerdos de cómo se las ingenió para cumplir el deseo del pequeño, entonces de cuatro años.

A José siempre le gustó el beisbol. Siempre andaba con la pelota y a toda persona que llegaba a la casa les decía con insistencia: ‘¿cachamos?, ¿chachamos?’. A los cuatro años me pedía que lo llevara a jugar beis y un día toqué fondo, porque me dijo: ‘Siempre me dices que sí y nunca me llevas’. Yo casi lloraba de pensar en comprar el guante, el uniforme y en todos los gastos. Se me hacía que no podía, pero al mismo tiempo pensé: ¿por qué no lo llevo? y así fue como se inició en el beisbol”, recuerda la mamá orgullosa, sentada en una de las butacas del estadio Alfredo Harp Helú durante la visita de Astros a la CDMX.

Fue muy bonito cuando empezó a jugar porque lo seleccionaban, pero también yo sufría con los gastos. Entonces comencé a vender tortillas de harina, burritos y empanadas de cajeta en los campos. A mí me daba mucha pena, pero luego las mamás de otras ligas me pedían y hasta los ampayers me decían que les pagara con empanadas. Yo soy de Los Mochis y desde niña aprendí a hacer las tortillas de harina”.

Alma Urquidy logró sacar adelante a sus hijos Raúl Enrique, Denisse y al más pequeño José Luis. El estudio fue la base para su desarrollo, antes de pensar en el beisbol, le pidió terminar la preparatoria.

Yo exigí mucho la escuela y Pepe se enojaba. pero me hizo caso. En algún momento pensó que ya no lo iban a buscar los equipos por estar tres años en la prepa. Luego lo firmaron los Sultanes de Monterrey y se lo llevaron a la Academia y yo lloré muchos años, pero tenía que dejarlo para que volara y siguiera sus sueños. Que trabajara duro y que luchara a donde él quería llegar porque yo iba a estar atrás de él por cualquier fracaso. Para mí fue muy difícil, pero así tenía que ser porque no podía cortarle las alas”.

Alma Urquidy, muestra el logo de los Astros de Houston.
El menor de sus hijos firmó con los Astros de Houston y comenzó a ascender entre los equipos sucursales, entonces la señora Urquidy recibió una llamada de la que pensó se trataba de una broma.

Él me habló y me dice quiero que vengas a Estados Unidos porque voy a hacer mi debut. ¿Me estás vacilando, Pepe? no mamá, ya te tengo el vuelo y todo eso. Yo temblaba de la emoción no lo podía creer, fueron muchas emociones”.

El mejor regalo fue en el momento que le mostró el jersey de los Astros y comprobar que su hijo, en lugar de llevar el apellido paterno Hernández, decidió llevar el Urquidy impreso en la espalda, como un homenaje para su mamá.

Él quiso llevar mi apellido y yo estaba bien emocionada, porque me dijo que era por mí, solté el llanto como cualquier mamá.

Para mí es un honor y me da mucha emoción”, comenta al observar a los aficionados en el estadio que portan el jersey de su hijo con el 65 y su apellido en la espalda.

José Urquidy llega a su sexta temporada en las Grandes Ligas y ya ha jugado en dos Series Mundiales, un sueño hecho realidad para el niño a quien nadie le quería chachar en la cuadra porque lanzaba muy fuerte.

También bateaba bien, una vez mi hermano le dijo que le iba dar 200 pesos si pegaba jonrón y en ese juego pegó tres, entonces llegó con su tío a reclamarle los 600 pesos.

Bateaba muy bien, pero un día le tumbaron un diente y ya mejor se quedó como lanzador, pero nunca tuvo miedo, siempre quería jugar beisbol, así estuviera lloviendo”.

La decisión de llevar a su hijo por primera vez a un campo de beisbol y el realizar todos los sacrificios para cumplir el sueño, es algo que valora mucho.

Un niño que juega cualquier deporte va a buscar una cancha y el que no juega va a buscar una esquina, yo no quería eso.

Vivíamos en un barrio complicado y él tenía que convivir con los muchachos. Yo lo dejaba, pero lo vigilaba. Era muy dura con él y siempre estuve atrás, afortunadamente siempre me obedeció”.

José Urquidy nació el 1 de mayo de 1995, una fecha cercana a la celebración del Día de las Madres. La llegada del hijo menor pasó por un caótico episodio.

Mi hijo mayor jugaba beisbol y el 30 de abril, como festejo del Día del Niño hubo un juego con las mamás y los papás. Yo así, con todo y mi panza, me puse a correr las bases para que no me pusieran out y ya dos días después estaba en el hospital esperando la llegada de José.

Él al nacer traía el cordón umbilical enredado en el cuello y fue un parto complicado. Si no interviene el ginecólogo, el bebé se hubiera ahogado”.

José Urquidy, quien es líder de victorias en Serie Mundial entre los lanzadores latinos con tres, protagonizó otro emotivo momento en la Gran Carpa.

Luego de que ganó el juego de la Serie Mundial en 2019 me dijo que me iba a regalar una casa. En el siguiente Día de las Madres, me invitó a comer, pero me traía con miles de engaños y yo ya traía hambre. De pronto me dice: Ten estas llaves…y yo, ¿qué? para que quiero esas llaves, tú me invitaste a comer y él soltó la risa y me dijo: ‘Es tu casa, abre y pasa para que la veas’. Yo casi me muero, viviendo en una casa de interés social y cambiarme a un fraccionamiento… no dormí en tres días”.

Alma Urquidy dice que todo el tiempo está en contacto con su hijo y lo anima ahora que está en etapa de rehabilitación por una lesión en el codo derecho.

Es muy noble y todavía me hace caso de todo lo que le digo, rezo por él todos los días”.

José Urquidy vive una nueva etapa al estrenarse como papá en 2023.

Lo admiro porque le cambia el pañal, la baña y participa en las actividades de la niña. Es un gran papá”.

Alma Urquidy, durante una celebración de 10 de mayo.
GRAN SORPRESA
En una celebración del Día de las Madres, la señora Alma Urquidy recibió una casa como regalo del menor de sus hijos.